La Forma Del Amor

Abigaíl estaba esperando las buenas noticias estaba tan emocionada que no pude evitar ir a la casa de Mateo y esperar con él para poder consolarlo.

Y como siempre llegaba, esta vez no fue diferente cuando llegó como si fuera la dueña de la casa.

Se sentó en la sala principal y pidió que le sirvieran café y algunas galletas mientras esperaba.

Pidió a la servidumbre que la dejaran sola y que no necesitara más ayuda.

Y mientras esperaba, de repente recordó que a ese paralítico como le decía a veces cuando no había nadie y cuando quería despotricar contra alguien, recuerda que le acondicionaron un lugar especial donde nadie podía entrar, ni siquiera ella.

También sabía que en ese lugar era donde se quedaba la niña y quería ver qué tal estaba, posiblemente podría quedarse con ese espacio cuando se mudara a este lugar.

Con eso en mente fue hacia la entrada y vio que la cerradura era de código, por lo tanto, empezó a picar todo el teclado queriendo saber cuál era la clave con la que podía entrar.

Estaba tan concentrada en intentar abrir la puerta que no oyo cuando uno de los empleados se acercó.

Empleado: Que está haciendo?.

Abigaíl: Al estar distraída y de repente escuchar un ruido salto en su lugar con un pequeño crítico.

Que te pasa casi me matas del susto, dijo al sirviente.

Empleado: Lo siento, pero ahí no puede entrar, así que por favor no trate de forzar la puerta.

Abigaíl: Solo quiero saber si está bien acondicionado, por lo que se esté en el lugar donde duerme la niña.

Empleado: Así es; sin embargo, a nadie se le permite pasar a ese lugar y el señor dijo que estaba prohibido.

Abigaíl: Porque, además solo quiero revisar.

Empleado: Solo los señores pueden entrar.

Abigail: Señores?.

Dijo en tono de pregunta.

Empleado: Si

El señor Mateo y el señor Valentín.

Son los únicos que tienen la clave para entrar.

Abigail: Se enfureció al saber que a esta parte de la mansión no podía entrar y también al oír cómo se referían a ese niñero.

Entonces pregunto por qué se referían a él como señor Valentín.

El empleado le contestó que de esa forma se les pidió que se refieren a él y que habían sido órdenes de Mateo también.

Luego de manera educada el empleado le volvió a pedir que regresara a la sala porque no se le estaba permitido estar ahí a nadie.

En otros días Abigail hubiera actuado arrogante y contradicho al empleado.

Después de todo, esta no toleraba que nadie ni mucho menos un simple trabajador soñara siquiera en ordenarle algo.

Pero hoy estaba de buen humor, porque hoy por fin se desearía del estorbo o más bien de los estorbos.

Por lo tanto prefirió regresar a la sala y esperar las buenas noticias, estuvo esperando por mucho tiempo pero Mateo no regresaba y tampoco había noticias.

En eso estaba cuándo Sandro entro furioso y sin mediar palabras se abalanzó hacia la mujer tomándola del cuello y apretando su garganta reclamo.

Sandro: Eres idiota o te haces, como se te ocurrió hacer algo tan estúpido.

Acaso no piensas, sabes lo que acabas de provocar.

No, no lo sabes por qué esa cabecita tuya solo sirve para ponerle adornos, llenarla de maquillaje y para decir estupideces.

Abigail: que pasa, Sueltame me lástimas.

Sandro: Matarte es lo que debería de hacer sabes lo que provocaste imbécil.

Abigail: No sé de lo que hablas.

Sandro: Por supuesto que no sabes pero déjame decirte que con lo que provocaste lo único que hiciste es llamar la atención de la policía.

Abigail: Que, de que hablas.

Sandro: El accidente que provocaste llamó la atención de la policía.

Mateo denunció el accidente diciendo que intentaron matar a ese tal Valentín.

Así que también dio a entender que el accidente donde murió su esposa había sido provocado.

Acaso no piensas, no ha pasado mucho tiempo desde ese accidente, era lógico que sería sospechoso.

Abigaíl: Pero eso.

Sandro: Te dije que esperarás.

Además, no sé por qué te pones nerviosa después de todo Mateo, a él no le gustan los hombres.

Si ese fuera el caso nunca se hubiera casado con una mujer, acaso no piensas.

Abigaíl: Es que tú no lo has visto, cómo lo mira además él se parece a ella tiene sus mismas actitudes incluso huele a ella. No me digas que no lo has notado.

Sandro: Te estás volviendo loca, lo más seguro sea un sentimiento de culpa lo que tienes y por eso la ves en todos lados, después de todo tú la mataste.

Abigaíl: Shiiit. cállate que alguien te pueden escuchar.

Sandro: Y que después de todo aunque escuchen no lo podrán probar no hay pruebas.

Abigail: Más te vale porque si yo caigo tu caes conmigo, me oíste.

Esto ya lo pudo decir con más libertad ya que Sandro la había soltado.

Toda esta conversación la tenían casi en susurros y aunque hubiera gente cerca no lo podrían escuchar, aunque sí llamaría la atención de situación en la que estaban con Sandro tomando el cuello a la mujer.

Pero como anteriormente Abigaíl había mandado a todos los sirvientes a la cocina porque no le gustaba que le estuvieran mirando y no la dejaran explorar el lugar.

Aunque también lo había hecho para hacerle saber que ella tenía voz y voto en esta casa y que lo que ella decía tenía que obedecer.

Sandro: Espero que no hayas dejado rastros y para la próxima no hagas estás cosas sin pensar.

Y busca otra manera, los accidentes de auto no son la única forma de quitar a alguien del medio.

Ah por si no el captado aún, tu magnífico plan fallo porque el niñero y la niña no venían en el auto.

También será mejor que no vuelvas a atentar contra la vida de Raquel ese sería el mayor error de tu vida.

Abigaíl: Para qué la quieres viva, esa mocosa no sirve de nada solo es un estorbo.

Sandro: sé lo que supones.

Piensas que sí Mateo pierde a esa niña quedara vulnerable y listo para que lo consueles cuando pierda el control.

Pero eso solo hara que se vuelva loco y no descanse, hasta encontrar al culpable qué crees que harás cuando eso sucede si es que llega a suceder claro.

No te esfuerces en pensar, te ahorrare el trabajo y te diré directamente.

Si eso llegara a pasar y Mateo encuentra el culpable te aseguro que la matará con sus propias manos y no perdonará ni siquiera por qué seas su amiga lo entendiste.

Será mejor que no esperes que no llegue, vendrá hasta mañana.

Ahora me voy, tengo que ir a la policía para llevar él caso.

Se fue dejando Abigail sola en la mansión alguna que otro empleado se había dado cuenta de que estos dos habían discutido, sin embargo, eran respetuosos y no podían meterse los problemas de los patrones, por lo tanto, ninguno de ellos acercó para ver qué pasaba.

Además las únicas órdenes que tenían eran que cualquier cosa extraña que sucediera tenían que avisarle a Mateo por eso sería mañana porque hoy ya se habían enterado lo que había sucedido y no querían alterar más a su jefe.