Cruel Venganza

Y era verdad, Igor se estaba convirtiendo en un chico muy rebelde, no quería ir a la escuela y no quería comer todo lo que su madre le preparaba. Él prefería pasarse el día en la calle sin hacer nada. Julia ya no podía controlarlo.

La directora le había advertido que si no se presentaba en la escuela al día siguiente lo expulsarían porque ya llevaba varias faltas.

Además, le dijo que su hijo peleaba con todos los compañeros, que no se estaba quieto y que era un chico muy desobediente.

Era notorio que había bajado las calificaciones.

Nadie sabía lo que estaba pasando por la cabeza de Igor en esos momentos. Él extrañaba mucho a su padre, no podía comprender que estuviera muerto.

Julia no sabía cómo hacer para que el chico volviera a hacer lo que era antes, un chico muy alegre.

Y ella estaba harta de vivir esa situación.

"Estoy harta de esta situación", ¿por qué no encuentro un hombre millonario que me mantenga?".

"Bueno, soñar no cuesta nada".

Julia ansiaba largarse de ahí, no soportaba a su suegra ni a su cuñado, mucho menos a su hijo.

"Y ahora trae a esa buscona de Sharon, ni que estuviera tan chula. Maldita vieja arrastrada, se cree mucho, ojalá y la atropelle un coche y la deje desangrada en medio de la calle".

Con esos pensamientos se fue al mercado, quería ser libre por unas horas.

Suegra, ahí le encargo a Igor, voy al mercado.

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Julia no era fea, solo que estaba muy descuidada, "con una manita de gato" que se diera quedaría muy hermosa, pero a ella no le gustaba arreglarse, "¿para qué?, si nadie la veía".

Empezó a vagar por ahí, sin rumbo fijo, solo con la idea de tomar aire fresco.

¿A dónde vas preciosura?, estoy seguro que con unas ropas más finas y un poco de maquillaje quedarás estupendamente bella, le dijo un hombre que pasaba por ahí.

¡Pero cómo se atreve a faltarme el respeto de esa manera! Yo a usted no lo conozco.

Tranquila, mi reina, me llamo Teodoro Salazar. Si tú quieres te puedo hacer rica.

Al escuchar eso, Julia se sorprendió. ¿Y por qué habría de confiar en usted?

Mira, mi amor, yo no soy de esos hombres que andan buscando chicas para prostituirlas ni mucho menos, ni trata de blancas. Solo ando buscando una esposa y tú me pareces la mujer ideal.

¿Yo?, ¿ah, sí, y por qué?

Eres muy hermosa Solo que un poco descuidada. Pero como te digo con unas ropas finas y un poco de maquillaje quedarás como una reina.

Entonces qué, ¿aceptas casarte conmigo?

A Julia se le hacía muy raro que de buenas a primeras un hombre le propusiera matrimonio sin siquiera conocerse entre ambos.

Solo que con unas condiciones prosiguió el hombre.

Julia solo se le quedó observando como preguntando.

No acepto niños, ni escenas de celos, harás todas las cosas que te toque hacer sin rechistar, y no preguntarás absolutamente nada de nada.

Y recuerda, calladita te ves más bonita.

Tómate toda esta semana para pensar, yo esperaré tu respuesta pacientemente.

¿Y dónde lo puedo contactar?

No te preocupes mi amor, yo te buscaré.

Y así como llegó se volvió a ir. Julia quedó impactada por los acontecimientos no sabía ni qué pensar.

"Total, ¿qué puedo perder?, mi hijo se ha vuelto un rebelde y mi suegra insoportable. Ethan se consiguió una novia y yo estoy de sobra en esa casa. Además, Igor estará feliz de que yo me vaya y podrá vivir tranquilamente con su abuela. Ya si ella lo quiere echar a perder, pues ese será su problema". "No puedo desaprovechar esta oportunidad, no creo que se me vuelva a dar en la vida".

Julia se pasó toda la semana pensando en todo lo que le dijo el hombre, y pues ya había tomado una decisión.

Estuvo paseando por los lugares donde se encontró al tipo a ver si lo volvía ver. Había tomado una decisión y pensaba decírselo en cuanto lo viera.

Pero no fue una semana, ni dos, tres semanas después de que lo encontrara lo volvió a ver.

Sabía perfectamente lo que estaría perdiendo y, sin embargo, ya estaba decidida. No podía perder más de lo que no tenía. Una familia muy ruidosa que ya la tenía hasta la coronilla.

Claro, ella no movería un dedo para hablarle al tipo, él se tenía que acercar a ella porque él fue el que la contactó, no quería verse muy pronta.

Ella siguió paseando, viendo aparadores y todo tipo de cosas que le gustan a una mujer.

El tipo que dijo llamarse Teodoro Salazar, se le acercó tomándola por un brazo.

Hola, mi amor. ¿Cómo estás?

Ella se hizo la asustada. ¡Ay! ¡Me asustas! Estoy bien, gracias.

Muy bien, veo que ya me tuteas, ¿ya me agarraste confianza?

No, pero aún así, te tengo una respuesta.

Muy bien, ya me tienes mi respuesta. Ok, pero, ¿te parece si vamos a comer algo antes de que me contestes?

Bueno.

Teodoro la llevó a un restaurante de lujo. La comida que servían allí era exquisita. Era la primera vez que Julia disfrutaba de un banquete de esa magnitud.

Comió con tanta ansiedad que Teodoro sonrió divertido.

Vaya, tal parece que no has comido bien en años.

Lo siento pero con una familia como la mía que no te dejan comer a gusto, es lógico que tenga mucha hambre.

¿Cuánta familia tienes?, si se puede saber.

Mi suegra, mi hijo, mi cuñado, una amiga y la novia de mi cuñado.

Vaya, ¿y todos viven ahí en la misma casa?

Solo la novia de mi cuñado no, pero todos los demás sí.

Con razón, ahora te entiendo.

Bueno sigamos comiendo, ahorita que terminemos de comer seguimos hablando.

Rato después, cuando les sirvieron el postre.

Bueno, mi amor. Ya terminaste de comer, ahora sí, dame tu respuesta, por favor.

Julia tomó una bocanada de aire antes de contestar, sabía muy bien lo que iba a hacer y ya no habría marcha atrás.

Está bien, ya no tengo nada que perder, mi familia no es lo que yo esperaba, creo que hasta salgo sobrando ahí.

Por eso mi respuesta es...