Calabozos Y Sueños

La noche brotaba como las flores que emergían del subsuelo, inclinando su semblante ante la planta del pie de aquel ser, pues con su sola presencia el aire cantaba con júbilo a su llegada; el chofer idolatrando a su pasajero tomo del pomo de la puerta retrocediendo para ceder el paso a aquel Joven.

Aldrin:

"En gratitud por tus servicios." Tirando sin voltear a ver un puñado de gulden's en el plato que formo el conductor con sus manos gratificando así los servicios de su acompañante correspondió el gesto inclinando la cabeza, el umbral de la puerta abrió sus brazos extasiados, ya que el retorno de su retoño siempre era motivo de júbilo para toda la habitación un amplio lienzo en blanco con pequeñas hojas verdosas que provocaban impotencia ante su efímera soledad, prestando atención ante los cuadros de arte retorciendo su lienzo en su propia agonía. Resignado levanto la cabeza cayendo en cuenta que debe de seguir hasta buscar a alguien o algo más que solo cosas doradas al rededor de su vista, pues la pureza de los materiales del cuarto lo ahogaban, pues el olor era tan divino que cortaba su respiración como la araña corta sus propias redes, observo sin perturbar su postura a su Padre siendo adorado por cada escalón de la escalera de madera oscura dirigiendo su dirección hacia su hijo impotente sin poder soltarse de que su progenitor rodeara con su antebrazo y codo su cuello para sacudir su semblante para mostrar el afecto que sentía por su amado hijo.

Dareth:

"¡Hola hijo! ¿Emocionado por la obra de hoy?"

Pregunto gozoso

Aldrin:

"Ah, padre, no es por ofender, pero todo siempre es más de lo mismo, no es por tirar piedras ni menospreciar el talento ni la labor de los que trabajan ahí, pero estamos pasando por una crisis de creatividad, es lo mismo de siempre todos los días." Dareth soltando a su hijo usando sus manos poniendo ambas sobre los hombros de su hijo, quien miro con sed de saber cuál sería el sermón esta vez.

Dareth:

"Hijo siempre obsesionado con saber y controlar todo, ya te he repetido por mil y una noches lo que debes hacer, pero al igual que el río cuando atraviesa su cruzada a través de las rocas tú eres necio, pero debes aceptar que aun con tu magia hay cosas que no debes intentar controlar." Dijo Dareth de una forma que recordó a Aldrin la calma del cielo despejado, su padre rodeo su espalda con su hombro para invitar a su hijo a ver una cosa que posiblemente le dé algo bueno ese día o igual puede que no los guardias sin saber la conversación miraron con admiración a padre e hijo extendiendo las puertas para que los dos cruzaran hacia un aparente abismo Aldrin con ganas de descubrir miro suavemente hacia adelante el suelo le mostró un regalo: era una hermosa mujer con piel delicada como si fuera de porcelana, sonrisa blanca como la nieve, desbordando una alegría que causaba alivio en las paredes de aquel lugar siendo pronto la única luz que mostraba su rostro entre la oscuridad que envolvió el lugar prestando atención ante los pequeños candelabros que alegraban el lugar con el incendio en su interior los espectadores del lugar se acomodaban poco a poco en sus asientos Aldrin formo una mirada de desprecio, pues desde su lugar solo se veían como hormigas, pero cuando la luz comenzó a enfocarse en aquel ángel que Aldrin decía que era solo quedo ternura en su pecho al sentir un amor que en ese momento era tan vital como tomar agua para saciar la sed de su alma solitaria la congoja en su interior desapareció como el tamo que arrebata el viento al percibir el delicioso aroma cuyo origen era la ropa de la mujer quizá si quizá no, pero algo seguro es que en su corazón sintió algo que ninguna magia o inteligencia puede explicar.