Las verdades de su primer amor distorcionaron su mente por un engañó y ella lo mató. Su hermano menor busca justicia sin saber que después de un tiempo empieza a enamorarse de la asesina de su hermano.
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Perdóname
Demian abrió una lata de Pepsi, aunque tenía frío, necesitaba algo dulce para hidratarme y recobrar algo de energía.
—El baño está a tu izquierda, si la necesitas— dijo el doctor.
—¿Me prestas algo de ropa?, me gustaría cambiarme.
—Sí, dame un segundo ahora vengo.
Mientras Demian buscaba la ropa, di una vuela por su departamento, cada cosa en su sitio hacía que todo se vea delicado.
Enzo saludo a Serena al verla en la sala.
—Tu madre está muy preocupada Enzo, ¿Qué hiciste?—preguntó Serena a mi esposo.
—Solo quiero saldar cuentas.
—No es la forma. ¿Por qué te casaste con ella y no conmigo?.
—Perdóname Serena, se que falle a mi palabra. Esa mujer me quito muchas cosas, no puedo simplemente dejarlo así.
—Cambiaste mucho desde que esa mujer apareció en tu vida, quiero lograr entenderte, pero me es difícil.
—Serena, no quiero que me esperes más, no quiero ser egoísta.
—¿Me estás volviendo a dejar?
—Serena, entiéndeme por favor, no estoy en todos mis cabales.
Serena amaba mucho a mi esposo, antes de que yo aparecira en sus vidas, ellos eran una linda pareja con planes de casarse y tener hijos. Pero Enzo cambio esa felicidad por venganza. La herida de su corazón le hacía pensar de otra manera, la hacía hacer cosas que jamás había imaginado.
—Déjame estar a tu lado Enzo, déja que te ayude salir del lío en el que te encuentras— dijo Serena con lágrimas en los ojos.
—Eres una mujer muy valiosa Serena— Enzo le seco las lágrimas de sus ojos y la abrazo.
Estando en sus brazos se olvido por unos segundos de mi existencia, tiernamente la beso en los labios, aún principio se sintió bien, pero después su mente empezó a recordar todo lo que habíamos vivido la noche anterior, todas las cosas que nos habíamos hecho y dicho. Bruscamente apartó sus labios.
— ¿Qué pasa?—Serena preguntó confundida.
—Necesito encontrar a Aurora, ¿me ayudas?—fue su repuesta.
—Tu madre hizo lo correcto al dejarla irse, déjala que haga su vida, tarde o temprano pagará todo el daño que les hizo. No te das cuanta que esa mujer está destruyendo tu tranquilidad.
—Serena no es fácil, te va a doler mucho lo que te voy a decir, pero estoy confundido, no puedo estar lejos de ella, no se si la odio por hacerme sentir todo este odio, pero la extraño cuando estoy lejos de ella.
—No sabes lo que estás diciendo Enzo, esa mujer es un demonio, ¿se te olvida que mató a tu hermano?
—No, no se me olvida, pero lo mejor será que ya no nos veamos más.
—¿Tan poco significó todo lo tuvimos?
—Serena, perdóname.
—Eres egoísta Enzo.
Serena se fue con el corazón hecho pedazos, la madre de Enzo la vio salir de la casa, quería ir tras ella para consolarla, pero al girar la mirada se cruzó con la mirada triste de su hijo.
—¿Qué fue lo que hiciste hijo?
—Deje de sentir cosas por ella mamá.
—Te veo y te desconozco.
—Mamá, ¿con que derecho dejaste que mi esposa se valla de mi casa?
—Hijo, ¡basta!... Ya termino todo, deja que la vida se encargue de esa hija de puta.
—Mamá, no puedo.
—No te das cuenta que esa mujer te está destruyendo. Ya perdí a tu hermano, no puedo perderte a ti también.
—Mamá, la extraño.
Su madre no podía creer lo que estaba escuchando, le dio una cachetada en su rostro confundido.
—¿Pedirdiste la razón?, ¿no que tenías el control?—le gritó su madre muy enojada.
—Perdón mamá.
—Por esa misma razón dejé que se valla. Porque no voy a permitir que nos siga destruyendo. Serena es una buena mujer hijo, ¿por qué no retoman su vida?
—Mi tranquilidad no es la misma desde que Darío no está más con nosotros mamá, porque Aurora rompió la felicidad que teníamos, pero me acostumbre a estar a su lado, no me hacía feliz hacerle todo lo que le hice, pero también acepto que estoy completamente loco sentir cosas por ella, porque no se me olvida quien es.
—Mi amor, fui mi culpa arrastrarte a este desastre. Volver a empezar nuestra vida sin tu hermano nos costará, pero Enzo, es hora de seguir con nuestras vidas, mantente alejado de esa mujer.
—No mamá, me estás pidiendo algo que no quiero hacer, hoy fui a la facultad donde trabajaba mi hermano, descubrí algo.
—¿Qué descubriste?
—A Darío le gustaba molestar e intimidar a las más jóvenes de la facultad, a las que recién ingresaban. Hay dos chicas desaparecidas.
—¿Qué mierda estás diciendo?
—Aún no tengo pruebas mamá, Aurora creo que fue una víctima más.
—Víctima o no es una asesina. Pero no creo todo lo que estás diciendo.
—Mamá, también estoy confundido.
—Enzo, prométeme que no vas a buscar a esa mujer.
—Mamá, es mi esposa.
—Ese matrimonio fue una farsa.
—Mamá, no puedo prometerte nada.
En esta historia yo era la mala, nadie me preguntó si yo quería ser la protagonista, simplemente el destino y la vida misma había escogido por mi. La madre de Enzo me odiaba por llegar sin permiso a sus vidas para corromper con su tranquilidad. Enzo siempre tuvo un corazón noble, pero ahora conocía su frialdad.
Llego a casa con el alma deshecha por el día espantoso que había tenido. Intento buscar calma en los buenos recuerdos que tenía, un desierto convertido en paraíso era lo que su vida necesitaba.
—¿Estás bien Enzo?— le preguntó María al verlo solo en la sala.
—No sé quién soy, ni lo que quiero hacer— respondió.
—No dejes que tu corazón se cubra de maldad y venganza, eso jamás te dejará avanzar.
—¿Dónde crees que se fue mi esposa?
—No lo sé, pero deja en paz a esa joven. Lo que has hecho con ella es horrible, ya sufrió mucho con tu maltrato, déjala.
—María, no puedo estar lejos de ella.
—¿La quieres?
—No estoy seguro.
—Con todo lo que le hiciste, ¿crees que ella sienta algo por vos?
—Me debe odiar.
—Es lo más lógico. Pero si no estás seguro de lo que sientes por ella, deja que el tiempo ponga las cosas en su lugar, date tiempo y déjala a ella que sane.