Aurora Parisi es una joven de 20 años, recién egresada de la universidad a su corta edad, estudio negocios y administración, es dulce, amable y muy correcta, ella es hija adoptiva de los Parisi.
Perla Parisi tiene 20 años y es la hermana de Aurora, es egoísta, caprichosa, manipuladora y odia a su hermana, le ha hecho la vida imposible y le ha quitado todo lo que puede.
Aurora siempre se ha negado en trabajar en el negocio familiar, en la mafia, pues, es muy correcta, a pesar de todo adora a su hermana, pero todo cambia cuando Perla se queda con el prometido de Aurora, allí es cuando ella se olvida de sus principios y aceptara la propuesta de su abuelo entrando a un mundo oscuro donde lo conocerá a él y se dejara llevar por la pasión y lo prohibido.
Él, Massimo Caruso un Mafioso cruel, frío, despiadado, sexy y ajeno, hará que la dulce Aurora caiga en la red de lo prohibido.
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La printsessa.
Aurora.
Al entrar al apartamento veo a los amigos de Massimo y a mis amigas, también ví a mi príncipe Nico, estoy nerviosa, conozco como es él conmigo y temo por lo que las locas de mis amigas le dijeron.
— Príncipe como estás— saludo y pum. Mi hermano me le soltó un golpe a Massimo que lo tomó por sorpresa cuando él iba a responder, me interpuse entre dos.
— basta príncipe, no lo lastimes, por qué le pegaste— digo mientras me coloco en medio de los dos.
— Printcessa por favor, quítate que lo voy a matar.— dice tratando de golpearlo, pero los chicos también me ayudan agarrándolo.
— A mi hermana la respetas imbécil, a ella no la vas a tratar de zorra, ella ya no está sola, me tiene a mí.— grita mi Nicolay furioso entonces me le acerco, tomo su rostro como mis dos manos y uno nuestras frentes.
— Mi príncipe tranquilo, sí, no es como piensas cálmate.— pero el celoso de Massimo me saca de los brazos de Nico y me toma de la cintura.
Yo lo miro y trato de que se calme.
— Mi amor por favor no empeores las cosas, lo conozco y aquí puede haber una desgracia.— digo y niega.
— Señor Ivanov yo amo a esta mujer desde que la vi, pero por malos entendidos nos separamos a pesar de que la amo con mi vida y ya me estoy divorciando, de hecho precisamente hoy saque de mi vida a la mujer que se casó conmigo.— dice y mis amigas aparte de todos se sorprenden.
— Usted está diciendo que se va a divorciar, eso quiero verlo, primero mi chiquita tiene quien la defienda y ya suéltala que no me gusta que la toques.— dice Nico y como puede lo empuja.
— Eso no se va a poder, no me voy a separar de mía Regina y te informo que seré a dónde esté iré yo, la deje ir una vez, pero no pasará dos— dice sujetando esta vez mi mano.
— Me voy a divorciar, ya es un hecho, antes esperaba por su firma, pero ahora solo tendré que entregar una prueba y listo y esa la tendré a más tardar mañana.— dice y Nicolay trata de acercarse, pero los chicos están alertas.
— Mira niño bonito el hecho de que dejes a tu esposa con una enfermedad a cuestas no me da confianza, le harás lo mismo a mi niña.— dice mirándolo endemoniado, es una guerra de miradas y si no fuera por qué conozco a Nico y es capaz de sacar su arma y volarle la cabeza a Massimo me reiría de la imagen frente a mí, mi hermano es un hombre que enana oscuridad tiene el cuerpo tatuado el cuello y hasta la cabeza y Massimo aunque es despiadado y su mirada es asesina se ve tan dulce delante de Nico el todo rubio, con su cara perfecta y ese aspecto de muñeco de torta da un poco de gracia.
— Ella mintió por esa razón, no me divorcie antes, pero es una garza, me mintió todo el tiempo y yo por creerla frágil, jamás investigué ni dudé y esa es la prueba que entregaré.— dice y toma mi mano, o sea verme con amor.
— Amo a esta mujer y juro que cada uno de los que la lastimo la pagará con creces.— dice y esto calma a Nico.
— printsessa tú quieres a este hombre— me pregunta y niego haciendo que la cara de Massimo cause gracia.
— No lo quiero, lo amo.—digo y me sonríe. Massimo me toma de las manos y me lleva al centro de todos los presentes, pone una rodilla en el suelo y creo que me voy a desmayar.
— Aurora Parisi, Natasha Ivanov, Mía regina... Quieres hacerme el hombre más feliz de la tierra y casarte conmigo, sé que fui un idiota, pero te Amo.— Dice y asiento llorando como boba, miro a las chicas y están dando saltos de alegría, Nico tiene su cara de "te voy a matar bastardo" y los chicos me levantan los pulgares.
— Si mi amor, si, sí y mil veces sí.— digo y Nico dice con molestia mientras pone los ojos en blanco.
— Como te atreves a pedir esto sin una anillo, mi printcessa merece las estrellas— Massimo me toma las dos manos aún arrodillado y dice.
— Recuerdo cuando me dijiste que te negabas a estar conmigo porque soñabas con vestirte de blanco y llevar un anillo en tu dedo, si ese era el problema entonces...— Massimo gira a ver a su guarda espaldas al mismo que le entrego la caja y este le abre la caja a Massimo.
Él la abre y hay diez cajitas más pequeñas.
— Mi amor tú soñabas con llevar un anillo en tu dedo, pero eres la mía Regina, así que mira.— saca un hermoso anillo de diamantes y lo pone en mi dedo anular y luego va destapando las otras cajitas y todas tienen anillos diferentes.

-— No mereces un anillo, mereces diez.— dice y lo abrazo y lo beso.
— Sabes que no me refería a eso— le digo pegado a sus labios.
— lo sé, pero quise darte eso y por lo de vestirte de blanco te puedo comprar una tienda entera.— dice y niego.
— te amo mi amor.— Digo y me besa, luego me dice.
— Tantos disparos me han dejado sordo, no escuché lo que dijiste.— Dice y se ríe.
—Te amo, te amo amor — dice y carraspean, mis amigas me abrazan y felicitan y luego Nico me abraza.
— Te acabo de recuperar y ya te voy a perder.— dice y le lleno la cara de besos.
— Bueno, ya basta no— dice Massimo celoso.
— Cuñado, no te he felicitado, permíteme.— dice Nico y se le acerca. Trato de apurarme y agarrarlo, pero es tarde.
¡Pum! Un golpe directo va a la cara de Massimo.
— Ahora sí... Bienvenido cuñado — dice y le da la mano, yo abrazo a Massimo y le veo el golpe.
— Ya muero por qué se lo lleves a papá y al abuelo.— Dice sonriendo Nico, lo adoro pero se pasa.