Sofía Alcántara, una chica llena de traumas por su infancia difícil trata de lidiar con su vida diaria, sin embargo, por parte del trabajo tiene que viajar a un nuevo país, lugar donde conoce a un chico en un bar y terminan pasando la noche juntos, sin saber que se lo encontraría al día siguiente... ¡en su trabajo!
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Sin secretos a la abuela
Domingo, 29 de Mayo
POV's Sofía
Me desperté por el incesante sonido del timbre de la puerta, revisé la hora y ya eran las 11 am, abrí los ojos como platos y salté de la cama para ir corriendo a la puerta. Revisé por el espejito de esta y noté a varias mujeres del otro lado. Me amarré el cabello en una coleta y me pasé las manos en la cara para quitar cualquier cosa que estuviera allí.
Finalmente, abrí la puerta y saludé.
-Buenos días, ¿es usted la señorita Alcántara? - preguntó una de las mujeres
-Eh, sí, así es, ¿qué ocurre? - pregunté dudosa
-Le envían esto-dijo alzando las bolsas que tenía en sus manos
-¿Quién envía esto? - pregunté con el ceño fruncido
-Solo nos dijeron que se lo entregáramos-extendió las manos con las bolsas, así que decidí tomarlas, luego se hizo a un lado y el resto de chicas también me entregó las bolsas. Pensé que era todo, pero luego pasaron un par de botones con más cajas y bolsas, dejaron todo en la entrada y luego se marcharon.
-Es todo, por nuestra parte, que tenga buen día-dijo la misma mujer con una sonrisa
-Eh, sí, claro, igualmente-dije sin saber que más agregar
Luego todas se fueron y yo me quedé inmóvil en mi lugar tratando de entender que acababa de pasar. Hasta que escuché el sonido de mi celular proveniente de la habitación, cerré la puerta y corrí a buscarlo.
-Hola, Sofía, ¿ya recibiste las cosas?
-¿Tú enviaste todas esas cajas y bolsas?
-Sí, ¿es demasiado?
-Cedric, por dios, me hubieras avisado antes, me espanté al ver como metían tantas cosas al departamento, además, aún no reviso que es, de todos modos muchas gracias, no tenías que hacerlo-dije con una sonrisa
-No es nada, además de todos modos son cosas que necesitas, ve a revisar y me avisas cuando termines, espero que te guste lo que elegí-escuché que sonrió
-Está bien, gracias Cedric-sonreí también
-Por cierto, ya hablé con tu abuela, si quieres te cuento cuando llegue
-De acuerdo, espera, ¿ahorita?
-Sí, ¿por qué? Aún no desayunas, ¿cierto?
-Eh, pues no, pero te dejo entonces, voy a bañarme-y colgué
Aventé el celular a la cama y corrí al baño, me duché en cinco minutos y salí para vestirme con algo casual, pero lo suficiente para verme decente, me apliqué lo mínimo de maquillaje y me cepillé el cabello para desenredarlo y lo dejé suelto en lo que se secaba.
Cuando terminé, fui a recoger las cosas que habían llevado y las acomodé en la sala. Una vez que todo estaba ahí, comencé a abrir todo. Maldita sea. Era un montón de ropa, zapatos y accesorios, Cedric estaba loco.
Estaba en medio de una crisis cuando escuché el timbre, a lo que fui a ver y era justamente a quien quería asesinar.
-Bue...
-¿A caso te volviste loco?
-Eh, ¿qué sucede? - me dijo frunciendo el ceño
-Cedric, son demasiadas cosas, no las puedo aceptar
Cedric soltó un suspiro y luego sonrió, dio un paso adelante y me abrazó.
-Te dije que no es nada
-Eso no es lo que importa, sino que son muchas cosas, no puedes gastar tanto en cosas de este tipo, además no está bien-dije aun pegada a él y agarré su camisa
-Oye, solo es un detalle, como dije antes, son cosas que te harán falta aquí y vas a gastar tu sueldo en eso, mejor lo compré yo-se separó de mí y me miró a los ojos-¿a caso no te gustó lo que elegí? Podemos devolverlo y eliges lo que quieras
-No, no, me encantó todo, pero no estoy acostumbrada a estas cosas, siento que... No lo merezco-dije bajando la cabeza
-Ey, no digas esas cosas-me tomó del mentón e hizo que lo mirara-mereces eso y más, no digas esas cosas nunca más por favor, sé que apenas y nos conocemos, pero para mí eres muy valiosa y quiero seguir conociéndote, cada aspecto de tu vida, tus gustos, tus defectos y tus virtudes, si me lo permites, por supuesto
Se me salieron unas lágrimas que desde hacía rato estaban apuradas a salir y lueho jalé a Cedric hacia mí para besarlo. Nos unimos en un beso que cada vez iba tomando más profundidad. Cedric caminó conmigo hacia dentro y cerró la puerta, me apoyó contra la pared del corredor y luego me cargó para enrollar mis piernas en su cintura.
Comencé a quitarle la camisa y él hizo lo mismo con la mía, comenzó a dejar besos por mi cuello y me desabrochó el brasier, comenzó a masajear mis pechos y luego los chupó uno por uno. Comenzó a caminar hacia la sala y me dejó en el suelo, me llevó hasta la parte trasera del sillón y me empinó, bajó mis shorts y mi ropa interior y luego me dio dos nalgadas para después besarlas. Escuché como sacó un preservativo y luego se quitó los pantalones, me acarició las caderas y luego me embistió fuertemente.
Así estuvimos varios minutos hasta que ambos llegamos al orgasmo.
Cuando terminamos, nos fuimos a dar una ducha y luego salimos a comer finalmente, me estaba muriendo de hambre.
Estuvimos platicando de varias cosas acerca de nosotros para conocernos un poco, sin embargo, omití varias cosas de mi infancia, no quería que algo tan doloroso apagara el ambiente tan bonito que teníamos, así que solo conté algunos momentos con mi mamá y luego que terminé viviendo con mi abuelita tras su muerte. Él por su parte, me contó acerca de su familia y como se había alejado de sus padres por la forma tan anticuada de pensar, y, aunque su abuelo era similar, lo amaba inmensamente, ya que él tuvo un papel importante en su vida, y a pesar de que las cosas fueron bastante superficiales, fue un gran paso entre nosotros. Al finalizar de comer, fuimos a un parque cercano y nos sentamos debajo de un kiosco para seguir platicando. Me contó que esa mañana había llamado a mi abuela y le pareció encantadora, al parecer cuando le dijo que era de mi parte, se puso muy contenta, también me dijo que habían llegado a un acuerdo y que en tres semanas estaría recibiendo un gran cargamento de la cosecha de mi abuela y así podría completar con su cosecha propia. Me dio alegría ver como se le iluminaban los ojos de la felicidad y pude notar como se le caía un peso de encima. Además, me dijo que en la próxima visita a sus hectáreas quería que lo acompañara, a lo que acepté con gusto.
Luego de cansarnos de estar sentados, decidimos dar un paseo por los alrededores, lo cual hizo que quedara encantada con las cosas que vi, ya que fue una especie de mini tour que me dio. Me enseñó varios edificios y me explicó un poco de historia, recorrimos un lago artificial y el puente que había sobre este, y para mi sorpresa, hizo que entráramos a un acuario.
Parecía una niña dentro del lugar, era completamente hermoso, podía ver diferentes especies de animales marinos, peces de diversos colores, delfines, ballenas, focas e, inclusive, pingüinos. Una de las atracciones de ahí, era que unos especialistas se disfrazaban como sirenas y tritones y nadaban con los delfines dentro de los estanques, se veían magníficos.
Se nos fue la tarde, y, cuando nos dimos cuenta, ya casi se ponía el sol, así que regresamos a donde estaba el auto y manejó a una de las playas que estaba hacia el oeste y llegamos justo para ver como se ocultaba el sol y pintaba el cielo de naranja y rosa, un paisaje simplemente hermoso.
Cuando quedó oscuro, nos metimos de nuevo al auto y quedamos en ir de nuevo a mi departamento para bañarnos y pedir comida a domicilio, ya que nos sentíamos exhaustos.
En lo que llegaba la comida, nos pusimos a ver una película de comedia, que casi ni prestamos atención por estar platicando. Casi media hora después, por fin llegó el repartidor, y, ni bien pusimos las cosas sobre la mesa, devoramos todo.
Eran ya las 9 pm, cuando Cedric se fue y me quedé sola.
En casa deberían ser como las 6 pm, así que le hice una videollamada a mi nona, y después de un par de segundos, contestó.
-Hola, mi niña, pero que gusto me da verte-dijo mi abue con una enorme sonrisa
-Hola nona, a mí también me da mucho gusto verte-dije con la misma sonrisa
-¿Y a qué se debe tu llamada, cielo?
-Solo quería saludarte, nona, y saber como has estado
-Ay, cariño, muy bien, algo ocupada, pero bien-sonrió con picardía-por cierto, gracias por el nuevo cliente
-De nada, abue-me sonrojé
-¿Ese es el joven del que me hablaste la vez pasada?
-Así es, abue
-Me dijo que es para una empresa de alimentos, ¿trabaja contigo?
-Eh, pues sí, trabajaremos juntos a partir de mañana-dije algo dudosa
-Es cierto, mañana por fin comienzas en tu nuevo trabajo, por cierto, que bonita está tu habitación
-Es cierto, olvidé mostrarte el departamento
Me paré y comencé a mostrarle todo, sin embargo, olvidé guardar las cosas que me dio Cedric y no lo pasó por alto.
-¿Y todas esas cosas, cielo? ¿Ya fuiste de compras?
Me quedé muda, no sabía si decirle la verdad, no he hecho nada malo, pero no quiero que piense mal, al fin de cuentas es la persona que siempre me ha apoyado, pero nunca hemos tenido secretos.
-Abue, tengo que decirte una cosa, pero quiero que me prometas que lo tomarás con calma, ¿si?-dije preocupada
-Cariño, no me espantes, ¿qué sucede?
Solté un suspiro y comencé a contarle todo desde el principio, como conocí a Cedric, cuando nos topamos en la empresa y como hemos estado conociéndonos cada vez más, le conté sobre el departamento y las cosas que me compró y como rechazó el hecho de devolverle todo. Cuando terminé de hablar, ella se quedó en silencio un rato, iba a hablar nuevamente, pero esta vez fue ella la que rompió el silencio.
-Él te gusta, ¿no es así? - preguntó con una pequeña sonrisa
-Creo que sí, abue-y solté unas lágrimas
-Cariño, no estás haciendo nada malo, no es un crimen que alguien te guste, además, ustedes no sabían que trabajarían juntos-hizo una pausa y soltó un suspiro-mira, no soy quien para juzgarte, pero si te daré un consejo, permítete ser feliz, has pasado mucho tiempo con la tristeza en el corazón y eso no es bueno, deja ir lo malo y sigue avanzando, y si las cosas con este muchacho salen bien, entonces aférrate a eso, sin olvidarte en el camino. Mereces ser feliz, Sofía-me miró con nostalgia.
Para este punto, ya estaba con los mocos tendidos, no podía ni hablar del llanto que había iniciado en medio de lo que me dijo, simplemente estaba feliz, porque confié en ella, y en vez de rechazarme, me dio confianza.
-Gracias, abue-dije entre lágrimas-pensé que te enojarías, por eso no te había contado, pero nunca te he ocultado nada, por eso termine confesando todo
-Ay, mi amor, te agradezco la confianza, además ¿cómo crees que me voy a enojar? Si en estos años, es la primera vez que te veo con esa ilusión, ni siquiera con Esteban te vi así
-Pero Esteban era un idiota
-Eso sí-se rió
Seguimos hablando un rato más, hasta que comencé a sentir sueño, nos despedimos y colgué para acomodarme en la cama y por fin dormir, dando paso a los ojos verdes que hacía rato no me visitaban.
