La boda abrupta de mi padre casi dos meses después de la muerte de mi madre trajo nuevos cambios a los que me estaba costando trabajo adaptarme, más que nada porque su nueva esposa y sus dos hijas no me lo estaban poniendo fácil pues mientras papá se iba de viaje por trabajo a mí me tocaba aguantar las conductas poco amables de su nueva familia, perdón nuestra nueva familia. Pero después de tres años cuando por accidente escuché a mi madrastra como planeaba casarme con un viejo rabo verde que bien podría ser mi abuelo no tuve más opción que huir hacia lo único que me había dejado mi mamá, una casa en el bosque
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Caso especial
Adam
Estaba mal y no sabía cómo comportarme delante de ella, siempre que intentaba acercarme abría mi boca y terminábamos peor que antes, no quería hacerla enojar aunque verla enojada era... Fascinante, sus ojos llenos de furia y su cara roja era algo digno de admirar, ojalá hubiera un pintor que pudiese retratar su preciosa cara enfurecida. Ahora me encontraba en el calabozo cuando mi transformación llegó y no pude quedarme dentro sentía que me asfixiaba así que salí al jardín
- Hola
Me quedé de piedra y volteé lentamente hacia el lugar de donde venía la voz ¿qué demonios hacia afuera de nuevo?
- No deberías estar afuera
- No me digas, suenas igual al dueño del castillo
- supongo que él lo dice porque se preocupa por ti
- ¿Y de quién se supone debo cuidarme? ¿De ti? Pero si tú me caes mejor que el hombre de allá arriba
¿Qué? A ella le caía mejor este monstruo que el hombre ja en verdad que era un caso especial
- No creo que estés en tus facultades mentales para decir eso
- ¿Me estás diciendo loca? Porque déjame decirte algo, la diferencia entre un loco y yo, es que el loco no sabe que está loco, mientras yo sí lo sé
Dijo guiñando un ojo y una sonrisa deslumbrante arribó a sus labios, era una mujer preciosa en toda la extensión de la palabra, pero había algo más en ella, algo más bonito más de lo que su exterior podía mostrar. Me pidió que camináramos juntos y yo accedí, me contó que por un tiempo estaría en este palacio y le gustaría llevarse bien conmigo. Ella quería llevarse bien con la bestia y no con el hombre
- Eres un caso especial
- ¿Así? ¿Porque?
- Prefieres la compañía de un... Un monstruo a la de los humanos
- Eres una especie de animal si no me equivoco, espero no te ofendas, pero me gustan más los animales, mamá decía que en los hombres no se puede confiar pero en los animales si
No sabía si tomarme eso como un cumplido o un insulto, hablamos mucho me contó que perdió a su madre hacía tres años y que nunca llevo una buena relación con su padre ni con la familia que su padre había llevado a su casa. Paso a un lado mío y el viento soplo llevando a mis fosas nasales su delicioso olor, inconscientemente cerré los ojos mientras llenaba mis pulmones con su olor, cuando volví a abrir los ojos ella estaba temblando pues el aire era frío, en estos momentos lamente no tener un abrigo para cubrirla pero...
- ¿Qué haces?
- Es que tiemblas supongo que tienes frío
Ella me dedico una sonrisa preciosa y agradeció con una pequeña reverencia hacía años que nadie me hacía reverencia
Isabella
Él bloqueó el viento con su cuerpo solo porque yo temblaba, nunca nadie había tenido un gesto tan tierno conmigo. Continuamos conversando y le pregunté un poco sobre él, pero no dijo mucho, únicamente que una bruja lo había formado y lo había enviado al castillo para castigar a su dueño, le pregunté por qué no se negó desde un principio y él contestó que en ese entonces su mente no era clara y no podía contener sus instintos, que aunque ahora era más consciente había veces en las que cuando lo atacaban perdía el control. Note lo que le pesaba haber quitado esas vidas y aunque me hubiera gustado quedarme más tiempo el sueño empezó a llegar
- Es hora de que entres, necesitas descansar
- Gracias, te parece si nos vemos mañana en el jardín de atrás
- Pero... el dueño del castillo, él se molestará si se entera
- Será nuestro secreto, ¿que me dices? Me agrada tener con quién conversar
- Él también habla
- Pero él no me cae muy bien que digamos
Al final termino por aceptar con la condición de que si pasaba tiempo con él también tenía que hacerlo con Adam, yo acepte pero no tenía intenciones de cumplir pues con Adam solo discutíamos en cambio con él era distinto. Iba camino a mí habitación cuando me detuve y lo llamé
- Oye ¿cómo te llamas? yo soy Isabella
- No tengo un nombre ¿que te parece si me das uno? Pero no uno cualquiera, uno que solo tú puedas usar
Sonreí ante la idea
- Solo si tú también me llamas de otra manera
- Yo ya lo hago
- ¿Así? ¿y como me has nombrado?
- Caso especial, tu puedes pensar en el mío y mañana que nos veamos me lo dices
Dijo eso y desapareció