Dylan, El Hijo De La Otra

Harry antes de ayudar a Dylan a buscar alguna joya le preguntó si buscaba algo para él o para alguien más.

El chico de pelo largo le contestó que estaba buscando un regalo de cumpleaños para su novia, y Harry al saber que se trataba de un regalo para una chica le pidió a una de las señoritas que atendía la joyería que le mostrara joyas para chicas a base de plata, ya que está era mucho más económica que el oro.

La joven les comenzó a mostrar varias cosas todas ellas muy hermosas, pero al final Dylan se decidió por una linda gargantilla plateada con un pequeño dije de dos corazones entrelazados.

— Se ve que amas a tu novia.— Dice Harry al ver lo que el chico había escogido.

— Aunque tenemos muy poco de conocernos Marcia es una persona muy especial para mí.— Contesta el chico un poco apenado.

El chico de anteojos al escuchar el nombre de la novia de Dylan le confeso que su novia también se llamaba Marcia, pero que ella cumplía años en unos meses.

Después de que los chicos sonrieran un poco por el hecho de que sus novias compartían el mismo nombre, Dylan pagó la joya que había escogido y la cual abarcó gran parte de sus ahorros para el nuevo semestre en la universidad, luego se despidió de Harry y se dirigió hacía una florería para comprar un ramo de rosas blancas las cuales la señora que las vendía le dijo que eran signo de pureza.

Mientras él pedía que le decoraron el hermoso ramo le llegó una notificación a su celular donde Marcia le enviaba la dirección de su departamento, y como el chico no conocía exactamente esa dirección, al salir de la florería tomo un taxi el cual lo llevó hacia su destino.

Al llegar a la dirección que Marcia le había enviado, el chico le preguntó varias veces al conductor del taxi que si la dirección que le había dado era esa y que si no se había equivocado ya que era muy distinto a donde él creía que sería.

El chófer del taxi le dijo que no se había equivocado y que efectivamente esa era la dirección que le había dado. Al corroborar él mismo la dirección, le pago al taxista, tomó sus cosas y bajo de éste.

El chico miró su celular para subir al piso que le había dicho Marcia, pero en cuando entro al edificio e iba a tomar el elevador fue detenido por un guardia.

— Joven en este complejo de departamento no se le permite la entrada a cualquiera. Así que si solo viene hacer una entrega digame para que departamento es.— Le impide ingresar al elevador.

— No vengo hacer ninguna entrega, yo vengo a ver a mi novia.— Contesta amable.

— ¿Su novia? — Pregunta sorprendido mientras lo mira de arriba a bajo.— Creo que te equivocaste de dirección.— Dice con una sonrisa ladina algo que al chico molesto y mucho.

— No se que tiene contra mí y tampoco me importa.— Dice serio mirándolo fijamente.— Pero le aseguro que vengo a ver a mi novia y si no me lo cree pregúntele a la señorita del 504 quien me está esperando.—

El guardia al escucharlo comenzó a reír mientras se sostenía su estómago, para después detenerse y decirle con una sonrisa desagradable.

— Ahora lo entiendo joven, no lo detengo más y pase a ver a su “novia”.— Dice esto último haciendo comillas con los dedos.

Dylan sin comprender y sin darle más importancia a ese hombre, se subió al elevador y presionó el botón para ir al piso al que tenía que ir.

Al llegar al piso que le había dicho Marcia se dió cuenta que solamente habían dos departamentos, uno a cada lado del pasillo por lo que le fue fácil dar con el departamento 504.

Antes de tocar la puerta el chico arreglo un poco las flores y acomodo un mechón de su pelo detrás de su oreja un poco nervioso, ya que está para él sería su primer cita.

Después de inhalar y exhalar un par de veces por fin tocó el timbre y solo un par de minutos después la puerta se fue abriendo dejando ver a Marcia con un lindo vestido azul rey de satín corto con vuelo en la falda y con un escote en V que le hacía resaltar muchísimo el color de sus ojos azules.

Dylan estaba tan sorprendido y perplejo de ver lo hermosa que se miraba su novia en ese lindo vestido que no se pudo mover por un par de segundos hasta que la chica lo tomó de la mano y lo hizo pasar.

— Te ves hermosa.— Dice el chico anodadado por la belleza de Marcia.

— Muchas gracias.— Contesta apenada tocándose su pelo el cual también lo traía arreglado.

— Esto es para tí, muchas felicidades.— La Felícita mientras le entrega el ramo de rosas y le deja un beso suave en los labios.

— Están hermosas.— Sonríe tomando el ramo de flores para después olerlas un poco.

Luego la chica lo guío hasta la sala de estar donde tenía preparados varios aperitivos sobre la mesita de centro.

Antes de sentarse el chico se paró frente a ella y sacó el pequeño estuche con la gargantilla.

— Es solo un pequeño detalle, espero sea de tu agrado.—

La chica al ver el estuche y ver el logotipo de las joyerías Boyer de inmediato dejó de lado las flores y tomó el estuche para abrirlo con una sonrisa.

— Es muy.. bonito.— Hace pausa mirando el interior del estuche y luego abraza al chico.

— Me alegra que te haya gustado.— Le corresonde el abrazo, abrazándola por la cintura.

— Me encantó Dylan. Por favor ayúdame a ponérmelo.— Le pide dándose media vuelta mientras le entrega la gargantilla.

— Está lista, se te ve hermosa.— Dice el chico poniéndose frente a ella para apreciarla bien.

— Es el mejor regalo que he recibido jamás.— Contesta ella emocionada tocándose el dije.

El chico al verla emocionada y feliz por su regalo la toma con calidez de la barbilla para luego comenzar a besarla suavemente.

Marcia de inmediato fue enredando sus brazos en el cuello de este y gustosamente le siguió el beso, ese que había empezado suave y delicado pero que poco a poco se fue haciendo más apasionado.

Unos minutos después cuando el chico comenzó a sentir como su cuerpo reaccionaba al excitarse con el beso, se fue separando de a poco. Y Marcia al ver lo que había provocado en él sonrió satisfecha sin que el chico se diera cuenta de esto. Luego lo tomó de la mano y lo sentó en el sofá mientras ella iba a la cocina por algunas bebidas.

Todo el día y parte de la tarde la pasaron abrazados en el sofá mientras veían películas y comían los aperitivos que la chica había preparado.

Pero llegó el momento en el chico miró su reloj y se dió cuenta que tenía que irse si quería alcanzar el último autobús que lo llevaría a su casa, por lo que intentó ponerse de pie para despedirse de la chica.

Sin embargo, Marcia al ver lo que el chico quería hacer, antes de que se levantara por completo lo jaló con fuerza de la mano haciendo que quedara sobre ella.

— ¿Pasa algo?.— Pregunta el chico perdiéndose en la penetrante mirada de la chica intentando no aplastarla con su peso.

— Dylan quédate.— Le pide en un susurro tomándolo fuerte de la mano.

— ¿Perdón?.— Pregunta bajando su mirada a los labios d ella chica y de inmediato la vuelve a ver a los ojos.

— Yo quiero que tú y yo…—

Dylan al ver como Marcia esquivaba la mirada avergonzada y nerviosa supuso lo que ella quería, pero tenía que estar seguro por lo que se atrevió a preguntar.

— ¿Me pides que pase la noche contigo?.—

La chica volteo a verlo y mientras acariciaba el dije que colgaba de su cuello le pregunto simulando tristeza.

— ¿No quieres?.—

Dylan al verla triste se fue acercando a sus labios y antes de besarlos le susurro sobre ellos.

— Por supuesto que quiero, nada me haría más feliz que pasar la noche contigo.—

^^^Continuará…^^^

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