Prisionera De Una Mentira

*Gustavo.

El sábado llegó, anoche, apenas pude pegar un ojo, no pude dejar de pensar las reacciones de mi cuerpo al recordar esas imágenes y a lo que me llevó a fantasear. Hoy iba a ir a la mansión, algo que me pone en dudas, porque si una imagen provocó eso, ¿qué ocurrirá cuando la tenga frente a mí?.

Ahora estamos trabajando con Damián, por suerte él no siguió con el tema, creo que me tuvo compasión, ya que lo que me está ocurriendo, es nuevo para mí, y no es que tenga expectativa alguna, sé que si pongo mi cabeza fría, Lorena sigue siendo mi único centro, pero siento miedo de esta chica, si, porque es una chica, son 15 años de diferencia, pero en pocos días logró cambiar una rutina que venía desde hace 4 años. Pienso que llevaré a mi amigo, para proteger lo que siento y creo, y es que Lorena siempre será la única mujer en mi vida, que pudo llegar a mis fibras más íntimas. Como siempre, Damián me saca de mis pensamientos.

- amigo, si querés me retiro y vuelvo en unos minutos.

- eh!, no, por qué harías eso?

- hace 15 minutos que volví de legales, con el contrato de ayer, y vos con la mirada perdida en el escritorio.

- perdóname, ni sé donde tengo mi cabeza.

- yo si sé, pero no quiero discutir.

- que tenés que hacer hoy?.

- desde ayer, estoy esperando tu respuesta para ir a tomar algo esta noche.

- entonces, te propongo algo, me acompañas a la mansión, hago firmar el contrato de la niñera, y nos volvemos para ir a tomar algo.

- por qué mejor, no te espero aquí.

- porque quiero ir acompañado, además, cuanto hace que no ves a tu sobrina?

- cobarde!

- qué?, porque cobarde?

- no querés ir solo. ¿¿Acaso le tenés miedo a una mujer de 25 años?

- por favor!!!, no entiendo por qué sé te metió esas ideas en la cabeza. Esa mujer es la niñera de mi hija, es importante, porque tiene en sus manos, la educación de Emilia, Claro que tengo miedo, pero de equivocarme, y que no sea la persona adecuada.

- para quien?

- obvio que para mi hija, para quien más?

- estamos inmersos en un juego de palabras, de las cuales nadie quiere ser directo, por miedo a la reacción del otro.

- vas a venir o no?, querías algo directo, bueno, esta pregunta es directa.

- claro que voy, no quiero perderme de nada.

Solo me sale revolear los ojos, sé porque dice lo que dice, pero yo me niego a todo lo que él piensa.

- bueno decime que te dijeron en legales.

- nada, arreglaron las cláusulas, de tal modo, que en un futuro no tengamos malos entendidos con nuestros proveedores.

- perfecto, al fin una buena. Entonces cerramos estos que quedan, nos vamos a descansar un poco y a las 19 hs. nos reunimos en el helipuerto para ir a la mansión.

- ok amigo, así haremos.

*Josefina.

Hoy sábado, seguimos con la rutina, el día está hermoso, así que aprovecharé a enseñarle a nadar a Emilia. Le puse bracitos flotantes y comenzamos la clase. Por suerte, Emilia, aprende enseguida, así que al finalizar nuestra estadía en la piscina ya lograba dar sus primeras braceadas sola, toda una emoción.

- así se hace mi pequeña, aprendes muy rápido.

- si Jose, me encanta.

- en unas clases más y no vas a necesitar flotantes.

-Susana!!!, mira, ya puedo nadar!!!

- lo veo, mi reina, estoy muy emocionada.

Ambas salimos de la piscina, Susana se acerca con toallas y me agradece en secreto.

 Luego nos tiramos en lonas, junto a Emilia a tomar un poco de sol

- Jose, vos creés que mi papá, se va a sentir orgulloso?

- estoy segura de ello. Quizás se ponga triste al ver a su nena más grande.

- bueno, él se lo pierde.

- tampoco es así Emi, ya hablamos del tema, para tu papá es todo más difícil.

- pero nunca voy a poder mostrarle que estoy nadando, él no viene.

- estás aprendiendo por vos, no para los demás, cuando seas más grande, lo vas a entender.

- yo te creo Jose, todo lo que vos me digas te creo.

Me abraza fuerte, mi corazón se estruja, por la emoción y también por lo sola que se siente esta pequeña.

- te cuento un secreto Jose. ¿Puedo?

- claro, y yo lo voy a guardar.

- todas las noches, cuando rezo, le agradezco a Dios, que me mando una mami.

Yo me quedo paralizada, me parece muchísimo, demasiado, hasta podría traerme problemas, pero que decir?, trató de ser lo menos directa posible.

- Emi, vos ya tenés una mami, que no la ves, pero estoy segura que siempre está a tu lado. Yo en todo caso, soy la parte que ves, para lograr lo que estás haciendo.

- entonces, cuando me abrazas y besas, es por mi mami?

- no, es por el cariño que siento por vos. ¿Me entendés verdad?

- creo que sí.

Al rato, nos vamos adentro, ya era la hora del almuerzo. Luego del mismo, la acuesto para que haga su siesta, esta vez aprovecho para hacer lo mismo. Al despertar, toma su merienda, dibujamos un rato, y hoy por ser sábado, miramos una película, antes de su baño. Termina la película, ya está anocheciendo.

- bueno, señorita, hay que bañarse.

- no, miremos otra película.

Toma el control y pone dibujitos.

- oh no, Emi, vamos nena tenés que bañarte.

- no quiero.

- entonces vendrá el ogro oculto a buscarte...

- no me importa.

Subo a buscar una manta, me cubro con ella, bajo y me pongo en 4 patas, y comienza la función...

*Gustavo.

Ya estamos llegando, por suerte el clima es bueno, así que en 40 minutos, estamos aterrizando en la mansión, me olvidé de avisar que llegaría. Bajamos con Damián y caminamos hacia la entrada, parece que nadie nos escuchó llegar. Abro la puerta y me encuentro con una imagen que jamás hubiese pensado.

Estaba Susana riendo desde la puerta de la cocina, Emilia gritando y riendo como loca, saltando en el sillón, y alguien tapado con una manta

 Tanto Susana como Emilia me ven y a pesar de su asombro, les hago señas de que hagan silencio, Emilia es la que más se prende en este juego y me hace caso, siguieron sus gritos y risas. La persona debajo de la manta, por su voz, creo saber quien es. Miro al idiota de mi amigo que tiene dibujada una sonrisa que no acaba.

- EMILIA, SOY EL OGRO OCULTO DEL BOSQUE...SI NO VAS A BAÑARTE CON JOSE, TENDRAS TU CASTIGO.

- AY, OGRO MALO, NO QUIERO BAÑARME.

- EMILIA, NIÑA MALA, TENES QUE HACERLE CASO A JOSE, SINO TE HARE MUCHAS COSQUILLAS.

- NO, COSQUILLAS NO, OGRO MALO. LE VOY A DECIR QUE ME DEFIENDA MI PAPÁ.

- TU PAPÁ NO ESTÁ, ASI QUE TE HARE COSQUILLAS Y TE COMERE A BESOS.

Aprovecho para tomar a mi hija en mis brazos, ella se ríe. Y quien yo creo quien es, se acerca toda tapada, hasta mis pies.

Comienza a tocar mis zapatos, siempre cubierta con la manta, Emilia, se tapa la boca para no reír, Susana tenía los ojos como platos y mi amigo Damián, ya tenía acalambrada la mandíbula por su grande sonrisa.

- Julián, sos vos?, de quien son estos zapatos?, Leandro, quien cuernos es?, EMI.

Aprovecho para presentarme. Aclaro mi voz.

- buenas noches no es Julián, ni Leandro, soy Gustavo Singer, el padre de Emilia.

Veo como como su mano sale rápidamente de

mis zapatos, comienza a levantarse lentamente, y a la vez se desliza la manta al piso. Y ahí se paralizó el tiempo, un instante donde solo se cruzaron nuestras miradas, al fin estábamos uno frente al otro, sin fotos, ni vídeos.