Mientras Tu No Estabas. Dinastia Beaumont

Karim se apartó de Katherine y siguieron bailando.

Al girar Kat vio la mirada de desaprobación de su padre y la furia de sus hermanos, hasta Alexos parecía molesto.

— Tal vez deberías empezar a huir dijo ella.

— Por supuesto que no ¿ qué clase de hombres crees qué soy?, te advertí que si te besaba no había vuelta atrás habibati dijo él muy serio.

— Sí no han montado una escena es porque papá no lo permitiría.

— No soy un niño al que puedan asustar, tranquila todo va a estar bien dijo él con mucha confianza. Ella sonrió— disfrutemos de nuestro primer baile dijo él. Él la rodeó con sus brazos y la atrajo hacia sí, Kat sintió la dureza del cuerpo de Karim contra cada curva del suyo. Cuando inclinó la cabeza para besarla, cerró los ojos y ella se dejó llevar. —¿Qué es más importante que el amor?, pregunto él — Karim deslizó con delicadeza un dedo por la pequeña y recta nariz de Kat. Ella se estremeció a la vez que pensaba en sus palabras. Amor. Pero no debía referirse al amor en el sentido occidental, tal y como ella lo conocía.

Cuando dejaron de bailar, Karim tomó a Katherine de la mano guiándola hacia una de las mesas y no se separó ni un minuto de su lado.

— ¿No te cansas de mí? –le preguntó ella.

–¿Cómo me voy a cansar de ti si eres distinta a todas las mujeres que he conocido en mi vida? –la contradijo Karim –. Nunca sé qué es lo siguiente que vas a decir, habibati. Tu padre se ha esforzado mucho por tu cumpleaños dijo él mirando alrededor.

Ella iba a responder, pero al mirar hacia atras vio a Alexos.

— Alexos viene hacia aqui dijo Kat.

— No te preocupes dijo él tomando su mano para besarla.

— Karim tenemos que hablar dijo Alexos muy serio.

— Por supuesto, Karim se puso de pie.–Espérame aquí, enseguida vuelvo.

— Voy contigo, dijo ella.

— No es una conversación de hombres tú te quedas aquí, respondió Karim muy serio.

En ese momento Katherine sintió deseos de golpearlo, ¿qué clase de neanderthal era?.

Ellos se apartaron unos metros y comenzaron a conversar.

— Necesito que me expliques ¿que estás haciendo?.

— Me gusta Katherine y me propongo tener una relación con ella.

— Le duplicas la edad y es mi cuñada eso sin contar que los presente yo.

— Lo sé y estoy siendo sincero no le he faltado el respeto a Katherine, lo que has visto es cuanto hubo. A no ser por la salida de ayer a la tarde la cual reconocí ante tu suegro. No pienso esconderme.

— Asumo entonces que darás la cara por Kat dijo Alexos.

— Por supuesto, no hubiera besado a Katherine si no fuera así dijo él mirándola intensamente.

— Karim tú tienes un compromiso con tu país, ¿Dónde entra Kat en eso?.

Karim la observó, y recordó la tarde anterior había llegado el momento de la despedida. ¿Echaría de menos a Kat?, ¿cómo podría echar de menos a una mujer con la que solo había compartido unos castos besos?.

Echaría de menos su habilidad para retarlo, su rechazo a todo lo que el dinero podía comprar, incluso su amabilidad con los trabajadores y todos persona que se le acercara. Y echar de menos a una mujer, incluso considerar que había una mujer capaz de darle algo más que un par de semanas de diversión, no era una experiencia conocida para Karim. Siempre había creído que después de dejar a una mujer encontraría a otra que lo atraería todavía más. Continuaría con su vida como hacía siempre, por supuesto que sí. Y entonces ella se puso de pie y un hombre la miró. Entonces se la imagino en la cama con ese hombre o con el de la discoteca. Sintió náuseas. ¿Por qué le molestaba tanto aquella imagen? No era posesivo con las mujeres, nunca lo había sido, ni sensible tampoco. Cuando se terminaba, se terminaba, además ellos no habían compartido intimidad. No era un hombre inestable e irracional, que se obsesionaba con una mujer y se emborrachaba cuando la perdía. Él no se emocionaba, no se encariñaba con nadie... tampoco sufría ni se decepcionaba. Nunca era vulnerable. Aquel era un riesgo que solo corrían los tontos y él nunca había sido tonto.

— ¿En qué piensas? –le preguntó Kat al verlo tan serio–. Pareces enfadado.

–¿Por qué iba a estar enfadado? –inquirió él, molesto porque Kat lo conocía demasiado bien y solo habían compartido algunas horas.

Necesitaba distanciarse de ella, necesitaba dejarla en la casa para poder estar tranquilo y lo hizo.

En cuanto llegaron a la casa y luego de asumir que habían estado tomando un café con su padre él se marchó.

Llamo a la joyería para enviarle su regalo y se dio cuenta de que necesitaba saber si la había usado, si le había gustado, que vestido había escogido.

Se la imagino con esos vestidos cortos, pero no había elegido uno que él escogió.

Solo pensaba saludar y marcharse, pero una vez más ella lo arrastro volviéndolo un hombre irracional.

— Nos estamos conociendo, pero llegado el momento sería la Reina de Burhan dijo Karim, sorprendiendo a Alexos, incluso sorprendiendose así mismo.

— Dudo seriamente que los Beaumont lo acepten dijo Alexos.

Karim regreso junto a Katherine ella se encontraba conversando con dos invitados la tomo por la cintura. Unos dedos largos y delgados le apartaron unos mechones de cabello del delicado hombro y unos labios calientes, masculinos, se posaron en su cuello, haciendo que sintiese una oleada de calor por todo el cuerpo. A pesar de que estaba muy enfadada, Kat no pudo evitar reclinarse sobre Karim para apoyarse en él y compensar la debilidad de sus piernas.

–Discúlpanos –dijo este al otro hombre mientras se llevaba a Kat agarrada de la cintura, hacia la casa. Stus les abrió la puerta y Kat vio que sus ojos brillaban de diversión a pesar de que su expresión parecía educada e impasible

Aquella mirada avivó su ira todavía más y aquel fue el único motivo por el que no protestó ante el comportamiento dominante de Karim. No quería tener una discusión con él delante de todas aquellas personas.

— ¿Cómo te atreves a tratarme así en público?.

A Karim le sorprendió que lo desafiase de aquella manera y su gesto se endureció

— Estabas coqueteando con él.

—No he coqueteado con él! –replicó Kat enfadada–. Solo estábamos.

— No, estabas coqueteando sin parar, parpadeando de manera exagerada, sonriendo... ¡Riendo! –la acusó en voz baja mientras la fulminaba con la mirada. Kat se dio cuenta de que Karim estaba hablándole en serio. Apretó los labios. Lo he visto en su rostro, no se ha dado cuenta de que estas reservada hasta que no me he acercado a ti! –le respondió Karim –. No se habría atrevido a tocarte si hubiese sabido que estabas conmigo. Tenías que haberte excusado e ir a mi lado... Kat inclinó la cabeza, sus ojos brillaron ante semejante ofensa.

—¿Pegada a ti, como con pegamento, para que no necesitases marcar tu territorio como un lobo? Jamás en mi vida había sentido tanta vergüenza.

Karim también le brilló la mirada al oír aquella acusación.

—¡No exageres! Solo te he dado un beso en el cuello. ¡No te he acariciado de manera íntima!

La puerta se abrió en ese momento y Katherine instintivamente se paro delante de Karim para protegerlo de sus hermanos...