Scarlett Donovan es la joven típica que siente que debe ser perfecta, siempre guardando la etiqueta y comportándose a la altura de las expectativas. Su prometido Gianluca Vitale, hijo de una familia influyente en la sociedad Pero que se ve opacado por el desempeño de su tío Massimo. Pero la vida de Scarlett cambiará de un momento a otro cuando descubra el engaño de su prometido y mejor amiga, lo cual la terminara devastando, Pero también la despertara de ese sueño donde la vida es perfecta y la llevará a la vida real. ¿Que hará Scarlett para vengarse? Massimo también ha sufrido una decepción amorosa y odia a las mujeres debido a esto. ¿Que pasará?
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Capitulo 22
Pov Massimo:
Salí de mi despacho mucho más tarde de lo que había previsto. Las reuniones y los problemas urgentes me mantuvieron atado a la oficina, pero esta noche no podía permitirme más retrasos. Mientras me abotonaba la chaqueta del esmoquin, no dejaba de pensar en Scarlett. La había imaginado una y otra vez, vistiendo ese vestido rojo que había elegido personalmente para ella, un vestido que sabía que haría que todas las miradas se posaran en ella. No solo quería que todos la vieran, quería que ella brillara, que sintiera lo poderosa y hermosa que es.
Subí al auto y le dije al chofer que no perdiera tiempo en llevarme al lugar de la fiesta. Mientras el motor rugía suavemente y el auto se deslizaba por las calles de Milán, revisé mi teléfono por última vez. Los mensajes, los correos electrónicos, nada de eso importaba esta noche. Mi mente estaba enfocada en un solo objetivo: Scarlett.
Al llegar al evento, salí del coche con la seguridad de siempre. No me preocupaba lo que pensaran los demás, pero sabía que, como siempre, mi presencia captaría la atención. Sin embargo, hoy no tenía tiempo para detenerme y saludar a nadie. Me dirigí directamente hacia el salón, pero justo antes de entrar, mi padre, Giovanni, me interceptó.
—Massimo —me llamó, su tono de voz indicaba que lo que iba a decir no era una simple charla—. Ven, necesito que me acompañes un momento.
Sin cuestionarlo, lo seguí. Mientras caminábamos por el pasillo, sentía las miradas de las mujeres presentes clavarse en mí, como siempre sucedía. Estaban acostumbradas a ver a un hombre como yo, que no solo tenía dinero, sino también el porte y la seguridad de alguien que sabe lo que quiere. Pero esta noche, esas miradas no significaban nada. Mi mente estaba en otra parte, en alguien más.
Subimos al estrado, y me quedé un paso atrás, observando cómo mi padre se preparaba para dirigirse a los invitados. No me importaba lo que dijera; estaba concentrado en otra cosa. Busqué con la mirada en la sala y finalmente la vi. Allí estaba, justo como la había imaginado, pero mejor. Mucho mejor.
El vestido rojo le quedaba de manera perfecta. Cada curva de su cuerpo estaba realzada, y los hombres en la sala no podían apartar la vista de ella. El vestido que había escogido no solo la hacía ver increíble, la hacía destacar. Scarlett brillaba en medio de esa multitud, y yo sabía que todas las mujeres presentes la envidiaban, mientras que todos los hombres la deseaban. Satisfecho, me permití una pequeña sonrisa.
—Buenas noches a todos —comenzó mi padre, interrumpiendo mis pensamientos—. Quiero agradecerles por acompañarnos esta noche y, por supuesto, quiero felicitar a mi hijo, Massimo, por su impecable manejo del bufete Vitale. Su trabajo incansable ha llevado a nuestra firma a lo más alto, y no podría estar más orgulloso.
El aplauso que siguió fue ensordecedor, pero apenas lo escuché. Mis ojos seguían fijos en Scarlett, en cómo se movía entre la multitud, consciente del impacto que estaba causando. Estaba hermosa, poderosa, y yo no podía esperar a estar a su lado.
Cuando mi padre me cedió el micrófono, respiré hondo y miré a la multitud. Pero en realidad, solo había una persona a la que quería dirigirme.
—Gracias, papá —dije, manteniendo mi voz firme y segura—. Agradezco sus palabras y el apoyo de todos en esta sala. Pero esta noche, hay algo más que quiero compartir con ustedes.
Las miradas curiosas se intensificaron, y pude sentir cómo la atención en la sala crecía. Sin embargo, mis ojos seguían fijos en Scarlett.
—Quiero presentarles a alguien muy especial para mí. —Mi mirada se encontró con la suya, y me aseguré de que entendiera que todo lo que iba a decir a continuación era por ella—. Esta noche, quiero que todos conozcan a mi esposa, quien está aquí con nosotros.
El silencio que siguió fue palpable. Las miradas de sorpresa, los murmullos que comenzaron a extenderse por la sala, no me importaban. Lo único que me importaba era Scarlett, y sabía que en ese momento, todos los ojos estaban puestos en ella. Todos estaban viendo lo que yo ya sabía: ella era la única persona que valía la pena en esa fiesta, y ahora, todos lo sabían también.
Mientras bajaba del estrado, mi madre fue la primera en interceptarme, su rostro reflejaba confusión y sorpresa.
—Massimo, ¿qué está pasando? —me preguntó, casi exigiendo una explicación—. ¿Quién es tu esposa?
La miré sin responder, simplemente sonreí y seguí caminando hacia Scarlett. La sala parecía volverse más silenciosa a medida que me acercaba a ella, como si todos estuvieran conteniendo la respiración. Llegué a su lado y sin dudarlo, la tomé de la cintura, acercándola a mí.
—Quiero que conozcan a Scarlett Vitale —dije, asegurándome de que todos escucharan bien mi voz—, mi esposa.
Entonces, sin más preámbulos, la besé. Fue un beso que significaba más que cualquier palabra que hubiera podido decir. Sentí cómo el salón entero se quedaba en silencio, y cómo todas esas miradas, las de envidia, sorpresa y deseo, se fijaban en nosotros. Pero no me importaba. Scarlett era mía, y esta noche, todos lo sabrían.
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