Zoe Carson, es una chica que ha tenido una vida muy tranquila a sus cortos diecisiete años, aunque todo eso esta por cambiar al enterarse que su padre es un hombre lobo y su madre una hechicera y ahora que esta por cumplir su mayoría de edad, obtendrá a su loba y su primer celo, por lo que es necesario que se consagre a la manada donde su padre ahora es el nuevo Alfa, tras la muerte de su abuelo.
Toda su tranquila vida se verá alterada con la llegada de su consagración en donde tuvo una visión, dos lobos blancos, dos hombres de ojos azules como el mar, ellos se convertirán en su nuevo destino.
Secuela de Reina Luna, aventura de sus herederos.
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Lo prometemos
Zoe despertó en la madrugada, sentía demasiado calor, su cabeza dolía, bajo de la cama con mucho cuidado de no despertar a los clones, necesitaba darse un baño con agua fría, eso es lo que pensaba, se quitó su ropa y se metió debajo de la regadera, el agua fría caía sobre su cuerpo, recordó lo sucedido con el ataque, debería entrenar más y ser fuerte, corrieron la suerte por la llegada de Aeliana, pero si ella no hubiera llegado, ese desertor la habría marcado, de solo pensarlo, el miedo corría por todo su cuerpo, ella no quería eso, quería ser de solo los gemelos, de Aiden, de Bryan, la marca debía ser de ellos, suspiro, en su próximo celo debían marcarla, no podía seguir arriesgándose de esa manera, sentía el calor de su cuerpo aumentar, sus manos se deslizaron por su cuerpo, deteniéndose en sus senos, soltó otro suspiro, sus caricias despertaban sus deseos, necesitaba más, llevó una de sus manos a un zona intima, sus dedos se deslizaron con facilidad ahí, mordió su labio inferior para contener su voz, para no despertar a los gemelos, aunque tal vez no sería mala idea que despertaran, sus propias caricias no serían suficientes para ella, se detuvo, cerró la llave del agua y tomo una toalla comenzó a secarse su cabello y su cuerpo, camino hasta la cama donde estaban sus queridos clones durmiendo.
- ¿Qué pasa, ternurita? – Preguntó Bryan con sus ojos soñolientos, recorrió de pies a cabeza a Zoe, ella estaba parada justo a su lado, sonrió, cuando sus ojos azules se encontraron con esos preciosos oscuros.
- Los necesito- Susurro con ternura, Bryan asintió, se levantó de la cama, tomo la mano de ella, le dio un tierno beso y después la recostó en la cama.
Zoe dirigió su mirada a Aiden, él seguía durmiendo, no dudo en acercarse a él y besar sus labios, poco a poco sintió como respondían al beso, sonrió.
- Que tierna, mi amor- Susurro Aiden cerca de sus labios.
Zoe antes de poder decir algo, soltó un gemido, Bryan ya estaba explorando con su lengua en toda su intimidad, Aiden la beso de nuevo, la pasión se desencadeno entre ellos, los gemelos sentían el aroma de Zoe tan fuerte, tan exquisito, que incluso sus lobos sentían la necesidad de tomar el control y hacerla suya, Bryan coloco sus piernas sobre sus hombros, su lengua seguía explorando aquel lugar, saboreando el exquisito sabor de ella, había algo diferente, sabía que incluso Aiden se había dado cuenta, era extraño, pero Zoe estaba en celo, era el momento perfecto para marcarla, no dejarían que nada ni nadie se las quitara.
- Ternurita, estás en celo- Dijo Aiden terminando el beso, Zoe suspiró, podía ser que por eso se sentía tan excitada, pero se supone que el celo era cada mes y aún faltaba algunas semanas para que ella tuviera su segundo celo.
- Podemos marcarte esta noche, si aún quieres – Dijo Bryan deteniendo sus caricias, Zoe lo miró y asintió, no quería volver a correr peligro, que otro hombre la reclamara como suya.
- Quiero ser solo de ustedes, márquenme, mis amores – Dijo con dulzura, los gemelos suspiraron ante sus palabras, por fin, sellarían su vínculo con ella.
Aiden sentó a Zoe en la cama y se colocó detrás de ella, mientras que sus piernas seguían sobre los hombros de Bryan, quien se dirigió a su zona y continuo con sus caricias, sus dedos y lengua se dedicaron a darle placer, sus gemidos comenzaron a hacerse fuerte, Aiden introdujo un dedo en su boca, Zoe comenzó a saborearlo como si se tratara de un dulce, su lengua lo envolvía.
- ¿Quieres aprender algo nuevo, ternurita? - Susurro Aiden a su oído, ella asintió, Bryan miró a su hermano mientras seguía en sus caricias, ambos se miraban con complicidad.
Los hermanos acomodaron a Zoe boca abajo, ella solo se dejó hacer, confiaba en ellos sabía que sea lo que sea, le encantaría viniendo de ellos, jadeo al sentir a Bryan acomodarse detrás de ella, su duro miembro, rozo en su intimidad, miro a Aiden, él se mostraba desnudo ante ella, Aiden llevo su dedo índice a su boca, ella comenzó con sus caricias, hasta que gimió con fuerza al sentir como Bryan entraba en ella.
- Que delicia…- Gruño Bryan, mientras empezaba con sus suaves movimientos.
- Mi turno- Hablo Aiden con su ronca voz, Zoe lo miró con sorpresa, él enredo sus dedos en su negro cabello y la fue guiando hasta su entrepierna, Zoe abrió los ojos con sorpresa – Tranquila, amor, te va a gustar- Dijo divertido Aiden, ella lo miro desde esa altura y asintió, su lengua se deslizo en su longitud, al escuchar sus jadeos, de alguna manera se sintió orgullosa, continuo con sus caricias con su lengua, hasta que él lo introdujo en ella, sintió que quería vomitar, pero se contuvo.
Los gemelos continuaron con sus movimientos en ella, fueron aumentando cada una de sus estocadas y ella disfrutaba cada segundo, sentía que su cuerpo necesitaba incluso más, esa noche apenas y comenzaba, estaba lista para ser marcada por ellos, para pertenecerle solo a ellos.
- Joder, eres una delicia – Gruñeron los gemelos, mientras continuaban con el asalto en ella.
Aiden la aparto de ella, Bryan la atrajo a él, dándole una gran vista a Aiden, quien se daba placer así mismo.
- Por favor, márquenme…los quiero a los dos- Jadeo Zoe, los gemelos sonrieron ante su petición, Bryan salió de ella y beso su cuello con ternura.
- Como digas, ternurita- Susurró a su oído, Aiden saco algo del cajón del buró de la cama y se lo entrego a Bryan.
Zoe solo miro el intercambio de los gemelos sin decir nada, Aiden le hizo una seña para que se acercara a él y así lo hizo, ella sin pensarlo besos sus labios con pasión, mientras Bryan se acercó detrás de ella, sus manos acariciaron sus glúteos, deslizándose en aquella zona, los gemidos de Zoe eran ahogados en los besos de Aiden, sintió algo frío en aquel lugar, pero no se detuvo, confiaba demasiado en ellos.
- Ay, joder…- Jadeo al sentir sus dedos dentro de ella, trato de apartarse, pero Aiden la sostuvo de la cintura.
- Tranquila, bebé, esta noche será muy intensa. – Gruño, mordiendo su labio inferior, Zoe comenzó a reír.
- Oh, alguien ya se acostumbró, que rápido. – Hablo Bryan al oído de ella y mordió su oreja con ternura.
- Está noche, serás nuestra para siempre, ternurita- Dijeron los dos al unisonó.
- Si, solo de ustedes, mis clones – Susurró, se giró un poco para encontrarse con los labios de Bryan, Aiden se dedicó a acariciar su busto, se concentró en uno mientras su lengua se deslizaba, hasta introducirlo en su boca, llevó una de sus manos a su zona íntima- Ya por favor…- Dijo jadeante, ya no podía más, quería sentirlos a los dos, pero ellos parecían querer tomarse su tiempo.
- ¿Por favor qué? – Preguntaron los dos de manera divertida sin detener sus caricias, Zoe miro a Bryan y luego a Aiden, los gemelos sonreían tan igual muy divertidos.
- Follenme – Dijo de manera autoritaria, ellos soltaron una leve risa.
- Como ordenes, amor – Los gemelos, comenzaron a entrar en ella al mismo tiempo, Aiden mantenía sus manos sobre los muslos de ella, mientras Bryan las mantenía sobre su pequeña cintura, Zoe coloco sus manos sobre el cuello de Aiden, apretó sus ojos y soltó un fuerte gemido al sentir como ambos entraban en ella.
- Diosa…se siente tan bien- Jadeo, sin siquiera dejar que el dolor disminuyera comenzó a mover sus caderas, los gemelos sonrieron, ella era diferente a la que habían conocido hace unas semanas, Aiden beso sus labios de nuevo, su lengua exploraba cada rincón de su boca, Bryan acariciaba su busto, mientras su lengua se deslizaba por su cuello, justo el lugar donde dejaría su marca.
Zoe arqueo su espalda al sentir las embestidas aceleradas de los gemelos, termino el beso con Aiden, él fue deslizando sus caricias con sus labios por todo su cuello, hasta llegar a sus senos, deleitándose con ellos, mientras que Bryan atrapaba sus labios en un apasionante beso, sus lenguas jugaban entre sí, ella sentía que pronto llegaría al clímax, sus caderas aumentaron sus movimientos, sus gemidos se escapaban de aquel apasionado beso.
Los gemelos sintieron como ella apretaba cada vez más, sabían que era el momento para reclamarla, para que dejar su marca en ella, esa noche, finalmente Zoe sería de ella, Bryan termino el beso y llevo su rostro al cuello de Zoe, del lado izquierdo, mientras Aiden se colocó del lado derecho, sus colmillos se afilaron, Zoe se tensó al sentirlos rozar en su cuello, jadeo, sentía miedo, pero sabía que era lo mejor, ella les pertenecería solo a sus amados gemelos, Aiden y Bryan enterraron sus colmillos en la suave piel de ella, Zoe grito de dolor, sentía como su cuerpo ardía, sus ojos se abrieron de par en par, se volvieron plateados por unos segundos, sus lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, mientras imágenes pasaban por su mente, eran ellos, sus parejas, sus amados clones, sin vidas a sus pies, no quería eso, no quería ellos murieran, si eso sucedía, ¿Qué sería de ella? tenía que hacer algo para protegerlos, para que no los apartaran de su lado, por ellos se habían vuelto todo para ella, sus amadas parejas.
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Skylar despertó con la luz del sol que entraba por el balcón, sintió algo pesado sobre su cintura, suspiró, al ver el brazo de ese lobo, anoche solo se besaron, pero después de eso, él no se quiso ir de su lado, se aferró a ella y a la idea de pasar la noche ahí, extrañamente no quiso negarse, además, se sintió bien tener compañía, Idali ni siquiera intento hacer algo más, solo la abrazó durante toda la noche.
- Buenos días, mi bella dama- Dijo con su ronca voz, Skylar suspiró, era demasiado cursi.
- Ya suéltame pulgoso- Hablo, trataba de apartarse de él, pero Idali se aferraba más a ella.
- No quiero, quiero seguir así contigo- Se aferró más a ella y hundió su rostro en su espalda, Skylar suspiró y sin darse cuenta soltó una leve sonrisa. - ¿Te sientes mejor? ¿Cómo sigue tu herida? ¿Necesitas más de mi sangre? - Preguntó una y otra vez
- Me siento mejor, mi herida ya no duele, ¿Me darías más de tu sangre? - Respondió y pregunto con ironía.
- Si, toda la que necesites – Dijo Idali sin dudarlo, Skylar suspiró, él era demasiado ingenuo, se giró para quedar frente a él, esos hermosos dorados la miraban con tanto amor, tanta nobleza, sentía una punzada en su ser al pensar de como reaccionaria cuando se enterara cuál era su deber. - ¿Qué sucede? – Preguntó con una tierna sonrisa.
- Eres un pulgoso problemático- Soltó mientras fruncía su ceño, Idali suspiró desanimado, eso hizo que Skylar se sintiera peor, dejo a un lado sus pensamientos y se acercó a él para besar sus labios, Idali respondió de inmediato, sus manos masajeaban con lentitud su cintura, sin siquiera ir más allá, no lo haría hasta que ella se lo permitiera.
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Aeliana caminaba por los jardines del palacio, lo conocía a la perfección paso toda su infancia en ese lugar, llegó hasta el campo de entrenamiento, donde vio a Tristán con una guerrera, no la conocía, además se veía joven y guapa, cruzo sus brazos y frunció el ceño, esa guerrera miraba con intensidad a Tristán, podía notarse a simple vista que estaba interesada en él, dirigió su mirada a él, su ira creció al ver cómo le sonreía, era poco de sonreír, pero a ella le estaba sonriendo sin ningún problema, eso no le gusto, comenzó a caminar hacia a ellos, sin perder la elegancia y tratando de calmar su ira.
- Princesa- Dijo la guerrera al verla llegar, Tristán la miro de pies a cabeza, ella usaba un short de mezclilla que se ajustaba perfectamente y resaltando sus muslos y cadera, una blusa blanca con ello cuello color azul y tenis blancos, su cabello sujetado a una coleta alta, con sus ondulados bien definidos.
- Puedes retirarte – Ordeno Tristán, conocía esa mirada en ella no estaba de buen humor y podía entender el motivo, la guerrera hizo una reverencia y se marchó.
- ¿Quién es ella? ¿Es especial? ¿Te la estás llevando a la cama? – Cruzo sus brazos y mantenía su ceño fruncido. Tristán suspiró, esa era la Aeliana que conocía.
- Eso no es asunto tuyo – Respondió con frialdad, Aeliana suspiró.
- Tristán, por favor – Se acercó más a él y tomo su mano.
- ¿No dijiste que te rendías? – Preguntó apartando su mano de la de ella, Aeliana volvió a suspirar- Aeliana, ¿Por qué estás aquí? Dime la verdad- Agregó con seriedad.
- Para saber si eres mi pareja destinada- Respondió, Tristán suspiró.
- Entiendo…Bien falta un mes para tu cumpleaños, mientras llegue ese día, por favor, deja que haga mi trabajo tranquilo, lo de anoche no fue normal, lo sabes, necesito trabajar en la seguridad del reino y entrenar a Zoe- Dijo sin perder seriedad, Aeliana asintió.
- Puedo ayudar entrenando a Zoe, soy buena peleando- Comentó alegre y realmente quería hacerlo, Zoe era ahora parte de su familia, quería que ella fuera fuerte y estuviera a la altura del cargo de Reina luna y la mate de sus hermanos.
- No es necesario, Sira y la guerrera que se acaba de ir se encargaran del entrenamiento de Zoe- Respondió con una leve sonrisa, Aeliana frunció el ceño- Tú disfruta tus vacaciones aquí, princesita- Acarició su cabeza, espero que ella dijera algo, pero no lo hizo, solo se dio la vuelta y se alejó de él, por un momento pensó que haría uno de sus berrinches.
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Zoe despertó al sentir besos sobre su cuello, ambos estaban ahí con ella, no se habían ido, eso le gusto, aunque sabía que ellos se turnaban para estar en las mañanas con ella, esa mañana estaban los dos.
- Buenos días, ternurita- Dijeron al unisonó los gemelos. Zoe suspiró, recordó la noche anterior, el momento que ellos la marcaron lo que vio, tenía que decirles, no quería que a ellos le pasaran algo.
- ¿Qué pasa? – Pregunto Aiden al verla seria.
- ¿No te gusto lo de anoche? – Preguntó Bryan preocupado.
- No es eso…solo que, cuando me marcaron – Dijo mirando a ambos a los ojos se habían puesto frente a ella- Vi algo, a ustedes…sin vidas a mis pies, no quiero, no quiero que mueran, no me dejen…- Apenas pudo decir pues no podía controlar su llanto, los gemelos se miraron uno al otro y luego a Zoe, la atrajeron a ellos y la abrazaron con fuerza.
- Tranquila, no llores, amor- Dijo Aiden.
- No nos pasara nada, te lo prometemos…- Agregó Bryan, escucharon a Zoe solo llorar ella realmente tenía tanto miedo que lo que vio se cumpliera, pero los gemelos no pensaban en morir, no ahora que habían encontrado a su mate, pero lo que ella vio puede tratarse de una visión, sabía que no podían ocultarles más a sus padres que habían encontrado a su mate, además, su tía Kailani podía ser de ayuda con sus poderes, explicar lo que Zoe vio.
Pero me emociona mucho ver nuevamente a los protagonistas de la anterior ver a Byron como Aitana como padre aunque dudo que se ponga ruda será tierna al regañarlos y quién me preguntó cómo será regañado Idali al irse del palacio ya que veo que cuidan al conejito jaja será agradable ver a los personajes anteriores me emociona
pero lo más feo es como Tristán se porta con Aeliana pero si me gustaría ver cómo Aeliana le dio celos a Tristán para ver si es su pareja destinada y si él siente algo por el
lo otro que me gustaría saber es ver a sira darle celos a los trillizos y que sufrieran un poco que sintieran un poco más de su medicina