EL HERMANO DE MÍ ESPOSO

-Dime Gael -la voz curiosa de Ana hizo que el niño apartará la mirada de la pantalla del cine y la viera directamente a los ojos- ¿por qué no quieres volver a casa? Acaso... ¿Aiden te hizo algo malo?

-No tía Ana, solo quiero que ellos se lleven mejor y que mamá me deje decirle papá, quiero que el sea mi papá. Me gusta mucho y a mamá también le gusta

Ana y Raul se miraron, lo que decía el niño era verdad era tan obvio que esos dos se gustaban y claramente el demorarse tanto era un plan del pequeño Gael que a fuerza necesitaba que ya formalizarán todo... Al llegar se encontraron a Aiden y Aglaya esperado a Gael. Le pidieron que les acompañará a él balcón y le explicaron todo, Aiden se iría a vivir con ellos igual ya vivía más ahí que en su apartamento

-Mami mami ¿es en serio? -el niño hablaba al vorde del llanto- el vendrá a vivir con nosotros

-Gael solo será su quieres - la voz de Aiden sona apagada juraba que el niño aceptaría gustoso pero por lo visto no era el caso- mira que no pensamos obligarte a nad....

-Ya tengo un papá, papá por favor no me vallas a dejar

El niño soltó un llanto desgarrador, Aglaya hasta ese momento se dio cuenta de la falta que le hacía un padre a su hijo; pero se preguntaba si tanta falta le había hecho por que no preguntaba por el, ella nunca se había negado a hablarle de ello solo preguntó unas veces y luego abandono el tema. Esa noche Gael se durmió en la habitación de su madre y era abrazado por Aiden y ella...

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Los días pasaron y Aglaya se recuperó del todo, Ana y Raul resolvieron mudarse no tan lejos; un apartamento vacío que había en el hotel fue habitado por ellos, Raúl se convirtió en el nuevo gerente del hotel un nombramiento que no pasó en alto para todos los periódicos dejando de mal humor a Ana que ahora decía espantar las pretendientes de su hombre.

Aglaya y Aiden llevaron a Gael a su escuela como toda una familia. Luego fueron a ver como hiba el trabajo del capricho de Aiden, Aglaya le solicitó hablar unas cosas y se dirigieron a la empresa de Aiden estaban en la oficina del mismo y comenzaron a besarse con deseo los jadeos no se hicieron esperar. Las manos de él navegaban por el medio de su falda llegando a rosar su intimidad cuando él sonido de un teléfono los obligó a separarse

-Lo lamento es el mio -dijo ella acomodando su ropa- es Ana voy a atender

Salió de la oficina dejando a un Aiden ambriento por más, quería poseerla en cada lugar ella era exquisita no se cansaría jamás de tenerla. Él escucho a alguien entrar y sonrió

-Hola guapa -se dio la media vuelta solo para encontrarse el ruborisado rostro de Lupe- oh Lupe lo lamento pensé que era... Bueno no importa que deseas

-Vine a invitarte a almorzar

-No puedo

-Solo es por petición de mis padres, -ella se fue acercando a él hasta quedar al lado de donde el se encontraba sentado- sé que no te gustó pero podrías hacer esto por mi

-No, no soy hipócrita y la verdad no me interesa nada de lo que quiera.....

En ese momento la puerta se abrió de golpe y Lupe se lanzó sobre los labios de Aiden