Lo que empezó como una noche de copas y diversión termina por unir los destinos de dos personas con vidas completamente opuestas.
Marcos Ashford es un hombre frió, arrogante y calculador, acostumbrado a tener todo a sus pies.
Miranda Gonzales es una chica amable y extrovertida que no tiene miedo a divertirse.
¿Podrán ambos sobrellevar las adversidades y abrirse paso al amor?
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Peligro
Pov Marcos
Ya es un hábito para Pamela entrar en mi oficina en el momento menos adecuado. ¿Qué habría pasado si ella no entraba? Se que estoy logrando bajar poco a poco las defensas que Miranda a puesto entre nosotras.
—¿Esposa? ¿Desde cuándo? Porque que yo sepa, no se ha publicado nada en los medios.
—No tengo porque darte explicaciones sobre mi vida privada, pero si te hace sentir más tranquila, Miranda y yo decidimos tener una boda privada para evitar especulaciones— Es mejor darle una respuesta clara, con lo intensa que suele ser no se quedaría tranquila sin saber nada.
—Entonces, ¿Esta es la vida que haz elegido? ¿Es lo que quieres para tu vida? Vivir escondiendote tan solo por proteger a esta mujercita.
—Ella es la mujer que amo— Lo es, desde él primer momento que la vi entrar a mi oficina, nerviosa pero a la vez confiada de poder llevarse el mundo por delante, con una sonrisa espléndida que nubló mi juicio en ese instante. —Y por favor, como el hombre casado que soy, te pido que evites venir a mi oficina. No quiero tener malos entendidos con mi esposa.
—No, Marcos. No creas que me voy a quedar de brazos cruzados viendo como esta mujer te maneja a su antojo. Ella está usandote, abre los ojos— No quiero que Miranda siga teniendo que escuchar todas las estupideces que Pamela está diciendo.
—Ya deja de humillarte, Pamela. Vete, no quiero volver a verte cerca de mi esposa o de mi hijo.
—¿Hijo? ¿Estás embarazada?— No debí abrir la boca, pero el embarazo de Miranda no es algo que podamos ocultar por mucho tiempo. Tarde o temprano se iba a enterar. —No, tu no puedes estar embarazada de Marcos. Yo soy la única que le puede dar un hijo— Tendría que haber previsto esto, debí haberme movido más rápido o simplemente debí haberla hechado de mi oficina en el momento en que entró. De esa forma no hubiese pasado nada de esto.
Pamela se abalanzó hacia Miranda, logré tomarla del brazo pero eso no impidió que logrará empujar a Miranda provocando que tropezara con una pequeña mesa entre los sofás y cayera al piso.
—¿Te volviste loca? ¿Cómo te atreves a hacer algo así?
—Tu me obligaste a esto, Marcos.
—Marcos...— Miré a Miranda que se encontraba en el piso con un mueca de dolor en su rostro. —Algo anda mal— Me alejé de Pamela, me acerqué a Miranda y la levanté entre mis brazos.
—No te preocupes, todo va a estar bien— Estaba a punto de salir de la oficina pero antes debía dejarle algo muy en claro a Pamela. —Si algo le llega a pasar a ella o a mi hijo, yo mismo acabaré contigo.
Noté el miedo en su rostro y me alegro que este asustada, no la perdonaré, si algo le llega a pasar a Miranda, ni siquiera me perdonaré yo mismo. Ella está así por mi, porque no pude protegerla, yo provoque que Pamela reaccionará así.
No quiero perderla, no ahora que tengo la oportunidad de acercarme a ella después de tanto tiempo.