Elizabeth es una enfermera que es contratada para cuidar a un empresario arrogante y de mal carácter.
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Alan
Alan se despertó, abrió los ojos y lo primero que vio fue un tenue rayo de sol que se colaba a través de las cortinas azules de la amplia ventana, la imagen de su hermana cuando eran pequeños cruzó por su cabeza y los recuerdos de esas vacaciones en la cabaña de la playa que sus padres habían alquilado, dónde los hermanos durmieron en la misma habitación fueron revividas gracias al aroma a sol que desprendían las cortinas. Habían sido días felices, habían tenido una vida feliz, claro que surgieron problemas en estos años. Hernán en su adolescencia se avía desviado de su caminó, Elizabeth había sido acosada en su trabajo y culpada por ello y él.. el trabajaba medio tiempo en una cafetería, luego de estudiar por tantos años no podía trabajar de lo que le gustaba por no tener experiencia. Pero esto, esto que le estaba pasando a su única hermana superaba todo, todos los problemas que habían tenido hasta ahora no tenía comparación con los que Elizabeth estaba viviendo, jamás había visto a su padre así, ni siquiera cuando Hernán fue llevado presos por poseer drogas. Si, Tomas se había enojado y mucho y si, estaba triste y se sentía impotente pero jamás se había quebrado de esta manera, todos quisieron creer que la biopsia daría bien que no era cáncer o que si era con un tratamiento se recuperaría pero la reacción de su padre, el llanto desconsolado, fue un gran golpe de realidad para todos, la biopsia había traído malas noticias, la salud de Elizabeth estaba complicada.
Alan se levantó y luego de prepararse y desayunar se dirigió a la empresa de su hermana, el auto de ella estaba allí y su netbook dentro. Al llegar entro a la empresa se presentó con la recepcionista y enseguida Mónica salió a recibirlo, luego de una breve charla se dirigieron al auto.
- o por Dios.
dijo Alan muy impresionado, la sangre seca se esparcía por todos el acierto del conductor y el piso de este.
- lo siento mucho Alan, si quieres yo me ocupo.
dijo Mónica al ver la impresión en los ojos del hombre.
- no está bien, y luego de unos segundos agrego, yo lo haré.
- Alan no creo que se pueda limpiar será mejor cambiar el asiento y consultaremos que hacer con la alfombra, ¿si te parece bien?
- si, si, eso.. eso haremos.
Mónica tomo las pertenencias de Elizabeth que se encontraba en el asiento trasero y se las dió a Alan.
- te sientes bien?
pregunto Mónica.
- si, si estoy bien, solo que...
- ok, irás a la clínica?
- si, eso pensaba hacer.
- bien yo te llevaré, así puedo saludar a Elizabeth un momento.
- bien.
dijo Alan en una voz apagada.
Mónica fue por su bolso y al regresar subieron a su auto, el camino transcurrió en silencio, Alan miraba por la ventanilla la ciudad con la vista perdida, Mónica lo miro de reojo y dijo.
- primero iremos a otro sitio, conozco un lugar donde hacen un café delicioso y unas tortas riquísima.
- no, mejor no, no estoy de ánimo
dijo Alan.
- lo sé, contestó Mónica, pero no puedes llegar así, ella no puede verte mal, y luego de unos segundos agrego, además podemos llevarle torta de chocolate se que le encanta.
Alan ya no dijo nada. Al llegar Mónica pidió tres porciones de torta y dos cafés. luego se sento frente a Alan y le alcanzó un tenedor.
- no se cual te gusta por la que pedí estás tres
- está bien, no importa.
Mónica probó una torta, luego otra. Alan al ver esto pensó ¿se comerá dos porciones ella sola? Alan se quedó mirando la porción que quedaba intacta, se veía deliciosa y su apetito se había abierto, cuando dejo la taza de café tomo su tenedor y en ese momento Mónica probó de esa última porción de torta intacta que había quedado. Alan miró a Mónica frunció el seño mientras sostenía el tenedor.
- que?
preguntó ella al ver su expresión.
- cuál es mi torta?
- la que tú quieras.
dijo Mónica con cara de obviedad.
- pero tú has comido de las tres.
- pensé en que compartieramos pero... si no quieres, puedo comprarte otra.
Alan la miro unos segundos sin decir nada. ¿que clase de mujer comparte se comida con alguien que no conose? pensó.
- que torta te gusta.
dijo Mónica mientras se paraba para ir a comprar, pero Alan la detuvo.
- no hace falta que compres, compartiremos.
- ok
dijo Mónica y volvió a sentarse, luego de esto charlaron durante una hora sobre la empresa sus manejos y algunos proyectos que Elizabeth estaba llevando.
Al terminar, Mónica compro una porción de torta de chocolate para llevar y ambos se dirigieron a la clínica.
- Buen día Hermanita ¿ cómo estás hoy?
- hola Alan, estoy bien.
luego entro Mónica con la torta de chocolate.
- hola jefa, mira lo que te traje.
dijo Mónica mientras la saludaba.
- hola Mónica, gracias que rico..
Mónica le hacerco la mesa y le sirvió la torta. Elizabeth tomo tres bocados y ya no comió más. Mónica la miro y entendió lo que pasaba.
- Jefa, te dieron tus medicamentos?
- aún falta.
- quieres que hable con alguien?
- no, ellos cumplen con las órdenes médicas, ya sabes.
- quieres que te traiga algo?
- Elizabeth la miró y luego dijo.
- después hablamos, y cambiando de tema preguntó, ¿trajeron la netbook?
- si, dijo Alan, está aquí en mi bolso.
Alan puso la máquina en la mesa de comida y los tres comenzaron a trabajar explicándole todo a Alan quien aprendia muy rápido. Luego Elizabeth dijo a su hermano.
- eso es todo por hoy. Ahora ve a la empresa, cualquier duda le consultas a Mónica.
Alan se despidió y salió de la habitación. Luego Mónica se hacerco y en voz baja pregunto.
- ¿que necesitas?
- Hidormorfona.
- ¿ que te están dando ?
- este medicamento pero cada ocho horas.
- ok, te lo traeré lo más rápido posible pero debes ser responsable, sabes que es un derivado de la morfina.
- no te preocupes lo haré.
- bien.
- una cosa más, mándame una enfermera, no quiero que mi madre siga cuidándome, ya no puedo disimular el dolor.
- bien, me quedaré yo.
- no, tu debes ayudar a mi hermano y te agradezco mucho por ello, creo que... si María está libre envíala a ella.
- Ahora mismo la llamo.
Mónica se despidió de Elizabeth, al salir de la habitación realizó unas llamadas buscando el medicamento que su jefa le había pedido, una vez que lo consiguió se dispuso a llamar a María, en ese momento llego Alan.
- que sucede?
- traeré una enfermera que cuide a Elizabeth.
- pero mi madre quiere cuidarla.
- Elizabeth no quiero que tu madre duerma aquí, no es cómodo y no le hará bien, además que mejor que una enfermera cuidando de ella todo el día.
- si, tienes razón.
Al salir de la clínica Mónica dejo a Alan en la empresa.
- te dejo aquí, voy por unas cosas y vuelvo lo más pronto posible.
dijo Mónica.
- ok.
contestó Alan y se adentro a la empresa.
Mónica salió nuevamente con su auto, fue por el medicamento, busco a María y se los entrego, luego la llevo a la clínica y volvió a la empresa donde comenzó a trabajar junto a Alan.
Con el tiempo Alan aprendió todo y manejo lo mejor que pudo dedicándole muchas horas y esfuerzo mantenimiento la empresa a flote.
.Cuanto amor