Sangre Traidora

La frustración se apoderó de Maximus, un gesto involuntario que lo llevó a pasarse la mano por el cabello mientras ve a Aurora desaparecer tras la puerta de su casa. La confesión que acaba de hacerle, aún resonando en el aire, quedó sin respuesta, sin siquiera una oportunidad de parte de ella para responderle, solo desapareció tras la puerta. Con un suspiro resignado, Maximus se vio obligado a emprender el camino de regreso a la empresa, un laberinto de pensamientos revueltos donde intentará descifrar el huracán de emociones que lo ha sacudido.

Facundo, al ver a Aurora entrar en la casa con los ojos llenos de lágrimas, se despidió de Amina con premura, prometiendo verse en otra ocasión. Necesita salir, encontrar a Maximus y descubrir qué ha sucedido. ¿Qué había provocado el llanto de Aurora, esa entrada precipitada, cuando se suponía que solo iban a conversar?. Amina comprendió la inquietante necesidad de Facundo de buscar a Maximus y descubrir el misterio: ¿cómo una conversación aparentemente inocente pudo haber desencadenado un torrente de lágrimas que llevó a Aurora a refugiarse en su habitación? Ella misma siente el aguijón de la incertidumbre, la misma sed de respuestas que impulsa a Facundo. Así, con una determinación silenciosa, decidió dirigirse a la habitación de Aurora, dispuesta a descubrir el origen de su desconsuelo.

__¿Qué tienes, amiga? ¿Por qué estás llorando ?__. Amina se acercó a Aurora, con un nudo en la garganta ante su dolor. La impotencia la invade al verla sufrir, consciente de que no existen palabras ni acciones capaces de borrar el rastro del dolor que lastima su alma.

El sufrimiento de Aurora es una carga que le gustaría ayudar a cargar. Su corazón se contrae al verla así, después de todo lo que ha soportado. Ya es hora de que la vida le devuelva la esperanza, de que las sonrisas reemplacen las lágrimas.

__El abogado Silvex expresó su deseo de conocerme, de compartir tiempo juntos, pero yo me siento contaminada, enferma. Se lo dije sin anestesia, con la intención de alejarlo para siempre, antes de que mi corazón, sediento de un amor puro y verdadero, se aferrara a él. La caída sería mucho más devastadora, más dolorosa que la que experimenté con Arnold__.

La voz de Aurora se quebró, convirtiéndose en un susurro entrecortado, mientras las lágrimas se mezclan con sus palabras, ahogándola. Tocándose el pecho con miedo a que su corazón se detenga, que el dolor y el miedo le roben el aliento.

__Porque yo, no me considero la mujer perfecta. Tengo defectos, como todo el mundo, pero ¿en serio merezco haber tenido un mal matrimonio y contagiarme de VIH sin buscarlo?__. La angustia la abruma. Aurora siente que el peso del mundo se desploma sobre ella, una injusticia insoportable. ¿Por qué, si nunca ha buscado el conflicto, es el blanco de tantos ataques, víctima de tanto sufrimiento?.

Amina se encontró sin palabras, incapaz de ofrecer consuelo. No existe una respuesta sencilla para el pozo sin fondo de preguntas que carcomen la mente de Aurora. ¿Cómo explicar la persistencia de la injusticia, la aparente indiferencia del mundo ante el sufrimiento? Es un eco de su propia frustración, la sensación de que, ante la inmensidad de los males, nadie hace nada para mejorar la calidad de vida ante la injusticias.

__No sabes cuánto deseo poseer todas las respuestas, aliviar el dolor que hiere tu alma, pero la cruda realidad es que la maldad es una elección, una sombra que busca extinguir cualquier destello de luz y esperanza. A menudo, aquellos que más sufren son los corazones llenos de amor, irónicamente, los más vulnerables en un mundo contaminado por la envidia. Su alegría, su positividad, su esencia única, se convierten en una amenaza para quienes se aferran a la oscuridad__.

Es una realidad amarga que, en estos tiempos, la maldad a menudo parece prosperar. Sin embargo, aún se conserva la esperanza de que existan almas bondadosas, capaces de brindar ayuda desinteresada y de proteger los buenos valores y la moral, aunque eso cause repudió de la sociedad corrompida hacia ellos. Mientras Amina se dedica a consolar a su amiga, Facundo logró salir justo a tiempo, antes de que Maximus arrancara el coche y lo dejara varado. Con agilidad felina, se lanzó hacia el vehículo, logrando colarse en el último segundo para evitar quedarse abandonado en medio de la calle.

__Maximus, ¿qué le has hecho a Aurora? Te considero un caballero, por eso no logro entender cómo pudo entrar a su casa en ese estado, llorando y desesperada__. La curiosidad de Facundo por la conversación entre Maximus y Aurora se desvaneció al instante. La imagen de su amigo, con la mirada perdida en un mundo de pensamientos desconocido, lo alarmó. Sus manos, aferradas al volante con una fuerza que amenaza con quebrarlo, y la tensión palpable en su mandíbula, donde los dientes rechinan con furia contenida, son señales claras de un profundo malestar.

__Tú lo sabías, ¿verdad?__ Maximus habló por fin, dejando a Facundo completamente desconcertado. No tiene ni idea de a qué demonios se refiere.

__Hay tantas cosas que... simplemente no sé de qué estás hablando__ Expresó Facundo, con el ceño fruncido, intentando descifrar el enigma de lo que supuestamente sabe, pero que permanece oculto en las sombras de su memoria.

__La razón por la que Aurora se nego a darme una oportunidad de conocerla: Arnold, ese infame, la ha contagiado de VIH__ El recuerdo de sus ojos inundados de lágrimas, de su voz quebrada al suplicarme que no la busqueas y que merezco algo mejor, una mujer "limpia" y más perspicaz, que no hubiera caído en la trampa de un marido con doble cara, causa estragos en mi corazón.

La revelación lo golpeó con la fuerza arrasadora de un granada , pero lo peor fue la súbita huida de Aurora. Sin darle tiempo a asimilar la noticia, se refugió en la casa, cerrando la puerta a cualquier intento de conversación. Facundo parpadeó, los ojos desorbitados, intentando articular palabra. Pero la sopresa le ha arrebatado la voz, dejándolo mudo.

Maximus tiene la certeza de que el VIH debe ser el diagnóstico inicial mencionado por el médico durante la hospitalización de Aurora. La evidencia es clara: su amigo conoce el diagnóstico de VIH de Aurora desde hacía tiempo y, por motivos desconocidos, había optado por ocultárselo.

__¿Por qué no me lo dijiste? ¿Acaso no confías en mí?__ La pregunta resonó con un eco de dolor en el pecho de Maximus, al descubrir que Facundo le ha ocultado información Importante. Sin embargo, a pesar de la punzada de decepción, no siente ira hacia su amigo. Si Facundo había decidido guardar silencio, debía tener sus razones.

__La información sobre su estado de salud pertenece exclusivamente a Aurora. Ella decide a quién compartirla. Por más que seas mi amigo y tenga confianza en ti, sabes que jamás revelaría datos confidenciales de un cliente sin su consentimiento expreso__.

Maximus asintió con amargura, reconociendo la verdad en las palabras de Facundo. Solo Aurora tiene el derecho irreversible de decidir si revelar su condición de VIH. Nadie, absolutamente nadie, puede arrebatarle el derecho de opinar sobre su cuerpo y su salud.

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Holis 👋🏼👋🏼👋🏼.

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Sus me gustan al final del capítulo y los comentarios me ayudan a llegar a más lector@s.