Todos dicen que ella es la villana, que su pobre hermana, la heroína, es una victima de sus maldades y envidias, así que ella les demostrará lo que en verdad es ser villana y les arrebatará todo, a los que se atrevieron a menospreciarla. Layla Amary, los hará desear haberla tratado mejor...
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capítulo 02...
Dos años después...
Desde aquella vez que asusto a Felicia, ella se mantiene al margen, pero no falta que cuando se crucen en la mansión y si a Felicia le pasa algo, estando ella cerca, sus padres la hacen ver como si fuera su culpa por no, "cuidar de su hermana", Layla solo los ignora, pero en el fondo, ella solo esta esperando el momento para acabar con todos.
Ese día, Layla y Celestine, su abuela, visitaban el palacio imperial, ya que la ex duquesa fue invitada por la emperatriz a beber el té, cuando la duquesa supo esto y que Layla iría exigió que llevarán a Felicia, pero la ex duquesa le hizo saber que era una niña y no sabe comportarse, que si hace algo que ofenda a la emperatriz, su familia estaría en problemas, aún así la duquesa insistía, por lo que Celestine le puso una prueba a Felicia, se sentó con ella a la hora del té y le hablo de cosas comunes entre las señoritas, a lo que Felicia no supo ni que responder, aunque tiene 12 años, todo lo que la ex duquesa le pregunto, son cosas que las niñas ya saben a esa edad, como Felicia no sabía, se levanto de la mesa molesta, quejándose porque era todo aburrido, esto, solo hizo que Celestine le demostrará a la duquesa, que Felicia no estaba lista para acudir a una reunión importante.
Así que solo Layla pudo ir con ella, mientras que en la mansión Amary, Felicia se quedo haciendo berrinche porque no la llevaron a conocer a la emperatriz. Layla y Celestine llegaron al jardín de la emperatriz, donde la mujer ya mayor, los esperaba, Layla y su abuela hacen una reverencia, a lo que la emperatriz elogia a Layla por su saludo perfecto.
— no cabe duda que hemos elegido muy bien a la prometida del príncipe heredero.— menciona la emperatriz.
— me siento honrada de escuchar tan maravillosas palabras de usted, majestad.— inclina la cabeza, esto le permite ocultar su expresión en la cual frunce los labios con molestia.
— solo digo la verdad, es una pena que el príncipe heredero no este, me hubiera gustado que se conocieran.—
— en verdad es una pena, pero el príncipe heredero debe de tener sus ocupaciones y son de vital importancia para el imperio.— responde con una sonrisa, aunque por dentro solo puede sentir desprecio.
La ex duquesa y la emperatriz comienzan a hablar, mientras que Layla solo se limita a escuchar y responder cuando la emperatriz le pregunta algo, causando gran impresión en ella debido a sus conocimientos a tan corta edad. Después de la hora del té, la emperatriz las invito a caminar por el palacio, mientras le cuenta a Layla sobre la historia de la familia imperial, pero cuando habla del emperador actual, menciona que este se gano su lugar, no solo porque era el hermano mayor, si no, que también por ser el más audaz e inteligente, pese a haber sido el hijo de una concubina, mientras que el hijo de la emperatriz, al ser menor, no pudo ganarse ese puesto ya que era solo un salvaje adicto a las guerras. Layla solo piensa lo absurdo que era eso, en especial porque ella sabe como sucedió realmente y el porque el hijo de la ex emperatriz no pudo subir el trono.
— yo creo que el segundo príncipe es un hombre inteligente y valiente, porque se ha enfrentado a la guerra para poder traer al imperio, siendo joven, es digno de admiración.— menciona Layla mientras muestra una sonrisa amable.
La emperatriz y la ex duquesa se quedan pasmadas ante las palabras de Layla, por supuesto, quien no parece feliz ante esas palabras de admiración es la emperatriz.
— p-por supuesto, pero eso no fue suficiente para ganarse el puesto.— menciona algo irritada.
Layla solo sonríe y cambia de conversación hablando sobre lo lindas que se ven las flores del jardín de la emperatriz, a lo que ella responde que esas fueron plantadas por la ex emperatriz y aún las mantienen vivas en honor a ella, en especial las rosas rojas, así que Layla camina hacia ellas notando que en un banco cerca de aquel camino, estaba un apuesto joven pelirojo, que al mirar a Layla, ella puede notar el bello color de sus ojos, así que ya supone de quien se trata. Layla hace una reverencia ante él y en ese momento es alcanzada por la emperatriz y Celestine, el pelirojo al ver a la emperatriz hace una leve reverencia.
— ¡oh! Duque Mondragon, no sabía que estaba en el palacio y que había venido a mi jardín.— menciona con cierta hostilidad.
— solo pase a ver las rosas de mi madre, agradezco a la emperatriz que aún las conserve.— responde de manera calmada.
Layla puede notar la tensión, debe de ser porque la emperatriz le tiene rencor a ese joven y él a ella.
— por cierto le presento a la ex duquesa Celestine Amary y la señorita Layla Amary, la prometida del príncipe heredero.—
Layla hace una reverencia y saluda con cortesía.
— madam, señorita, este es mi cuñado, el Duque Hades Mondragon, el hijo de la difunta ex emperatriz.—
— ¡oh! Que honor estar ante la presencia del comandante que guió a las tropas a la victoria, leí sobre usted y soy su admiradora.— menciona Layla con emoción.
Pero al darse cuenta que se emocionó de más, se inclina pidiendo disculpas por el vergonzoso momento, a lo que Hades solo ríe.
— no se preocupe, me siento honrado de ser admirado por tan bella jovencita.— responde de manera amable.
Layla lo observa bien, si la diferencia de edad entre ellos es de 10 años, significa que en ese momento debe de tener 24, y fue hace dos años en los que él perdió a su esposa y se difundió un rumor malicioso, perdiendo su puesto de heredero el cual fue tomado por el actual emperador.
— si nos disculpa Duque, las damas y yo, seguiremos nuestro recorrido.— se apresura a terminar la reunión.
Layla sabe porque la emperatriz se pone así, ya que esa mujer no quiere que Layla se acerque a él, pues aunque ella tenga solo 14 años, no significa que el duque Mondragon no pueda interesarse en ella, por lo que no le conviene, si pierde el apoyo de los Amary, el emperador pierde una gran parte de su apoyo. Pero Layla solo piensa que es absurdo, el duque Mondragon no esta loco como para interesarse en una jovencita de 14 años, pero nadie dice que ella, no puede interesarse en el duque, y es que ese hombre, entra en sus planes, él, es lo que necesita para tener influencias.
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Después de esa visita, Layla era invitada en otras ocasiones por la emperatriz, por lo que Felicia insistía en ir, incluso la duquesa hablo con su esposo, para que este obligará a Layla a llevar a Felicia, cosa que Celestine no permitía, resaltando que Felicia no tiene la educación que se necesita, pero le dijo a la duquesa que si tanto quiere que la emperatriz conozca a Felicia, le hará una cita para que la duquesa la lleve, pero le advierte a su hijo, que si Felicia ofende a la emperatriz, las consecuencias caerán sobre él y la duquesa.
Y así, se arregló una reunión, la emperatriz accedió a recibir a la duquesa y a Felicia, pero Celestine le advirtió a la emperatriz que la duquesa tenia muy mimada a Felicia y que si llegase a pasar algo, que se quedaré de darle una lección a la duquesa, y justamente como Celestine predijo, el día de la cita, Felicia no hizo la reverencia correcta, ni saludo como debe de ser, incluso hablaba aún cuando no debería y al final tiro el té sobre el vestido de la emperatriz, culpando a la emperatriz por hacer que le sirvan el té muy caliente. La emperatriz furiosa le dijo que Felicia no tiene el derecho a entrar al palacio hasta que cumpla su mayoría de edad e hizo que la duquesa fuera castigada por la falta de educación hacía su hija, que no sabe nisiquiera las etiquetas básicas.
Esa tarde cuando regresaron, Felicia lloraba desconsolada, mientras que la duquesa tenía las manos dolidas, porque la emperatriz hizo que una doncella le pegara cinco veces la mano con una tabla de madera y también envió una queja al duque, por lo que el duque esa noche, les grito a la duquesa y a Felicia por hacerle pasar vergüenza, mientras que en esa misma carta halaga a Layla por ser una jovencita con gran educación y que Felicia debería someterse a una clase estricta de etiqueta. La duquesa lloraba por sus manos adoloridas.
— tuvo suerte, no fue ejecutada. Ya todo el círculo social sabe de la vergüenza que Felicia hizo pasar a la familia.— menciona Layla con burla.
La duquesa solo se puso a gritarle, culpandola por no ayudar a su hermana, pero Layla solo la deja hablando sola.
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Después de aquel incidente, dos días después el príncipe heredero se presentó en la mansión, pidiendo al duque le permitiera ver a Layla. El príncipe heredero, llamado Denis Mondragon, era un chico de la misma edad que Layla, con el cabello rubio y ojos verdes, era guapo, pero para Layla, el duque Mondragon era mucho más atractivo. Layla se presenta amablemente y hace que les sirvan té, incluso pide le traigan algunas galletas de avena sin azúcar, ya que la emperatriz le dijo que el príncipe no gasta de comer cosas tan dulces.
— veo que mi madre le informo de mis gustos.— menciona al ver las galletas.
— me tome el atrevimiento de preguntarle cuando supe que venía, quería que no se sintiera incomodo al no poder comer los postres dulces.— responde Layla.
— se lo agradezco, aunque no era necesario tomarse tantas molestias, después de todo, esta visita es obligada.— agrega un una expresión de molestia.
Layla cubre sus labios con el abanico en su mano, para ocultar que ha fruncido los labios; como si a ella le gustará ese compromiso, si por ella fuera lo habría envenenado y se acababa todo, pero, ¿donde estaría la diversión?
— estoy consciente de ello, alteza, pero, no podemos elegir con quien casarnos, ojalá yo tuviera esa suerte.— responde con una expresión de tristeza.
Contrario a lo que el príncipe creyó, ella esta mostrando tampoco estar feliz con ese compromiso, lo que le hace preguntarse el porqué, cualquier chica estaría feliz.
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