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Por Siempre Mío.

Por Siempre Mío.

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Malentendidos / Dejar escapar al amor / Amor-odio / Triángulo amoroso / Tú no me amas
Popularitas:87.8k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Wang Chao

Después de casi cinco años de una relación donde Adrien Gautier amaba de manera incondicional, decide liberar al aparentemente indiferente periodista de nota roja, Carlo Mancini, convencido de que sus sentimientos no son correspondidos. Sin embargo, conforme Adrien avanza en su nueva vida, surge la pregunta intrigante: ¿Carlo experimenta celos hacia su mejor amigo?

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📌Tercer novela de la trilogía: Hermanos Mancini
📌 Relación gay
📌 M-preg

(No pregunten si habrá alguna pareja heterosexual, porque no hay)

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 20. Hazlo dentro.

—Joder, estoy muriendo. —siseó Adrien mientras dejaba la última hoja firmada del día a un lado y se recargaba sobre el respaldo de la silla.

"¿No es tan malo?" escuchó decir a su amigo del otro lado de la pantalla. Adrien rodó los ojos y lo miró.

—Eso piensas porque no estás aquí encerrado entre cuatro paredes durante más de una semana —se quejó—. Apenas tengo tiempo para comer, darme un baño y hacer mis necesidades.

Cedric sonrió. Por supuesto que sabía lo cansado que era, pero siempre le había parecido tierna la manera en la que Adrien se quejaba, y le encantaba verlo enfadado.

"Tienes a Carlo, él te ayuda", dijo. Aún se le revolvía el estómago al pronunciar aquel nombre, pero no podía guardarle rencor. No lo haría, a menos que traicionara y lastimara a Adrien nuevamente.

Adrien hizo un puchero y se dejó caer lentamente sobre el escritorio.

—Ni siquiera he tenido tiempo de verlo —murmuró con tristeza. Desde que el trabajo había sido asignado, apenas tenían tiempo de mandarse un mensaje. Ambos trabajaban desde temprano hasta tarde. Los dos apenas dormían, así que eran considerados con sus horarios y no se presionaban para verse.

"Ya tendrás tiempo después de esta semana."

—No lo creo. Tendremos el fin de semana libre, pero se avecina una agenda apretada para ambos. Odio el trabajo. —Adrien cerró los ojos y dejó escapar un suspiro de pesadez y frustración.

Él no necesitaba trabajar, ni mucho menos estar encerrado en una oficina como si fuese un esclavo. Sus padres tenían diversas empresas que le dejaban buenas ganancias y podía administrarlas desde casa, aunque se presentaba una vez al mes para reuniones importantes y balances administrativos. Podía hacer cualquier cosa desde casa y eso le gustaba mucho.

Había entrado al gobierno a petición de su abuelo y porque quería ocupar su mente en cosas que no le causaran más que quejas, no miedo y ataques de ansiedad.

Al principio pensó en ese empleo como un hobby, pero después de conocer a Carlo, todo cambió. Quiso quedarse para hacerse más cercano a él y conquistarlo, y ahora que lo había logrado, no pensaba dejarlo solo ni un segundo. Quién sabe cuántas chicas estaban dispuestas a ser las segundonas, pero no permitiría una infidelidad. Era algo despreciable que no podría perdonarle, al menos que Carlo se humillara por él.

"Dejalo. Tienes la posibilidad de mantenerte sin ser esclavo de un horario."

—Gracias por la sugerencia, pero no pienso renunciar —Adrien se incorporó y miró la pantalla de la computadora—. No voy a dejarle el camino libre a nadie para que coquetee con Carlo. Primero muerto antes de dejar que alguien se le insinúe.

Cedric rodó los ojos. Ojalá esa posesividad fuera para él.

"Está bien, está bien, lo que digas". Ambos se quedaron sumidos en un silencio para nada incómodo. Unos segundos más tarde, la respiración tranquila de Adrien era lo único que se escuchaba. "Está dormido", murmuró Cedric y decidió hacer una captura de pantalla.

Si alguien revisara su teléfono, se encontraría con una carpeta dedicada exclusivamente a Adrien Gautier, lo que se podría catalogar como "loco pervertido" o bien "loco enamorado", ambas cosas lo describían a la perfección.

Había pasado un tiempo desde que Adrien se quedó dormido. Cedric no se había movido del lugar. Apreciaba cada facción de la persona del otro lado de la pantalla. Amaba ver a Adrien tan tranquilo e indefenso. Sin embargo, nada es eterno y el sonido de la puerta siendo abierta le hizo fruncir el ceño. Pasaron unos segundos cuando vio a la persona que tanto odiaba aparecer en la pantalla.

“Carlo”, dijo con disgusto, haciendo que el mencionado pusiera sus ojos en él.

—Cuánto tiempo —habló de la misma manera—. Me llevaré a Adrien, así que cuelga.

Después de decir eso, Carlo se inclinó sobre la silla y agarró a Adrien entre sus brazos. Aunque estaba dormido, Adrien pareció reconocer el aroma de la colonia que usaba y se abrazó a él, apagando su rostro en su pecho.

Cedric, que aún estaba en la videollamada, miró hacia otro lado, completamente incómodo. Aunque sabía sobre su relación, aún le resultaba irritante verlos juntos. Más aún sabiendo todo lo que había ocurrido entre Carlos y Adrien.

Con pesar, cortó la videollamada.

Carlo salió de la oficina con Adrien en sus brazos. Lo sentía menos pesado que antes, seguramente había comido poco en todos esos días que estuvo ocupado trabajando.

—Umm, Carlo —le escuchó murmurar y una sonrisa satisfecha se formó en sus labios.

Al ver a Cedric, le vinieron malos recuerdos anteriores. Esa persona estaba interesada en Adrien y sabía que no se rendiría fácilmente.

“Me gusta Adrien desde hace mucho, lo he visto en sus peores y mejores momentos. Sé que le molesta y que le encanta. Lo conozco perfectamente, Carlo, así que no pienso dejarte el camino libre. No importa lo que tenga que hacer, lo haré”.

Esa advertencia aún no podía salir de su mente. No es que fuera inseguro, pero de hecho, Cedric tenía todo para gustarle a Adrien.

Los había visto interactuar lo suficiente como para darse cuenta de que estaba a poco de perderlo para siempre. Adrien siempre sonreía cuando estaba con Cedric. Parecía feliz. Sin embargo, a su lado durante años, había mantenido un rostro serio y doloroso. Eso era lo que él provocaba en Adrien.

Sus desplantes, su indiferencia, era lo único que había recibido Adrien de su parte. En cambio, Cedric le daba toda su atención, todo su tiempo, todo de él.

El miedo lo había invadido y, aunque el secuestro de Elio fue algo que nunca desearía volver a experimentar, de alguna manera, estaba un poco agradecido con ello. Así tuvo la excusa perfecta para volver a hablar con él y todo había resultado perfecto.

Después de colocar a Adrien en el auto, subió también y arrancó rumbo al departamento del mencionado.

...----------------...

—Adrien, hemos llegado —murmuró Carlo mientras desabrochaba el cinturón de seguridad de Adrien. Este último se removió en el asiento y poco a poco fue abriendo los ojos.

—¿Carlo? —Preguntó confundido, ¿cómo llegué aquí?

—Fui a tu oficina y te encontré dormido. No quise molestar, así que te cargué y te traje a tu departamento.

—Adrien sonrió y acarició la mejilla de Carlo.

—Gracias—Carlo asintió. Vamos, te invito una copa de vino.

Adrien bajó del auto sin esperar una respuesta, pero tampoco necesitaba palabras para saber que Carlo iría con él. Después de que ambos subieran al ascensor y llegaran al departamento de Adrien, agarró dos copas y una botella de vino tinto, y los dos ocuparon un lugar en la sala de estar.

Adrien sirvió las dos copas, entregó una a Carlo y, luego de tomar la suya, se recostó en el hombro de su novio mientras este último lo abrazaba por el hombro.

—Estoy muerto —murmuró Adrien—, y pensar que aún queda mucho por hacer.

—Pero al menos podemos descansar mañana.

—Sí, mañana podemos dormir todo el día —Adrien se incorporó y, sin pensarlo mucho, se sentó a horcajadas sobre Carlo, quien no dudó en poner una mano en su cintura. Brindemos por el trabajo terminado y por nosotros.

Los dos chocaron las copas y ambos bebieron hasta terminar la última gota. Carlo dejó la copa a un lado y atrajo a Adrien hacia él agarrándolo de la nuca. Sus labios se fundieron y sus lenguas cálidas jugaron con la contraria.

—El vino sabe mejor si es de tus labios —murmuró Carlo entre el beso.

Adrien sonrió y dejó caer la copa en la alfombra, luego colocó sus manos alrededor del cuello de Carlo, profundizando el beso, si es que aún se podía. Las manos de Carlo levantaron la camisa de Adrien y acariciaron la delgada cintura. Tocar su piel se sentía extremadamente bien.

Sus labios se separaron de la boca del contrario, sin embargo, formó una línea de besos recorriendo su rostro y mandíbula hasta llegar a su cuello. Adrien levantó la cabeza para dejarle el camino libre a Carlo y que pudiera hacer lo que quisiera con él. Sus manos bajaron hasta quitar la corbata y desabotonar la camisa, dejando expuestos los firmes hombros y fuertes pectorales de Adrien.

Carlo no se quedó atrás y despojó a Adrien de la molesta camisa que solamente estorbaba. Sus manos recorrieron la espalda hasta el estómago y subieron hasta encontrar los pezones erectos. Jugó con ellos mientras besaba la boca de Adrien, haciéndolo gemir entre besos. La espalda de Adrien se arqueó y se pegó al pecho desnudo de Carlo.

Carlo levantó a Adrien, quien enredó sus piernas alrededor de su cintura. Caminó hacia la recámara sin separarse de sus labios y lo recostó con ternura. Su mirada ardía al ver el cuerpo semidesnudo de Adrien. Sin preámbulo alguno, lo desnudó por completo.

Repartió besos en sus pies y piernas, mordiendo y lamiendo hasta llegar a la entrada, la cual lubricó con su lengua. Los gemidos de Adrien lo instaban a ir más lejos que simples caricias y besos eróticos. Introdujo sus dedos, y fue tan bueno que Adrien terminó unos segundos después con un fuerte gemido. Pero él no estaba ni a mitad de camino.

Una vez que estuvo listo, Carlo entró en él y sus paredes lo recibieron con gusto. Se movió lento pero profundo. Adrien apretaba con fuerza las sábanas debajo de él y jadeaba de placer.

Sus gemidos eran acallados de vez en cuando por la boca ardiente de Carlo.

Carlo se movía mientras apretaba la cintura de Adrien para llegar lo más profundo posible. Todo su cuerpo ardía y deseaba dejar a Adrien hecho un desastre. Su mano se movía para darle mayor placer a Adrien.

Quién sabe en cuántas posiciones lo hicieron ni cuántas veces llegaron al clímax, pero al final, Adrien rogó con lágrimas en los ojos.

—Hazlo adentro... Por favor.

Carlo asintió y, en la última estocada, dejó salir todo dentro de Adrien.

...----------------...

Hola, lamento la tardanza :c tenía algunos problemas de tiempo.

En fin, sé que todxs quieren saber que fue lo que pidió Paola, y la iba a poner en este capítulo pero me extendí en otra cosa jsjjs en fin, en el siguiente capítulo veremos qué fue lo que pidió y, estamos un poco cerca del final, pero no todo puede ser color rosa 🙂 así que disfruten este capítulo al máximo.

1
Lilly
Ese era su miedo más grande, que Carlo lo engañara y se cumplió, lo engaño un día después de que él la haya dado otra oportunidad.
Lilly
Un hijo de puta🖕🏾 espero que no regrese con él. En las novelas de los hermanos Carlo es el mejor, y sí es un buen hermano, pero no una buena pareja.
Lilly
Creo debió primero hablar con Carlo
Lilly
Un completo patán
Lilly
Se tenía que decir y se dijo.
Lilly
Carlo por tu malas acciones pareces el villano de la novela.
Lilly
Él te daba toda su atención y a ti nunca te importó ahora no te quejes.
Paulina Fierro Córdova
Bueno
Gladys Zapata
me encanta la novela muchísimas felicidades AUTOR
Wang Chao: Muchas gracias, me gusta mucho leer tus comentarios
total 1 replies
Gladys Zapata
ay que amor más bello
Gladys Zapata
siiiiii
Gladys Zapata
ay que emoción ya se reencontraron uyyy que sorpresa se va a llevar Carlos
Gladys Zapata
ay pobre Adrien, ese Carlos es un idiota que cayó en la trampa de la zorra
rosbely lujano
Y a todas estas, dónde está Carlo? /Slight//Smug//Grimace//Grimace/
Gladys Zapata
ay que tiernos momentos de pareja
rosbely lujano
Un abrazo muy fuerte, autora /Whimper//Kiss//Kiss/
rosbely lujano
🫠 Qué escena burde de sexy🫠
rosbely lujano
Excelente
rosbely lujano
Por tanto pensar y dejar pasar, lo va a perder /CoolGuy/es en el medio del dolor donde debes buscar para consolar, querido Cedric/CoolGuy/.
rosbely lujano
Por tanto pensar y dejar pasar, lo va a perder /CoolGuy/es en el medio del dolor donde debes buscar para consolar, querido Cedric/CoolGuy/.
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