Entre Venganza Y Amor

Un pitido en mis oídos estaba presente al igual que el dolor en la cabeza, pero no le daba importancia, dolía, pero no era nada comparado al vacío en el pecho que sentía desde hace horas. Después de un tiempo quité la mirada del suelo, aún seguía con manchas de sangre, pero ella ya no estaba.

Me arrastré hasta llegar a la cama, apoyé la espalda y tiré la cabeza hacia atrás. Los ojos se me llenaron de lágrimas otra vez, no podía dejar de llorar, no cuando la tristeza y frustración me inundaban. ¿Por qué no pude prevenir esto? Yo pasé por esto, pero no pude verlo en ella, que idiota soy. Yo era su único soporte, uno que solo decepcionó y no cumplió con su deber.

Puse recto mi cuerpo intentando controlar la respiración que se volvía irregular cada pocos minutos. Giré la cabeza y vi algo que me llamó la atención, bajo un mueble había un objeto extraño.

Con la poca fuerza que tenía en el cuerpo me paré y lo agarré, era un cuaderno y una carta. Una punzada en el pecho se hizo presente al ver la letra de Mar en ella, estaba dirigida a mí. Sin pensar tanto comencé a leer la carta;

"Querida Tanea, tú que siempre fuiste la causante de mis sonrisas, mi compañera y amiga. Tú que siempre estuviste para mí, fuiste la que mejor me entendió siempre espero que esta vez sepas perdonar esta decisión egoísta que tomé.

Te pido perdón porque sé que esto te va a herir, sé que no vas a entender nada, pero quiero que sepas que era el único camino que podía tomar. Si no hacía esto, todo sería peor.

Mereces una explicación, saber la verdad así que te dejaré mi diario íntimo y allí podrás leer lo que no pude decirte cara a cara. Confío en ti, en que sólo lo sabrás tu y nadie más.

Quiero que sepas que te adoro, mi último pensamiento serás tú"

Apoyé la hoja en mi pecho, como si esa acción pudiera hacer que los verdaderos sentimientos de Mar pasaran a mi corazón y así comprender todo un poco mejor.

-Permiso, Mar- murmuré al agarrar el pequeño diario íntimo que dejó.

Ni siquiera sabía que tenía uno, siempre lo tuvo bien guardado. Hice círculos con el dedo pulgar en la tapa de cuero marrón, ¿estoy segura de que quiero abrir y leer lo que hay adentro? ¿Podré afrontar la verdad? ¿Podré soportar saber la cruel realidad de Mar?

Aunque tenga miedo tengo que hacerlo, no puedo atrasar las cosas. En mis manos tengo la llave a la verdad. Tomé una bocanada de aire y comencé a leer, por la fecha que aparece en la primer página parece ser que comenzó a escribir el diario hace meses.

No sé cuánto tiempo pasé leyendo, solo sé que pasé por incontables emociones cada vez que leí una oración. En mi mente estaba conectando y procesando toda la información, fue como un baldazo de agua fría.

Mar nunca quiso irse, la obligaron hacerlo, ÉL la llevó a esto.