Recuperando La Felicidad

Narra Ada

—Qué... no, no... Mi cabeza va a explotar. ¿Por qué nunca me buscaste? —pienso en voz alta, pero mi mente está llena de preguntas. No puedo creer lo que me está diciendo. Me siento completamente perdida.

Quiero decir algo más, pero la mujer continúa hablando.

—Mi hija se enamoró de tu padre, y yo no estuve contenta con eso por mucho tiempo. Cuando naciste, nos acercamos y éramos muy felices. Luego tu madre murió, y tu padre cayó en una horrible depresión. No podía ni cuidarte. La familia de tu papá era muy rica, tanto que tenía hospitales por todo el país. Tu padre solo tenía a sus padres, pero ellos murieron envenenados cuando él tenía 15 años. Tenía un tío, pero no se querían, la vida de tu padre era muy triste hasta que llegaste tú y tu mamá. Después de su muerte, él no quería casarse, pero Sofía se embarazó y lo obligó a casarse. Luego ella tuvo un aborto, y tu papá se sintió tan culpable que la trató muy bien...

Me quedo completamente sorprendida por todo lo que me contó. Yo no sabía nada de mi vida, ni de mi familia. Siempre pensé que estaba sola, pero resulta que mi vida no era tan simple como yo creía.

La mujer que pensé que era mi madre, resulta no serlo. Pero hay algo que no entiendo. Si Sofía tanto dice amar a mi papá, ¿por qué me trató tan mal? Necesito investigar sobre el accidente, sobre todo lo que sucedió.

—Entiendo todo esto, pero ¿por qué apareces ahora? ¿Por qué no antes? —le pregunto, intentando mantener la calma, aunque todo dentro de mí está revuelto. Necesito saber más para poder sanar.

—Porque cuando murió mi hija (tu madre), yo no estuve de acuerdo con que tu papá se casara con esa mujer. No me parecía buena para él y tuvimos muchas discusiones. Llegamos a un punto en el que me pidió que me alejara, y eso hice. Hace cuatro meses te mandé a investigar para saber cómo era tu vida y cuándo sería el mejor momento para aparecer. Como ya tienes 18, era el momento de volver a tu vida y que supieras de tu pasado. Te investigué a ti y a las personas a tu alrededor, por eso me di cuenta de lo que vivías. No sabía que tu padre había muerto... lo siento —dice, con tristeza, y termina en un susurro.

Esto es tan confuso... nunca imaginé que tenía una abuela. Toda la vida pensé que solo tenía a Sofía, la mujer que se casó con mi padre. Pero ahora todo esto es un shock. La miro y veo solo tristeza y nostalgia en su rostro.

—Sé que llegué tarde, pero necesito que sepas esto... Tu padre te dejó un fideicomiso, y los abogados te lo entregarán en unos meses. Es para tus estudios y para que tengas una buena vida. Pero quiero que sepas que tengo un tumor en la cabeza, y me queda poco tiempo de vida. Quiero que conozcas a este tipo, y quiero que salga de la casa de Sofía. No creo que esa mujer sea tan sencilla como parece —me dice, mientras pone sus manos sobre las mías.

Yo no sé qué pensar ni qué hacer. Todo esto es tan abrumador. Solo quiero que, si tú quieres que esté a tu lado, lo estaré. No te dejaré sola, no importa lo que pase. Tú eres mi abuela, y eso no cambia. Estaré contigo mientras me necesites. Si me necesitas, me llamas.

Tengo que irme, tengo algo importante que hacer.

Ella me mira y asiente con la cabeza, luego me da un abrazo, uno que le devuelvo con alegría. Por fin siento que no estoy sola, aunque el dolor y la incertidumbre siguen presentes. Me despido, salgo de la cafetería y me encamino hacia casa.

El impacto de la conversación con mi abuela todavía me estremece. Mi mente está llena de preguntas y mis sentimientos están en caos. Pero sé que lo que me dijo es importante, y debo enfrentar lo que viene.