Dentro De Tus Redes.

Almass Vannecelli

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Lo que estaba experimentando me parecía inverosímil. ¿Cómo sabía él dónde estudiaba? ¿Incluso conocía mi dirección? Nunca imaginé que pasar unas horas con él podría traerme tantos problemas. ¿Qué debo hacer ahora? ¿Cómo puedo lograr que se aleje de mí? Ahora siento que tengo que asumir la responsabilidad sobre él. Sin embargo, no lo engañé; él es un adulto, así que ¿por qué actúa de esa manera? Si mi padre o mis hermanos se enteran, enfrentaré graves consecuencias; así como él podría estar en peligro. Debo pensar en una solución. Lo primero que se me ocurre es ir a su casa. No tenía otra opción que escaparme de las clases para verlo.

Al día siguiente, no fui a la universidad; simplemente tomé un taxi y me dirigí a la dirección que me había dado. Era un lugar alejado de la ciudad. Al llegar, el puerto se abrió y entré. Al entrar a la casa, lo vi bajar las escaleras con una sonrisa.

—Buenos días, Minsuk —me dijo.

—Buenos días. Dime qué tienes que decirme, no tengo mucho tiempo —le respondí.

—Vamos a sentarnos —me dijo, señalando el sofá.

Respiré hondo y caminé hacia él. Ambos nos sentamos.

—Hay dos temas de los que debemos hablar, son importantes, Almass. El primero es que sé que tú eres responsable de que mi padre haya desaparecido dinero de su cuenta.

Mis ojos se abrieron; ya lo sabía, sonreí internamente, pero no lo aceptaría.

—¿Cómo te atreves a hacerme venir a tu casa para acusarme de ladrona, Juwon? No he robado nada a tu padre, ¿quién te crees? —dije indignada, levantándome del sofá.

—Almass, sé que mi padre te ofendió y que te estás vengando. Conozco a tus padres y a tus hermanos; también sé que tú eres hacker, como tu familia. Estudias sistemas. Escúchame: mi padre no dudaría en declarar la guerra contra tu familia para recuperar su dinero; él sospecha de ti. Por favor, no quiero eso; solo devuelve el dinero y todo quedará en paz.

Quedé en silencio, analizando la situación. No deseo una guerra; no quiero que mi familia se involucre en esto, pero tampoco quiero parecer una ladrona frente a él.

—Te dije que no tengo nada que ver, pero puedo ayudarte a recuperar ese dinero para tu padre, aunque no lo merece, ya que fue muy grosero conmigo. Debe ser el karma que está cobrando por lo que me hizo —le respondí, irritada y cruzando los brazos.

Observé cómo sonreía levemente, acercándose a mí y tomando mis brazos suavemente.

—Está bien, ayúdame entonces a que el dinero aparezca en su cuenta lo antes posible, ¿sí?

—Sí, lo haré. Ahora, ¿qué es lo segundo de lo que querías hablar conmigo? —le pregunté, curiosa.

—Lo de nosotros. Almass, me encantas; no puedo sacarte de mi mente ni de mi corazón, Minsuk. Quiero algo serio contigo. Permíteme conquistarte —me dijo, tomando mis caderas.

Suspiré levemente, analizando sus palabras y eligiendo mis respuestas con cuidado.

—Gracias por esos pensamientos, eres un hombre increíble, pero no puedo. Estoy enfocada en mis estudios y no quiero distraerme. Además, tú vives en Corea y yo en Italia; una relación a distancia no funciona, ¿lo entiendes?

—No pienso distraer tus estudios. Sé que son lo más importante y te daré el espacio que necesites para que estudies. En cuanto a la distancia, viviré aquí por un tiempo; no habrá problema.

—No es solo eso, es que disfruto de mi tiempo a solas. Nunca he tenido novio y temo hacerte daño. Además, mi familia no me permite tener relaciones.

—Te daré tu espacio, no te preocupes. Yo te enseñaré sobre cómo es una relación. Cuando tu familia me conozca, estarán encantados conmigo; deja todo en mis manos.

Quedé en silencio, sintiendo que él tenía respuestas para todas mis peros, pero insistía. Por Dios.

—Juwon, si me investigaste, debes saber quién es mi familia. Mi padre y mis hermanos no quieren que yo tenga una relación, ¿entiendes? Si ellos se enteran de ti, podrían hacerte daño. Debes alejarte de mí ahora que aún estás a tiempo —le dije, intentando ser honesta para que se alejara.

Pero él tomó mi mejilla con una leve sonrisa, se acercó a mis labios y me dio un pequeño beso.

—Minsuk, si es por eso, no debes temer. No pienso alejarme solo porque tu familia porque sea mafiosa. No tengo miedo; deja todo en mis manos. Cuando tu padre y tus hermanos me conozcan, estarán encantados.

Arqueé una ceja; no creía que eso pudiera suceder.

—Juwon, apenas nos conocemos. ¿Qué te parece si avanzamos con calma y nos vamos conociendo antes de hablar de tener una relación? —le sugerí.

Él hizo una pequeña mueca.

—Está bien, Minsuk, lo haremos a tu manera, pero no soy de los que buscan amigos con derechos. Quiero una relación seria.

Quedé en silencio,estoy entre la espada y la pared. Sin embargo, me parecía tierna la manera en que él actuaba, aunque sabía que si esto llegaba a oídos de mi padre, podría ser un problema. ¿En qué trabaja Juwon para no tener que temerle a mi familia? Se acercó a mis labios, besándome con intensidad mientras me guiaba hacia el sofá, dejándome llevar por su ritmo. Ciertamente extrañaba sus besos. Comenzó a levantar mi falda mientras lo besaba.

—Debo regresar —le digo entre besos.

Siento como roza mi zona, mete un dedo en mi interior.

—Dame media hora, déjame hacerte mía. Sé que también lo deseas, estás mojada, Minsuk.—

Mete un segundo dedo haciendo que un pequeño gemido salga de mi boca.

—Solo 20 minutos —le digo.

Él vuelve a besarme, saca sus dedos de mi zona, me carga mientras yo cruzo mis piernas en su cintura. Él me lleva hacia su habitación donde me coloca contra la pared mientras yo le quito la camisa. Él me sigue besando. Yo me quito la blusa quedando en sostén. Él me lleva hacia una mesa donde me sienta, comienza a quitarse la correa y la amarra en mis manos detrás de mí. Él sube mi falda, me ayuda a quitar mi panti, comienza a tocar mi zona, lo que hace que yo gima de tanto placer que esta provocando en este momento, lo que hace que en unos minutos llegue al clímax. Él se quita su pantalón viendo como su amigo está despierto, su vena palpable, que me provoca colocarlo en mi boca, por lo que me bajo de la mesa ante su mirada colocándome de rodillas, tocando con mi mano, lo llevo hacia mi boca, lo que hace que escuche su gemido. Comienzo a tocarlo, a chuparlo como si fuera un caramelo. Él me toma del cabello llevándome a su ritmo mientras sale un susurro de sus labios. Sé que le está gustando. Intento moverme rápido pasando mi lengua por toda su punta, moviendo de abajo hacia arriba. Aunque todo su amigo no me cabe en la boca, lo intento hasta que siento como su leche caliente queda en mi boca. Un poco se me escapa, me limpio con mi dedo, lo llevo hacia mi labios saboreando. Él me observa con malicia, me sube colocándome de espalda, entra en mí, moviéndose con fuerza mientras solo aprieto la mesa, gimo tan fuerte resonando en toda la habitación. Con su mano me sube el sostén mientras la otra me toma de las caderas. Le pido que me dé más duro y eso hace colocando mis ojos en blanco.