Reencarnada En El Cuerpo De Una Chica Miserable

Mawar, que espiaba por la ventana, vio a gente entrar artículos bastante lujosos. Mawar salió de inmediato y miró a su esposo y también a su hijo, quienes aún permanecían en silencio sin hacer nada.

Seguro que es una sorpresa para ella, seguro que su marido está fingiendo no tener dinero. Cuando en realidad sí tiene y quiere darle una sorpresa. Mawar ya no puede esperar.

"¿Es esa una cama para mí, Mas? Ya te dije que seguro que tienes dinero y no es posible que estés en bancarrota. Mas también compró para Anya y Andi, seguro que aún quedan muchas cosas nuestras por entregar. ¿Verdad, Mas?" Mawar ya estaba demasiado confiada, incluso su rostro de enfado anterior había desaparecido y se había transformado en alegría.

"No, esas son las cosas de Laura, ella las compró", respondió Damian sin emoción.

"¿Qué Laura compró? ¿De dónde sacó el dinero? No, no, seguro que tú se lo compraste, ¿verdad, Mas? Tú le compraste esas cosas a Laura, eso no es justo, Mas. Se supone que yo soy la principal, yo soy tu esposa, Mas", gritó Mawar sin la más mínima vergüenza.

"¿De dónde iba a sacar dinero? Yo no compré esas cosas. Además, esas cosas son caras y yo no tengo tanto dinero, Laura las compró ella misma. Si no lo crees, pregúntale a Laura".

Mawar, que quería demostrar todo lo que decía su marido, se dirigió hacia la habitación de Laura. Esa habitación era muy cómoda, la cama seguro que era muy suave y además el armario era muy bueno. Sin mencionar que la ropa estaba colgada ordenadamente, todo era cómodo. Mawar inmediatamente jaló a Laura, que estaba durmiendo, sin importarle que su hijastra se mareara o se cayera después.

"¿Qué pasa, tía, por qué me despiertas de repente?", reprendió Laura, que no lo aceptó.

"Esto debería ser mío, Laura. Es muy fácil para ti dormir en mi cama. Niña desagradecida, ya es suficiente que siempre causes problemas, ahora incluso te llevas mis cosas".

"Creo que la tía está loca, todas estas cosas las compré yo misma y no son para la tía. Son para mí. Es mejor que la tía se despierte pronto de esa pesadilla para que vuelva a la realidad". Laura sacudió el cuerpo de Mawar con bastante fuerza.

"¿De dónde sacaste el dinero?", Mawar apartó la mano de Laura y la señaló, empujándola también un poco.

A Laura, a la que no le gustaba que la trataran así, empujó a Mawar con fuerza, hasta el punto de que Mawar cayó al suelo. "¿Quién dice que nunca he tenido dinero? Yo tengo dinero, por eso puedo comprar estas cosas. Así que no seas derrochadora, papá te da mucho dinero, pero ¿no hay nada que pueda ayudar a las finanzas familiares? Eres una derrochadora y papá nunca debió casarse contigo. Eres una calamidad para mi familia. Sal de mi habitación y no vuelvas a poner un pie aquí".

Mawar se levantó de inmediato y se limpió la ropa sucia. "Ya verás, voy a exponer toda tu podredumbre y sé que ese dinero no es tu ahorro, Laura. Seguro que es el resultado de venderte, ¿verdad? Eres una mujer barata, igual que tu madre".

"No menciones a mi madre, tú eres la barata y la prostituta. Tu boca merece una bofetada". ¡Plac!, Laura realmente abofeteó los labios de Mawar, sin importarle que su padre se enfadara o que la echaran de esta casa.

Laura, que no estaba satisfecha, volvió a abofetear a su madrastra en la mejilla.

"Niña maleducada, ¿verdad?" Cuando Mawar iba a devolver la bofetada, su mano fue como detenida.

Laura, al ver a su padre, inmediatamente fingió llorar y tener miedo. "Mira, papá, tu esposa, mira, me va a abofetear. Incluso antes me empujó hasta que me caí. ¿Qué he hecho mal para que la tía me odie tanto? Cuando antes nunca me quejé del dinero para gastos que me daba la tía. Siempre fui una buena niña, pero la tía siempre fue cruel conmigo".

Mawar negó con la cabeza. "No, Mas, no la escuches. Laura me empujó y ella también me abofeteó, no lo creas. Esta niña ya es una mentirosa y también cruel, Mas, se atrevió a gritarme también".

"¿Papá cree en las palabras de la tía? Siempre es cruel conmigo en casa cuando papá no está. Papá sabe muy bien que también me recortó el dinero para gastos. Incluso casi no me dio nada del dinero. Es muy cruel, ¿verdad? Ahora aquí también me está torturando, papá, no deberías haber hecho de esta tía mi madre. Es muy cruel, realmente estoy dolida con cada uno de sus tratos".

Laura siguió interpretando su papel, llorando y abrazándose a sí misma sola. Damian, por supuesto, estaba enojado, Damian quería arreglar todo con sus hijos, pero Mawar era así.

"Eres imperdonable, Mawar, pensé que eras una madre buena y justa. Resulta que eres así a mis espaldas. Estoy realmente decepcionado contigo".

"Mas, escúchame primero, no seas unilateral así. Laura fue la que fue cruel conmigo, Mas. Tienes que escucharme a mí también". Mawar ya estaba muy asustada, ¿y si la echan después?

"Ya, vamos a hablar", Damian jaló a Mawar con rudeza, sin importarle los gritos de su esposa.

Anya y Andi no pudieron hacer nada, solo pudieron permanecer en silencio y ver a sus padres pelear de nuevo.

Mientras que a Laura no le importó, cerró la puerta lentamente y sonrió ampliamente. Se rió feliz, resulta que también tiene talento para actuar y difamar a la gente. Laura volvió a acostarse y a jugar con su teléfono, ya no le apetecía volver a dormir.

Hacer que su padre y su madrastra pelearan resultó ser divertido. Separarse y no tener más una familia feliz, ese plan resultó ser muy bueno.

Poco a poco se destruirán y eso hará que el corazón de Laura esté contento y muy feliz.

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Por la mañana, Laura vio a su padre muy ocupado en la cocina. No era su madrastra la que cocinaba, sino su padre. Laura solo se sentó a esperar a que su padre cocinara.

Mawar también seguía mirándola con una mirada muy intensa y enojada, tal vez por el problema de ayer. Quién sabe qué le habrá dicho su padre a su madrastra.

"¿Papá ya terminó? Anya tiene hambre. Anya puede llegar tarde a la escuela. Además, ahora tiene que ir con Andi, apúrate, papá, no quiero llegar tarde".

"Espera un momento, Anya, en lugar de quejarte así, ayuda a papá a cocinar, para que todo termine rápido".

"No quiero, papá, mis manos pueden ensuciarse y mis hermosas uñas pueden dañarse".

"Bueno, entonces no seas exigente, quédate callada y espera a que papá termine".

Anya cruzó los brazos con enojo y Laura sacó la lengua burlándose de Anya como una niña pequeña. Anya, que no lo aceptó, quiso tirar del pelo de Laura, pero Andi la detuvo.

"No empiecen", reprendió Andi con firmeza, no quería que hubiera más peleas en su familia.