Karina es una chica alegre que le apasiona la literatura y esta a a punto de graduarse la universidad, ademas de casarse con quien creía que era el amor de su vida.
Leonarod es un exitoso empresario quien esta comprometido con Sara Amelia desde joven por sus padres.
Dos personas totalmente desconocidas, con vidas distintas y planes diferentes que parecian no tener nada en comun, pero al parecer destino tenia otros planes para ellos.
-¿Quien es esa mujer con un vestido de novia mojada por la lluvia en medio de la nada?- Se pregunta Leonardo cautivado por su belleza
Dejandose llevar por el deseo, se entregan el uno al otro, pero ella confundida y con muchas dudas huye sin saber que los planes para su vida cambiaron... y 6 años después debe regresar a su hogar y sin esperarlo él pasado la puerta de su corazón volvio a tocar.
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CAPITULO 21
—¿Edwin? ¿Qué carajos haces aquí?—Le dije enojada, no puedo creer que sea tan cínico. Trate de hablar en voz baja, ya que estoy en horario laboral
—¿No me extrañaste? Porque yo a ti si y mucho, no sabes cuánto sufrí cuando desapareciste mi vida—Dijo acercándose a mí, trate de irme, pero estaba contra la pared y su mirada me da un poco de miedo
—Te equivocaste de persona, Thania está en la parte b de la empresa—Le dije, pero él se pegó a mi fuerte y me sujeto la mano donde no tenía las copias, el miedo se apoderó de mí y mi voz no salía
—Suéltame, suéltame, Edwin por favor, vete
—No me iré… Y no te dejaré ¿sabes en todos los problemas que me metí por tu culpa? ¿Cómo pudiste ser tan desconsidera ah? Me dejaste en vergüenza al huir y quede en la ruina, me toco pasar de todo para recuperarme, ahora mi padre murió y la única manera en la que puede heredar su fortuna es si tengo un hijo, un heredero… ¿Y adivina qué? Alexander es la mejor opción –Me dice el muy descarado con una sonrisa burlesca
—Esa no es una opción desgraciado mi hijo no tiene nada que ver contigo, ahora lárgate—Le grite con furia y me zafé de su agarré. Me quise ir, pero él me tomo del mentón apretando fuerte mi rostro
—Eso nadie lo sabe, no creas que no sé lo que hiciste, tanto cuento de ser una santa y al final resultaste no ser más que una arrastrada sanguijuela. De seguro me fuiste infiel, ¿Por qué demonios no te acostaste conmigo y fuiste a buscar a quien sabe qué?— Me grito con asco y con toda mi fuerza le di una cachetada
—Lávate tu sucia boca antes de hablar de mí, yo no soy como tú y no me rebajaré a ese nivel, pero no me molestaré en explicarte por qué sencillamente tu opinión no me importa—Le grité con todas mis fuerzas y todos los que había alrededor llegaron corriendo.
—Maldita ¿Cómo te atreves? No eres más que una perra—Estaba a punto de pegarme que por instinto cerré mis ojos, pero se hizo un silencio sepulcral, no sentí ningún ardor lo cual me extraño. Abrí mis ojos lentamente y el señor Leonardo estaba casi frente a mí sujetando la mano de Edwin con tanta fuerza que Edwin se retorció del dolor
—Ni se le ocurra colocarle un dedo encima a la señorita Spencer—Dijo interponiendose entre él y yo
—Esto no es asunto suyo, es entre mi mujer y yo
—Yo no soy su mujer desgraciado, ¿se le olvido que está casado o qué?
—Edwin ¿Qué rayos crees que haces?— Entra diciendo mi prima eufórica al escucharlo
—Tania No finjas que nos amamos querida, lo nuestro es solo escrito y por interés desde hace mucho. –Le dijo Edwin asqueado y vi como Tania apretó sus puños con impotencia y sus ojos se cristalizaron frente a todos… Eso me dio lastima, debe doler quedar en ridículo frente a todos
—Edwin no hagas esto y vete, después de todo es tu esposa asi que aprende a respetarla. Ahora lárgate de aquí –Le dije enojada
—No me iré sin que ese niño bastardo esté con mi apellido— Me gritó y el señor Leonardo le dio un puño en la cara que lo dejo en el suelo
—Que sea la última que se dirija a mi hijo de esa forma malito desgraciado—Dijo el señor Leonardo y yo quede en shock ¿su hijo? ¿Cómo es posible? De seguro lo dijo porque lo quiere y quiere librar se Edwin, si seguro es eso…
—¡Seguridad, saquen a esta escoria de la empresa y queda rotundamente prohibido su ingreso en ella! – Si señor—Dijeron los de seguridad y se lo llevaron arrastrados mientras gritaba, Tania me miraba con odio y todos estaban en shock, incluida yo, miré los documentos en el suelo y sentí como el señor Leonardo me tomo de la mano y nos dirigió a su oficina cerrando la puerta.
—Ammm yo e-e señor Leonardo disculpe el problema con él yo—shhh no digas más tranquila—Dijo colocando su dedo en mis labios y yo quede confundida
—Gracias… Y le agradezco por lo que le dijo a él sobre mi hijo, pero eso le va a traer problemas, toda la empresa se va a enterar y usted va a estar en problemas
—¿A qué te refieres?
—Usted defendió a mi hijo, incluso dijo que era su hijo para defendernos… No era su responsabilidad y aun así lo hizo. Se lo agradezco de verdad, pero creo que fue muy impulsivo señor –Le trate de explicar la situación y él cruzo sus brazos
—Karina… ¿Tú crees que soy tan impulsivo como ara hacer eso por un arrebato? Pude haber dicho que no tratara asi a un niño y ya, no era necesario decir eso… ¿No sabes porque lo dije? —Él se fue acercando a mí,
yo retrocedía, agache mi mirada tratando de pensar, su mirada era tan penetrante que sentí ya había visto esos ojos en mis sueños
—No-no no yo a e no, entiendo— No sé por qué pero estaba tartamudeando, sentía mis mejillas arder
—¿No me recuerdas ni un poco Karina? Porque yo si te recuerdo a la perfección, un rostro que me dejó hipnotizado, unos labios deliciosos, una mirada triste y opaca que reflejaba dolor, un cuerpo que pude recorrer… Por solo una noche hace más de seis años, pero que marcó mi vida y sin darme cuánta la esperé sin saber cuándo podría volverla a ver, pero aun así mi corazón la espero pacientemente y aun si no hubieras vuelto sé que te hubiera seguido esperando porque en el momento que te conocí mi vida se unió a la tuya