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Bailando Con El Peligro

Bailando Con El Peligro

Status: En proceso
Genre:Amor tras matrimonio / Intrigante / Mafia / Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:680
Nilai: 5
nombre de autor: Hanna Touchi

Dentro de lo más profundo de esta sociedad, existen males que le hacen bien al mundo, sin embargo, su simple existencia envenena a todo el que la toca.

Mas allá de la vida cotidiana, este mundo consagra distintas plagas, una de ellas ha logrado atrapar a Killian Inagawa en una red de dulces mentiras superpuestas por ¿su prometida?

NovelToon tiene autorización de Hanna Touchi para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Horns

Laila me observa sorprendida. Podía notarlo por el ligero movimiento en sus cejas. Cada detalle se graba en lo más profundo de mi mente. El provocar que esta mujer sienta algo tan fuerte que no sea capaz de ocultarlo hace que mi alma se arrodille ante su presencia.

Deseaba corresponder a sus esfuerzos de la misma forma, compartiendo una misma carga, y es por esta razón que no cedería a su petición silenciosa por primera vez desde que la conocí.

–Muy bien.

Cede finalmente, apretando mi mano y dirigiendo una mirada llena de furia hacia Di Gati. Aquello provoca que un escalofrío recorra por toda mi espalda, cosa que puedo ver en la joven Nakamura, la cual no despega la mirada de la de Laila.

Contrario a lo que esperaba, Di Gati corresponde a su amenazadora presencia con una sonrisa satisfecha, para después abandonar la sala junto con sus acompañantes.

–Ethan, llama a Einer de inmediato y llévalo al despacho.

Le ordeno, levantándome de la silla y evitando tanto como puedo la conversación con mi esposa, después de todo, resistirme a su silencio era más sencillo que a su característica manipulación tentativa y no iba a permitir que me hiciese cambiar de opinión.

–Killian.

Me llama inmediatamente. Una mujer astuta hasta más no poder. Sabía que me intentaría escapar, así que intenta retenerme tan pronto en cuanto estamos solos.

–No tienes que hacerlo – Reitera, levantándose de la silla y tomando mi brazo – Con una sola orden puedo hacer que te acepten como el jefe sin hacer algo tan estúpido.

Volteo a verla. Esa expresión entre súplica y poder que me piden usarla como mi pilar y poder absoluto, hace que ese instinto de manipulación que desarrollé al conocerla, se active como morfina en mis venas, durmiendo cualquier sensación de temor.

Ello provoca que una sonrisa se dibuje en mi rostro, propensa a satisfacer su sed con mi propio poder. Rápidamente, levanto su rostro y me inclino ligeramente para apreciarlo.

–No voy a usarte de esa forma. Tengo mi propio poder, además, podré compartir una hermosa cicatriz con mi esposa – Suelto, robándole un beso lento – Con eso no quedará duda alguna de que eres mía.

Dicho esto, me retiro del lugar y me dirijo al despacho. Durante el trayecto me cruzo con Iker, quien me espera cruzado de brazos a un lado del pasillo.

–¿No deberías estar entrenando al personal?

Le reprocho, advirtiendo su siguiente movimiento. Lo conocía bastante como para saber que se había escapado de sus responsabilidades solamente para burlarse de mí.

–No puedo vivir sin ti hermano, pero como me has reemplazado, no tengo más opción que llamar tu atención con mi rebeldía.

Responde, guiñándome el ojo cual imbécil. No puedo evitar soltar una risilla al escuchar tal excusa barata. Este joven no cambiaba con los años… por lo menos no conmigo.

–Dime a qué has venido, si bien recuerdo, tienes a tu querida Fiorela rondando la mansión, ¿o es que ya la has olvidado?

Se la devuelvo, prosiguiendo con mi camino, a lo que él no duda en seguirme.

–Sabes que no es así. Ella no ha dejado de apuntar su interés hacia ti, incluso no se ha rendido frente a la propia Durga, ¿Qué tipo de oportunidad tiene un hombre que solo tiene su hermoso rostro como atractivo?

Responde, devolviéndome a nuestra adolescencia, una llena de un drama innecesario entre esos dos, mientras que yo solo deseaba encerrarme en mi computador.

–Deberías ir por ella ahora que no tiene más remedio que aceptar mi nueva vida.

Completo, deteniéndome y posicionando mi mano sobre su hombro. Realmente deseaba que pudiese estar con ella, independiente de todo, ambos habían sido mis únicos amigos y durante muchos años solo nos tuvimos a nosotros mismos.

–Ahora mismo es peligroso para ella estar a mi lado.

Suelta con un rostro que había desaparecido entre el tiempo y mis recuerdos. Uno completamente serio y cansado. Entiendo a lo que se refiere, ya que de no conseguir establecer nuestro clan como una facción con una fuerza y poder intocable, cada uno de mis subordinados estaban bajo peligro.

–¿Qué acaso no confías en mí? Será mejor no abandones la idea de declarártele.

Sin decir más, ingreso al despacho, completamente convencido con lo que estaba haciendo. Allí me esperaban tanto Einer como Jairo junto con Ethan, quien en cuanto me ve ingresar, intenta escabullirse del lugar.

–Será mejor que no les quites los ojos de encima.

Le ordeno en cuanto pasa a mi lado.

–No tiene por qué decirlo, jefe.

Responde sin detenerse, por lo que no soy capaz de ver su rostro de fastidio por lo ocurrido durante el almuerzo.

En cuanto se retira, cierro la puerta y le ordeno a ambos hombres tomar asiento en los sillones de la pequeña sala. Ambos obedecen dócilmente, cosa que me parece entretenida, pues en el pasado era a mí a quien le tocaba agachar la cabeza ante su presencia.

–Quiero saber por qué no se me informó sobre el sello del clan Miwra.

Solicito tomando asiento en la cabecera de la sala. Ambos se observan preocupados, expresión que me da a entender que omitieron la información adrede.

–Lo siento mucho jefe – Jairo toma la iniciativa, agachando su cabeza ante mí – Fueron órdenes directas de la Durga.

Completa, llamando mi atención. La razón por la cual ella se adelantaba siempre a tomar bajo sus manos cada situación en la mansión antes de que yo lo hiciera era precisamente para anticiparse a mis órdenes.

Si bien siempre he aceptado cada una de sus decisiones, el que no las consulte conmigo me hace dudar de cuantas veces tomó la vocería en mi lugar. No desconfío de ella, sin embargo, muchos de los problemas de este clan involucran decidir entre asesinar o ser asesinado ¿cuántas veces había permitido que ella diera la cara con algo tan problemático?

–Entiendo. No hicieron mal en ante poner su decisión a la mía. Pero las cosas ahora son diferentes, la ceremonia de posicionamiento se realizará esta misma tarde, así que traigan lo necesario.

Ordeno, levantándome del lugar y aproximándome a la mesa. Desde allí puedo observar como el ambiente había cambiado desde que ella llegó. Cosas tan simples como una pequeña planta sobre la mesa o libros que reemplazaban las botellas de licor le daban un poco más de vida al lugar.

–Una cosa más, quiero que llamen a un diseñador de interiores para que mi esposa re decore la mansión.

–Disculpe?

Suelta Einer, finalmente dirigiéndome la palabra.

–Mi esposa tiene un gusto refinado para la decoración –Explico, tomando una de las cajetillas de puro que el viejo siempre ordenaba le dejaran sobre su mesa. – No como esta porquería de ambiente.

Suelto, tirando la caja a la basura. Ambos parecen comprender mi desprecio por todo lo que se refiere a ese hombre, por lo que no emiten palabra alguna y se disponen a realizar la ceremonia.

En cuanto estoy finalmente solo, me aflojo la corbata, desatándola por completo. Estaba exhausto, el día aun no se terminaba y yo lo único que deseaba era estar en mi habitación junto con Laila.

Su expresión de súplica me enfrenta reiteradamente… Desearía poder devolver el tiempo y detener aquella marca en su piel. Deseaba librarla de todo sufrimiento así como ella hacía hasta lo imposible por detener el mío.

Tomo el botón que se encuentra en mi solapa y observo la figura. Esta no se compara con la de Laila, era una diferencia abismal, pues la de los Miwra era más sencilla, y práctica… menos dolorosa ante el ojo público.

El tiempo pasa, permitiéndome tomar un respiro de lo que estaba por venir con la presencia de los invitados no deseados y la ceremonia de posicionamiento, la cual a pesar de su brutalidad, me hace agradecer porque el procedimiento no involucre a Laila de ninguna manera, ni tampoco a … Me detengo, intentando mantener los pies en la tierra.

Finalmente, el aviso que tanto había estado esperando llega a mi puerta, encontrando a Brais y al joven Nakamura esperando por mí.

–Hermano … – Suelta Brais con un rostro preocupado. – Por favor no haga algo tan irracional.

Completa, arrodillándose ante mí. Aquel acto me deja atónito, ¿acaso pensaba que iba a morir? No hizo nada como esto cuando me enfrenté a la familia de su pequeño acompañante.

–Oye no exageres – Le ordeno, solicitando que se levante a lo cual se niega con los ojos llorosos – No me sucederá nada malo. Es parte de mis responsabilidades.

Le explico, bajando a la altura de su mirada y revolviéndole el cabello con una sonrisa. Su presencia me recuerda a la interacción con mi padre, revolviendo algo dentro de mi pecho.

–Eso no es verdad – Me contradice, pidiéndole al pequeño a su lado que le entregase algo. – Esto será marcado a rojo vivo no es así? ¿Quién aguantaría el metal caliente en su cuerpo?

Suelto un suspiro al notar cómo entre ambos les habían robado la esfera a los hombres de la mafia. Aquello me sorprende, pues las habilidades para la tecnología eran una cosa, pero otra muy distinta era el robo y eso claramente lo había cubierto otra persona.

Observo a Ian intrigado. Si bien su comportamiento jamás había sido normal, esto me hacía dirigir mi interés hacia él.

–Confía en mí. No estoy hecho para ser tratado con suavidad.

Le tranquilizo, retirándome el gabán y el chaleco, para seguidamente desabotonarme la camisa, dejando a plena vista mi brazo derecho, del cual sobresalía la cicatriz del disparo del viejo Miwra y un sinfín de cicatrices producidas por marcas de cigarro sobre mi brazo, partiendo de mi hombro hasta el codo, esto omitiendo las cortaduras que me había hecho en los entrenamientos.

–Yo fui entrenado para resistir Brais, así que no dudes del poder de los Miwra.

Completo, levantando mi mirada hacia Ian, quien por primera vez parece sorprenderse por algo. No estaba seguro si se trataba de miedo…o comprensión.

–Jefe! – Me llama Einer desde lejos, razón por la cual me veo apresurado a ponerme las prendas de nuevo. – La esfera del clan no se encuentra.

Comunica, claramente preocupado por perder tal reliquia. De no ser porque ya se encontraba en mi poder, posiblemente habríamos acusado a los Nakamura y Di Gati de robo.

Rápidamente, le muestro la esfera, señalando con un ligero movimiento de cabeza a estos dos a mi lado. Einer comprende inmediatamente lo que había sucedido, reprendiendo a ambos jóvenes y obligándoles a regresar a la habitación.

–¿Cómo fue que se llevaron la esfera sin ser descubiertos?

Pregunta, observándoles desde mi posición. Claro que no sería el único en darse cuenta, por lo que le solicito traer de inmediato a la hija mayor de los Nakamura.

–En este momento es imposible jefe, le están esperando para la ceremonia.

El tiempo corrió más rápido de lo que creía, y lo peor es que durante todo este tiempo no había podido hablar con Laila, haciéndome preocupar sobre sus intenciones respecto a tanto silencio y quietud.

Sigo a Einer hasta el salón de eventos, donde yacían ambos clanes, incluyendo a los padres de Laila, quienes se encargan de mantenerla bajo vigilancia, permitiéndome entender la razón por la cual no me fue a buscar todo este tiempo.

En cuanto estoy cara a cara con Di Gati, quien al ser parte de uno de los clanes más poderoso tenía la potestad de realizar él mismo el procedimiento para hacer el posicionamiento completamente válido.

–Nos reunimos el día de hoy para honrar al nuevo jefe del clan Miwra, y en consecuencia, tras su matrimonio con La Durga de los Konan, el nuevo jefe de ambas familias.

Comienza, provocando que los presentes se levanten de sus asientos. Por alguna razón esto me fastidiaba, no por el hecho de que no desease hacerlo, sino porque es un ambiente similar al de una boda… una que ni Laila ni yo nos permitiríamos jamás, después de todo, ante los ojos de Dios nuestra unión no era bienvenida.

Mis ojos viajan instantáneamente a ella, quien me observa con una sonrisa fingida decorando esa piel de porcelana. Me centro en la sensación de su tacto, aquella suavidad que quedó gravada en mi mente me mantienen completamente calmado.

–… Procederemos a marcar en la piel de Killian Inagawa el símbolo del clan Miwra – Regreso a la realidad al escuchar esas palabras – Sosténganlo.

Ordena, provocando que mis hombres me tomasen de los brazos y me obliguen a arrodillarme.

–No tengo la intención de escapar, así que suéltenme.

Ordeno, forcejeando contra la fuerza de mis subordinados, quienes se niegan a seguirme.

–Lo siento mucho Jefe, pero es parte del protocolo.

Explica uno de ellos, señalándome la esfera ardiendo en rojo vivo. Ahora lo entendía, no estaban obligándome a quedarme. Estaban sosteniéndome para que el movimiento no empeorase el dolor.

–Retírenle las prendas superiores.

Ordena Ciro Di Gati, observando con completa frialdad lo que él mismo estaba a punto de hacer. Por mucho que intentase entender su actitud, esto era demasiado cruel hasta para un hombre sin escrúpulos. No solo estaba disfrutando la situación, sino que el provocarme un dolor como aquel le era satisfactorio. Río ante la ironía de su carácter, pues ante el mundo se mostraba como un ser educado y alguien de confianza, no obstante, su verdadero ser era el del mismísimo Lucifer.

–¡Deténganse!

Ordena Laila, provocando que mis hombres se petrifiquen ante su mirada llena de odio. Volteo a verla sorprendido, pues sin importar qué, entre nosotros existía una regla que no podíamos romper y era el no contradecir nuestras decisiones en público.

–Nadie más que yo puede quietarle la ropa a mi esposo.

Declara, soltando una sonrisa manipuladora. El ápice de su atractivo se hallaba en el poder que ejercía sobre mí con una sola palabra. Rápidamente, se acerca arrodillándose a mi altura, razón por la cual mis hombres me sueltan los brazos momentáneamente.

Me aseguro de cubrir con mi cuerpo su rostro del resto de los presentes, pues en cuento comienza a retirar el gabán, el chaleco y a desabotonar mi camisa, me lanza una mirada suplicante.

...<>...

Podía sentir esas palabras golpeando mi corazón. Ella sabía cuan doloroso sería este proceso, pero no iría en contra de mis deseos a menos de que yo se lo solicitara.

–Podría decirte que esta es la última vez – Expreso, llamando su atención – Pero sabes que nunca voy a cambiar.

Completo con una sonrisa. Ella comprende con estas palabras que no me iba a detener por mucho que me lo rogara. Sabe que soy capaz de derribar a la mafia entera si lo desea, si me lo solicita, pero no iba a retroceder cuando esto significaba fijar mi promesa, convirtiéndola sin lugar a dudas en la jefa y señora de ambos clanes.

Con esto dicho, acepta mi decisión y termina de desabotonar la camisa. Mi mirada no puede despegarse de su rostro, difuminando todo a mi alrededor, sabía que todo esto la estaba afectando, pues era la misma sensación que tenía al verme obligado a aceptar su pelea contra ese hombre.

Sin pensarlo tomo su rostro y la beso con tal desespero que mi corazón parece querer escapar de mi pecho. La mirada de los presentes no hace más que llenarme de valor, en especial la de Ciro Di Gati.

Sin desearlo realmente, la suelto, retirándome por completo la camisa y dejando a la vista un sinfín de marcas en todo mi cuerpo, especialmente en mi espalda, de la cual sobresalían cicatrices viejas producidas por el viejo Piero Miwra.

Laila, observa las marcas en mis brazos sorprendida, pues anteriormente siempre le había impedido verme sin camisa. Le sonrío suavemente, intentando que mantenga la calma.

–Regresa a tu asiento.

Le solicito acariciando su rostro. Ella asiente en silencio, y lentamente se retira, regresando junto con su madre.

–Puede proseguir.

Le ordeno a Di Gati al tiempo que extiendo los brazos en espera de que mis subordinados continúen con su labor. Este no se lo piensa dos veces y toma la esfera con una especie de trípode con el cual podía manipularla sin quemarse.

–La brazas representan la sangre del Clan Miwra, la cual ahora pasará a ser parte del cuerpo de Killian Inagawa. Este símbolo representa la vida misma que ha transcurrido por generaciones en esta familia, la cual es sellada hoy en el cuerpo de la actual cabeza de los Miwra.

Recita, estampando la esfera en mi pecho. La marca se realiza por el lado del corazón, simbolizando la unión entre cuerpo y alma. En cuanto la esfera toca mi cuerpo, me provoca un dolor inimaginable. Puedo sentir como mi piel se quema profundamente, haciéndome desear retirarla bruscamente.

Ahora tiene sentido el por qué me sujetan de esta forma, pues no puedo contener mi cuerpo, el cual se sacude en un intento de aliviar el ardor.

Ya había experimentado una sensación similar con los cigarrillos en mis brazos, pero esto era otra cosa, se trataba de ser quemado vivo. Contengo con todas mis fuerzas gritar del dolor, sin embargo, como siempre me era imposible detener mis expresiones.

Mi cuerpo me rogaba que se detuviera, pues inmediatamente comienzo a sudar debido a la fuerza con la que me estaba resistiendo ante el dolor.

Abro los ojos en un intento de mantener algo de compostura ante Di Gati, quien me observa con una sonrisa marcando su rostro. No sé cuantas veces creí estar frente a un demonio cuando me enfrenté a Laila, pero su procedencia era la de un ángel caído, en comparación al que tenía frente a mí hora mismo.

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Angie Villamil
Muerte al viejo!!! 😡
Angie Villamil: JAJAJAJAJAJAJA
Hanna Touchi: JAAJAJAJA siiii, dejenlo morir... a morir a morir que se seque y amorir 🎶🎶
total 2 replies
&amp;-miss chan-&amp;
porfa no tardes en subir los cap
Hanna Touchi: No te despegues, pronto publicaré el siguiente cap. si gustas puedes seguir mi otro libro: Guerreros de Keval, Juro que te va a encantar /Heart/
total 1 replies
Oralie
😃Sigue, me tiene enganchada.
Hanna Touchi: Me encanta! no dudes que continuaré publicando, espera con ansias, pronto subiré el siguiente capítulo /Heart/
total 1 replies
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