Todo iba al plan de Morgana, un hombre cualquiera, guapo, con exelente carácter y suficiente borracho para darle lo que necesitaba.
Un hijo.
Solo eso necesitaba para conseguir todo lo que la vida le ofrecía.
Sin embargo después de años, la vida le devuelve lo que tanto quitó y pidiéndole aún más.
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Capitulo 22
Edgar bajo las escaleras para intentar mantener a la prensa en paz, hoy no era su mejor día y mantenía la calma para no intentar matar a las personas que gritaban en el portón de la mansión.
Morgana aún no se había levantado, sin embargo no tardaba en hacerlo y lo que menos quería él, era que la chica tomara aquel asunto en sus manos, después de todo, el embarazo se notaba y era más explosión a lo que se avecinaba.
—Creo que había olvidado cuan molesta era la prensa— Margaret salió de su habitación, con tubos en la cabeza y con el rostro verde— Ya, no digas nada, sé lo que tengo que hacer.
Y sin decir nada más salió de la habitación.
Edgar tomo todo el coraje para salir, suspiro profundo, el jamás había estado involucrados en ningún escándalo hasta cuando Holly decidió irse, pero ahora aquello parecía cosa de niños, la gran avalancha de reporteros lo iban a destrozar. Así que tomó una bocanada de aire, y suspiro intentando guardar los nervios, estaba listo.
Pero cuando estaba listo para enfrentarse a cualquier cosa, la rubia, secretaria de Morgana entró, su cabello se encontraba agarrado firmemente en una coleta y sobre su cuerpo mantenía una ipad que apretaba con fuerza.
—Señor Smith, le sugiero que no salga.
—¿Porque no?
—Porque tiene que ver esto
Entonces la chica le entrego él ipad y supo porque había tanto alboroto. Su corazón bombeo con fuerza cuando vio la noticia con sus propios ojos. Alguien había filtrado la información completa de lo que había sucedido y no se había limitado a guardar ningún detalle, todo estaba ahí, con sus propias manos, incluso una foto del niño y de Edgar, comparándolos poniendo la cereza del pastel.
—¿Que es esto?—Edgar intento guardar la compostura—¡Quien hizo esta tontería!
—Ronald—Morgana se encontraba en la punta de las escaleras, su calma sólo sorprendió a Edgar— Él es el único que sabe la verdad y que tenia esas fotos. La verdad, me siento un poco aliviada. Sin él, nada de esto podría suceder.
Edgar no comprendía la situación, su hijo estaba de por medio, aunque se alegraba por tener que reclamar su hijo como suyo, sabía que las consecuencias no eran para ellos mismos,si no para el niño que aún no sabía la verdad.
—¿No entiendes, verdad? —Edgar estaba al borde de la locura— ¡Morgana piensa solo una vez en Jacob! ¿Que le diremos después de esto? Sus compañeros... todo el mundo sabe que Ronald Thompson no es su padre y que un extraño lo es.
—Por lo mismo lo pienso, Edgar. ¡El niño no necesita esperar, necesita saberlo ya! ¿Que quieres? ¿Esperar cuando tenga dieciocho o cuando mejor se casé?
—Tu no entiendes... porque desde el principio no pensaste nada más que en ti, ni en Jacob, ni en Ronald, vaya ni siquiera en mi. Pero esta bien, no te culparé por acciones que te orillas a hacer esto. Pero ahora mismo, tienes que entender que tus padres ya murieron, no existen y todas tus acciones tienen consecuencias y no dejaré que te lleves a Jacob ni al bebé entre tus manos solo para satisfacerse, ya no.
Edgar bajo las escaleras y camino lejos de ella , necesitaba calmarse, sabía que lo que había dicho era verdad, algo que siempre se había guardado pero ahora mismo, pero ahora que su furia había desaparecido solo pudo recordar aquellos ojos que Morgana le había dedicado con esos ojos llenos de dolor. La chi a sufría por la consecuencias, consecuencias que quizá ella no tuvo que ver, pero si importaban como iba a seguir su vida incluso si Edgar se alejaba o se quedaba para siempre con ella..
Morgana estaba a punto de llorar sin embargo reprimió el impulso para no desmoronarse ahí mismo, no quería ser débil ante el momento, tenía que responder por sus acciones y hoy era el día día dejaría las mentiras, tenía que hacerlo para ser completamente feliz.
—Eider, prepara una rueda de prensa en la casa, iré por Jacob y Ronald para avisarles de lo que va a suceder.
—¿Realmente estás bien, amiga?—Eider se encontraba totalmente preocupada por su amiga—No te vez lo suficiente...
—Ve a hacer lo que te dije, Eider. Yo iré por los demás..
Morgana guardo la compostura y solo necesito un minuto para abrazarse a si misma, tenía que hacerlo, hoy iba a saberse la verdad de lo que tanto había guardado por años. Así que lentamente bajo las escaleras y se dirigio directamente hacia el cuarto de Jacob.
Morgana a pesar de que el mundo creía que ella no quería a Jacob, su sueño siempre fue ser madre y a aunque la dureza de su carácter le impedía demostrarle que lo amaba, siempre mantenía el tiempo suficiente para saber todo del niño. Y hoy era momento de ser sincero con su hijo, hoy tenía que explicarle que independientemente de quien fuera su padre, ella iba a amarlo siempre.
Así que entro a su habitación y encendió las luces, el pequeño bulto de su cuerpo se encontraba cubierto completamente, Jacob amaba dormir de esa manera y siempre lo recordaba así después de llegar del trabajo. Camino hacia él...
Pero Jacob no estaba, ni siquiera su juguete favorito, ni la ropa que ella misma había doblado ayer.
Desesperada, salio de la habitación y camino a trompicones hacia sala, donde Margaret se encontraba tomando una taza de café.
—Oh querida, hasta que bajas, mi hijo puede ser demasiado a veces...
—Margaret ¿Haz visto a Jacob? No está en su habitación.
—No, un no. Pero querida, déjame decirte que Ronald es un loco total, ayer lo vi en la habitación del niño llorando, creo que mi nieto...
—¿Podrías ayudarme a buscarlo? Necesito verlo—Morgana ignoró a la mujer y su corazón latía de prisa, algo había pasado.
—Quizá Edgar está con él.
Como si lo hubieran llamado, el hombre apareció y no había rastro de Jacob.
—¿Que sucede?
Pero la chica no tenía ninguna respuesta, solo busco desesperada cualquier lugar donde el cuerpo de Jacob se podría esconder. Estantes, muebles, donde fuera. Pero no estaba, ni había rastro del niño.
Ni siquiera un juguete.
—Jacob, se ha ido.