Cuando el Odio Encuentra la Nostalgia

"Está bien, basta." Kalila intercedió. No podía permitir que Rafa siguiera descargando su frustración en Arlen, aunque lo que Rafa decía era cierto.

"Se supone que yo debo decidir, ¿no?" dijo Kalila.

"Así es. No vas a desperdiciar tu tiempo viviendo en este matrimonio sin sentido, ¿verdad?" respondió Rafa.

Kalila miró a Rafa con una expresión confusa. "¿Por qué tienes que hacer esto, Raf?"

"Solo te estoy ayudando a escapar de este matrimonio inútil. Te mereces ser feliz con alguien que te ame y valore toda tu sinceridad".

Kalila suspiró.

Arlen no negó que lo que decía Rafa era completamente cierto.

"Está bien, gracias por tu preocupación, Raf. Pero seguiré siendo yo quien decida sobre mi vida".

"Está bien." Rafa asintió. "Entonces, ¿cuál es tu decisión?"

Kalila miró a Arlen durante mucho tiempo. Los recuerdos y todo el dolor que había experimentado no eran fáciles de olvidar. Kalila apretó los puños, conteniendo la respiración por un momento para luego soltarla lentamente mientras cerraba los ojos, luego miró la carpeta marrón que aún estaba cerrada y volvió a mirar a Rafa.

"No voy a firmarlo", respondió Kalila.

Rafa abrió mucho los ojos, sin poder creer la respuesta de Kalila. Lo mismo ocurrió con Arlen.

"No ahora", continuó Kalila. "Seguiré adelante con este matrimonio según los términos del contrato. Un año con todos los requisitos".

"¿Qué requisitos?" preguntó Rafa.

"Solo actuaremos como pareja frente a Mamá Erina y Bunda. Seguiremos nuestras vidas y no interferiremos en la privacidad del otro". Kalila explicó brevemente.

Rafa luego se rió con cinismo. "¿Vas a seguir con ese drama tonto para qué, La? ¿Qué obtienes de..."

"Kirei. Obtuve la curación de mi hermana, Raf. Si no fuera por la ayuda financiera de Mamá Erina, tal vez hasta este momento Kirei todavía estaría sufriendo".

Rafa suspiró con resignación. Se peinó con frustración.

"Nuestro divorcio seguramente decepcionará a Mamá y Bunda. Especialmente si el divorcio es por la razón de que Arlen cometió violencia doméstica. Eso lastimará mucho a Mamá Erina", dijo Kalila con una mirada suplicante a Rafa para que su amigo entendiera su situación.

"Aunque tu corazón también está herido", replicó Rafa.

"Al menos, durante este año, Arlen y yo buscaremos una razón más lógica para terminar con esto. ¿Verdad?" Kalila miró a Arlen y lo miró pidiéndole apoyo para que aceptara su decisión.

"¿Qué pasaría si realmente no tuviéramos que separarnos?"

"¡Oye! ¿Quieres que te golpee de nuevo hasta dejarte hecho puré?" Rafa ya estaba mirando fijamente y estaba a punto de acercarse a Arlen con el puño cerrado. Kalila rápidamente tiró de Rafa para que se alejara y finalmente se paró entre la camilla que ocupaba Arlen y Rafa.

"¿No entiendes lo que he estado diciendo desde hace rato, eh?" Rafa realmente parecía molesto. "Tal vez no te importe la felicidad de Kalila, ¡pero a mí sí! Kalila merece vivir con alguien que la ame como mujer. ¿La amas así?"

Kalila se sintió como si la hubiera picado una hormiga roja. Se sorprendió por la pregunta que Rafa le hizo a Arlen.

"Yo..."

"¡Basta!" Kalila finalmente levantó ambas manos. "¡Basta!" Miró a Rafa con una mirada furiosa. "Mejor vete a casa. Gracias por traer mis sandalias y mis otras pertenencias. Pero lo que me pase a mí y a Arlen, dejemos que lo resolvamos nosotros", dijo Kalila con firmeza. Aunque Rafa no estaba seguro de que Kalila tomaría una decisión justa para sí misma, al final Rafa cedió y respetó la decisión definitiva de Kalila.

"Está bien", dijo Rafa finalmente. "Haz lo que quieras. Pero si él te obliga a hacer algo de nuevo, dímelo, con gusto lo golpearé".

Rafa miró fijamente a Arlen, que solo podía guardar silencio.

"Arlen no me hará nada más. Estaré bien", dijo Kalila con un poco de desesperación para convencer a Rafa. "Además, ¿seguirás golpeando a tu amigo?"

"¿Todavía lo consideras un amigo después de todo lo que te ha hecho?"

"Sí", respondió Kalila sin dudarlo.

Arlen inmediatamente se giró hacia Kalila. Le dolió el corazón al escuchar cómo la mujer a la que había lastimado todavía lo consideraba un amigo.

"Lo oíste", dijo Rafa con cinismo a Arlen. "Por todo lo que le hiciste, ella todavía te considera un amigo. Si yo fuera Kalila, te odiaría por el resto de mi vida". Luego, Rafa solo miró a Kalila por un momento, y luego simplemente salió de la sala de tratamiento sin despedirse.

Kalila exhaló profundamente tan pronto como la puerta se cerró herméticamente. Cerró los ojos para calmar los latidos de su corazón después de enojarse.

"¿Es cierto eso, La?" preguntó Arlen luego.

"¿Qué cosa?" Kalila se giró hacia Arlen.

"¿Todavía me consideras tu amigo? ¿Por todo lo que te he hecho?"

"Sí", respondió Kalila. "Porque este malentendido también ocurrió porque yo te lo oculté. Pero creo que necesitamos distanciarnos".

"¿Qué quieres decir?"

"Necesito tiempo para calmarme, así que espero que, después de que te recuperes, no estés demasiado cerca de mí".

Arlen todavía fruncía el ceño.

"Porque...t-todavía estoy un poco traumatizada por lo que pasó anoche. Así que espero que lo entiendas".

Arlen sonrió con tristeza. Un gran arrepentimiento era visible en los ojos del hombre.

"Lo siento", dijo con pesar. "Debes tener miedo de mí. Debes verme ahora como un monstruo".

"No tanto como un monstruo. Yo solo..."

"Permíteme asumir la responsabilidad, La. Lo digo en serio", interrumpió Arlen.

"Hablaremos de eso más tarde".

"¡Dios mío... soy tan tonto!"

"Basta, ahora solo concéntrate en tu recuperación".

"Deberías estar enojada conmigo, La. Deberías golpearme. O deberías haber dejado que Rafa me golpeara, porque todo lo que dijo es verdad. Deberías haber expresado toda tu angustia hacia mí".

Kalila suspiró con cansancio. "No tengo mucha energía para eso, Ar. Prefiero guardar mi energía para las cosas que traen paz a mi corazón".

* * *

El cielo afuera ya había cambiado a oscuro, Kalila cerró las cortinas de la ventana después de terminar de darle a Arlen la medicina después de la cena.

"Saldré un rato, ¿sí?" dijo Kalila.

"¿A dónde vas?"

"A comprar comida".

Apenas Kalila respondió, Noe volvió a llegar trayendo una bolsa de comida. "Esta es la cena para la Señorita, Señor".

Kalila miró a Arlen, "¿Me pediste comida otra vez? Hoy al mediodía también. En la tarde me pediste bocadillos. Pobre Noe, yendo y viniendo. Aunque yo puedo comprarlo yo misma".

"No importa, La. Debes estar cansada de cuidarme", respondió Arlen.

"¿Noe ya comió? Si no, coman juntos", preguntó Kalila a Noe.

"Ya comí, Señorita. Gracias".

"Pero esta es una porción grande. No podré terminarla yo sola".

Pero al final, Kalila terminó su porción de comida. Arlen incluso estaba sonriendo solo al ver cómo Kalila comía.

A diferencia de Miranda, que siempre tiene muchas reglas para decidir qué comer. Incluso a menudo no lo termina porque tiene miedo de subir de peso.

Pero Kalila, ella siempre come con apetito. Nunca deja comida. Tampoco es quisquillosa con la comida.

"¿Por qué?" preguntó Kalila que vio a Arlen sonriendo.

"Dijiste que la porción era demasiado grande".

"Sí, en lugar de desperdiciarla".

La noche se hizo más tarde, Kalila ya había recostado su cuerpo en el sofá. Sus ojos casi se cerraron por el sueño, pero todavía se tomó el tiempo para preguntar si Arlen todavía sentía dolor en su estómago. Si Arlen necesitaba algo, antes de que Kalila finalmente se acurrucara para quedarse dormida en el sofá.

Hay una sensación extraña al ver cómo Kalila lo cuida. No es la primera vez que Kalila cuida de él cuando está enfermo. Solo que, esta vez Arlen sintió que algo había cambiado.

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Continuará