Esa Mujer.

Paso tres días maravillosos junto a mi morena hermosa y atendiendo mi negocio, es algo que no puedo descuidar aunque quiera pasar todo el tiempo junto a esta hermosa dama.

Al volver a casa solo Catriel me da la bienvenida. Solo él espera mi regreso.

Cecilia como le es costumbre no se encuentra.

A veces creo que me a colocado un GPS para saber cuándo estoy por llegar y así poder evadirme con éxito.

Creo que ya sospecha de mi, pues ya no intento acercarme a ella como en el pasado.

Ya no le suplico por un poco de cariño, ese mismo que siempre me negó pero no parece molestarle, al contrario creo que se le ve más aliviada porque no tiene que soportar mis berrinches.

Me encantaría tomar mis cosas, a mi hijo y largarme de este lugar de una buena vez por todas.

Pero mis suegros todavía están en mala salud.

En esto se convirtió mi vida.

Atado a una mujer que me desprecia y extrañando como loco a otra.

Un día llegando del trabajo escucho un escándalo proveniente del interior.

Abro la puerta alterado y veo como Cecilia está golpeando a catriel con una varilla en sus piernas.

El niño llora desesperado, pero sin hacer un solo sonido, la tomo por las manos y cargo a mi hijo en brazos.

__ ¿Qué crees que estás haciendo?

__ Acaso no lo ves, educo a este mocoso ignorante.

__ Cómo te atreves a tratarlo así. Es solo un niño de 3 años.

__ Sabes lo que hizo este maldito mocoso daño una de mis pinturas. La que pronto subastaría. Este castigo no significa nada en comparación del valor de esa obra de arte.

__ Esto es todo lo que voy a soportar de ti Cecilia has cruzado el último Límite.

Subo apresurado a mi habitación Y preparo el equipaje. Tomo las cosas de mi hijo y salimos de ese horrible lugar.

Llego al aeropuerto y llamo apresurado a Nayeli ella atiende al tercer timbrazo.

__ Sucede algo Darío. Me sorprende que me llames a esta hora.

__ Nayi voy rumbo a Mendoza junto a mi niño. pasó algo y ya no soporto estar aquí.

__ Muy bien cariño. Respira. ¿Quieres venir a casa?

__ No creo que sea conveniente. Perdón.

__ Lo entiendo. No te preocupes, ahora mismo te consigo hotel y mañana con más calma los voy a ver. ¿Te parece bien?

__ Suena genial. ¡Gracias Nayi!

Sus palabras me tranquilizan de inmediato y noto como Catriel me observa expectante.

__ ¿Quien es Nayi papi?

__ Es una muy buena amiga de papá.

¿Recuerdas ese delicioso pastel de chocolate que te llevé aquella vez? Fue un obsequio de ella, quería felicitarte por tus buenas notas en la guardería.

Lleno de ilusión Catriel pone una cara de felicidad.

__ ¿De verdad? ¿También fue ella quien me regalo los superhéroes en pijamas?

__ ¡Sí! También fue ella y está muy emocionada de por fin conocerte.

__ ¡Yo también quiero conocerla!

Mi Pobre niño estaba tan falto de amor maternal que se ponía eufórico con el gesto amigable de alguien a quien ni siquiera conocía.

Me sentía tan fracasado. Había fallado miserablemente en darle un buen hogar a este pequeño.

Llegamos al hotel exhausto, solo acurruco a Catriel junto a mí y nos quedamos profundamente dormidos.