CUARTO LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Majic, Lycka y Huimang aman profundamente, pero deberán decidir cuánto están dispuesto a sacrificar por proteger a quienes aman.
¿Podrán ser capaces de reconstruirse después de ser arrastradas al abismo de la desolación y la desesperanza?
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21. Fiereza que atrae
Han llegado al ducado de Homan en Fontana, el príncipe ayuda a bajar a Lady Soki, quien sigue mirándolo con detenimiento, se ha quedado prendada de la belleza del único hijo del rey Carpio; sin embargo, el príncipe a pesar de ser cortés, no tiene interés en ella.
Cuando Ghean intenta ayudar a bajar a Kiara, ella de un salto bajó sin problemas. Esa actitud autosuficiente, cautiva al príncipe de Susumira, quien luce embelesado por aquellos ojos avellanas que parecen desafiarlos con solo posar la mirada en él.
De pronto se acerca a ellos, el maestre de campo y mano derecha del duque de Homan, Lord Lemon, haciendo los saludos protocolares.
- "Su Alteza, bienvenido a Fontana, El duque lo está esperando, ya tenemos todo el armamento, venga conmigo", manifestó con solemnidad Lord Lemon.
- "Por supuesto", dijo Ghean un poco decepcionado, hubiese querido estar un tiempo más en la presencia de la joven hermosa y valiente que lo ha cautivado.
- "Voy con ustedes, soy buena manejando armas, no vaya a ser que el príncipe tenga problemas", aseveró Kiara con actitud desafiante.
- "Parece que la señorita no confía en mí, soy hábil con las armas, mi Lady", expresó Ghean.
Kiara sonrió, y luego suspiró, apresurando el paso, para luego voltear.
- "Sería extraño que siendo el hijo del rey Carpio no supiese manejar armas, pero es obvio que no soporta cuestionamientos", dijo Kiara y luego vuelve a sonreír, Ghean vuelve a sentir esa extraña sensación de estar cerca de ella.
Sin otro comentario solo avanzan a dónde se encuentra el armamento. El duque de Homan le explica al príncipe de que se trata cada arma, pues algunas tienen un manejo más flexible.
- "Kiara, lleva al príncipe a la casa, y que el mayordomo le indique dónde va a hospedarse hoy día, el rey Fortem vendrá temprano para asegurarse de que todo esté en orden", manifestó el duque. "No se preocupe su Alteza, también habrá un lugar cómodo para su guardia personal", agregó el duque.
- "Por supuesto, padre, será un gusto acompañar al príncipe", dijo Kiara.
Al príncipe Ghean le pareció que Lady Kiara le había hecho una sonrisa coqueta, pero sacudió a su cabeza diciéndose a sí mismo que eso es una confusión, había notado que ella parecía siempre ignorarlo.
Por otro lado, Kobar mira tras él a los soldados del ejército de los Senmorta; y Carpio necesita respuesta a su pregunta, quién es ese hombre y qué lo une a Karoly, quizás eso le dé las razones dé porque quien alguna vez fue la reina de Susumira actúa de esa manera.
- "Soy parte del ejército que viene por toda Hurmaya, las sombras que los han acechado por mucho tiempo, soy parte de esos seres que te hechizaron hasta volverte un ser irracional y violento, pero esa no debería ser tu pregunta, sino qué es lo queremos de ti", dijo Kobar sin dejar de mirar a Carpio.
- "Si lo que buscan es que traicione a mi gente no lo haré, ¿qué le hicieron a Karoly?, algún hechizo maligno le pusieron, pero voy a averiguarlo y van a pagar por ello", manifestó Carpio con mirada fiera.
Kobar hizo una media sonrisa, las mismas palabras que Karoly le dijo iba a decir, son las palabras que el rey emérito de Susumira iba a pronunciar, si hubiese actuado diferente, hubiesen usado la opción dos del plan, pero ese hombre era una carta abierta ante la que alguna vez fue su esposa.
- "Es extraño que ella te conozca tan bien, y tú realmente no lo hagas, tantos años juntos y no tenías ni la menor idea de la mujer que tenías al lado; no has visto su corazón y su espíritu, lo que has visto es el deslumbre encanto de su belleza y la cautivante fiereza de su comportamiento, eso último es lo que más anhela un Marutzba y por eso se niega a ver el panorama. ¿En verdad, crees que una mujer como ella puede caer en el embrujo de un hechizo?, que una mujer que no sabe pedir permiso, no hará lo que decida su propio ser; has querido disfrutar la belleza de un águila, pero en un jardín de rosas. Ella hizo lo que hizo porque quiso, ya deberías saber que nadie la puede gobernar", afirmó Kobar, de manera serena.
- "Y tú, ¿la conoces?", preguntó Carpio mientras tocaba su costado, tenía demasiada cólera.
Tenían que poner algo que simulara el veneno que debía ir matándolo mientras lo torturara; no había nada más que odiara un Marutzba en su orgullo a que le dijeran que no conoce a su mujer, y dentro de Carpio, Karoly seguía siendo eso su mujer, debía dejarla ir para poder sanar, tenía que sacar de él ese amor hacia esa mujer de manera definitiva.
- "No deberías enojarte, cada vez que lo hagas ese costado te dolerá más y más, será el calvario. (Susurrando) Es mejor que la dejes ir, si quieres salvar lo que amas. (Tirando una bolsa en cada celda) Quien realmente soy no importa, qué puedo hacer es lo que deberían descifrar. (Mirando a Carpio) Creo que la conozco mejor que tú, sin embargo, ella de alguna manera ya no es la misma que conociste, ella ahora es una princesa Senmorta", dijo Kobar.
Carpio quiso ponerse de pie, e ir tras Kobar, pero el dolor lo impedía, sentía mucha rabia dentro de sí. Si Karoly era una princesa Senmorta, la marca en el brazo y la marca en el escudo, solo podía significar una cosa, y es que ahora ella era la mujer de ese príncipe enemigo.
Cuando Kobar salió de aquellas cuevas que sirven como prisión, encontró a Karoly montada en un caballo, esperando a que saliera.
- "Está bien", dijo Kobar y subió a su caballo.
- "Demoraste más", mencionó Karoly.
- "Un soldado quiso lastimar a Lady Jamel, tuve que dar una lección para que se mantengan alejados el tiempo suficiente para liberarlos", expresó Kobar. "Él actuó como lo predijiste, pero ese hombre te sigue amando, no sé si lo que le dimos será suficiente para que te olvide".
- "Lo hará ella, (señalando hacia la montaña) la hija del duque de Jinsil", manifestó Karoly. "El corazón apacible de una mujer llena de perdón, terminará sanando las heridas que la vida le ha causado", dijo Karoly.
- "Cuando ellos salgan de este lugar, no recordarán quien son, identificarán en algún momento al rey Quiimo leh y a Lady Jamel; pero no podrán suponer que él es el rey Carpio, el aspecto con la edad no se ajustarán", explicó Kobar.
- "Mejor, sin historia, sin dolor, el amor deberá fluir como alguna vez debió fluir. Vámonos Kobar, (se esforzó por acariciar el rostro de Kobar, aún sobre los caballos) necesito verlo antes de seguir con el resto del plan, nuestro hijo nos espera", afirmó Karoly; Kobar pone su mano sobre la de ella; la calidez es agradable.
- "Vamos, ruego porque todo salga como lo había planificado", expresó Kobar.
Ambos emprenden el camino al condado de Korona, en unos días la parte más peligrosa del plan se llevaría a cabo.
no sé si ando se sensible o q
pero me hizo llorar
saber q tuvieron una segunda oportunidad después de tanto sacrificio y dolor es gratificante
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