El hijo del señor Maldonado se a convertido en todo un hombre, es un gran ceo conocido, Y el cree que el amor no es para el. Pero la pequeña Mia llega para cambiarle la vida. El se convertirá en un hombre totalmente distinto al estar junto a ella.💙
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El error de Mia.
Mía: Pensé que nunca me aceptarías.
Sergio: Bueno es que valla, eras muy testaruda.
Mía: Pero si rayos viejo, aún soy una chiquilla, que esperabas.
Sergio: Bueno tampoco es como que este tan viejo.
Mía: Si lo eres, ya deberías tener hasta nietos.- Dijo mientras reía.
Sergio: Pero no exageres no es para tanto.-Dijo divertido.
Mía: jaja valla me extraña demasiado que no tengas hijos, claramente ya hasta pasaste esa edad.
Sergio aporreó la mesa muy fuerte y se puso de pie, le dió una mirada demasiado enojada y subió por las escaleras para dirigirse a su habitación.
Mía se paró de la mesa demasiado sorprendida, jamás pensó que una broma le enojara tanto.
A pesar de todo se sintió muy culpable y decidió subir a pedirle una disculpa.
Mía: Sergio puedo pasar.
Sergio: Ahorita no puedo, estoy ocupado.
Mía: Por favor.
Sergio: Mañana hablamos.
Mía no aceptaría un no por respuesta, así que abrió la puerta del cuarto de Sergio, y valla sorpresa, era un cuarto el triple de grande de él de ella. valla ella juraba que era el cuarto más grande de la casa, estaba llena de colores blancos y grises. Y encima tenía 2 puertas más, que seguramente eran el baño y el closet, y no se quería ni imaginar lo lujosos que estos debían de ser. Desde la puerta se podía notar el gran balcón que tenía, sin duda era enorme y tenía una lujosa mesa con un par de bancas, y ella no era experta, pero estaba seguro que eran de diseñador. Pero una molesta voz la saco de sus pensamientos.
Era un Sergio demasiado enojado, tirado boca abajo en su gran cama, tal parecía un niño pequeño.
Sergio: Te dije que Mañana hablaríamos.
Mia: Lo siento solo vine a disculparme, no quise molestarte con mis bromas.
Sergio: No te preocupes está olvidado.
Mia: No Sergio Porfavor, íbamos tan bien, y no quiero que estemos como antes.
Sergio se dió la vuelta y se sentó en la cama mirándola directo a los ojos.
Mía: Puedes perdonarme por favor?.- Le dijo, mientras pegaba sus dos manos en señal de disculpa.
Sergio: No tengo nada que perdonar te pequeña, es solo que malos recuerdos vinieron a mi mente.
Al contrario, yo quiero disculparme contigo, por qué tú no te tienes la culpa de nada.
Mía: Tus razones habrás tenido, y yo no tengo por qué perdonarte. cuéntame qué es lo que pasa, no soy la mejor dando consejos, pero puedo escucharte.- Le dijo mientras se sentaba a lado de él en la gran cama y lo miraba a los ojos.
Sergio: Sabes que eres un ángel, a nadie nunca le cuento esto, pero tú me inspiras tanta confianza que te lo diré todo.
Mía se quedó tan sorprendida de lo que Sergio dijo, en realidad ella dijo todo eso, con la idea de que Sergio le diría que no, pero para su sorpresa le dijo que era un ángel, y que le contaría todo. Ella no sabía que le ocurria, pero extrañamente sentimientos hacia Sergio empezaban a salir de su corazón.