Si alguien me hubiera dicho hace unos años que encontraría el amor en un hombre que casi me dobla la edad, juro que no le creería, para ser sincera aún no lo puedo creer.
Él mejoro cada aspecto de mi persona, saco mi mejor versión y yo a él le di lo que siempre quiso.
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Era una yo que no sabía que podía ser
pues yo digo que si amiga, eres una diosa, y no creo que el sea de piedra-
-No lo sé, no quiero darle muchas vueltas-
-Bueno, bueno, ¿si quieres que te lleve a tu trabajo para que renuncies?-
-No, él quedó de venir por mi, supongo que iré mañana-
-Entonces te veo en tu casa para tu prueba de vestido-
-Si, supongo llegaremos al mismo tiempo,
-Bien es hora de seguir trabajando-
Cada una se fue a su área de trabajo, me pidieron bajar a archivo para meter una
documentación, lo que sea con tal de no escuchar a Alejandra tratar de seducir a Ángel, no sé si me da pena ajena, ya que Ángel no le presta atención.
El archivo está en el sótano, así que baje a dejar los papeles, conocí al Sr Abram, es una persona mayor, lleva trabajando aquí más de 40 años, es muy amable y me cayó muy bien.
Regrese a mi lugar de trabajo, Ángel me pidió verificar algunos correos y confirmar las citas del ING para el día de mañana, no me aburro y me gustan las actividades.
Es hora de salir, decidí esperarme a que todos se fueran, en especial Alejandra y sus arpías para salir, cuando salí vi el coche de Dominic estacionado un poco más adelante de la entrada, agradecí ese detalle, cuando estaba por llegar la puerta del piloto se abrió y bajo Dominic, enfundado en unos pantalones de gabardina color beige y una playera polo color camel.
No cabe duda que con lo que se ponga se ve muy atractivo, me abrió la puerta del coche y después subió a su posición.
-¿Cómo estuvo tu día?- pregunté para romper el hielo
-Bien, normal-
-Entiendo-
-Mañana iré a mi trabajo no es necesario que vengas por mi- me miró de reojo y mis dedos casi se hacen nudos, puso su mano sobre las mías, es impresionante como puede calmar mi tic o mal hábito o como se le diga.
-No es necesario ya está resuelto, y voy a ir por ti todos los Días- no se que me dejó en blanco, si el que ya renunció por mi o que va a venir todos los días.
-nos esperan para la prueba de vestido-
-Dani quiere ser mi dama de honor y no le pude decir que no, ella es mi mejor amiga, lo siento-
-Ella es especial para ti-
-Sí, es mi mejor amiga, es como mi hermana-
-Muy bien- retiro su mano para marcar un número en la pantalla de su coche, sentí la ausencia de su calor.
-Joseph pide vestidos de dama de honor, llegamos en 30 min- no espero respuesta y colgó.
Para cuando llegamos había 2 camionetas grandes y mucha gente entrando y saliendo de casa.
Dominic me ayudó a bajar y tomo mi mano, caminamos entre todos y llegamos a la cal de estar, mi abuelita y Dani tomaban una taza de café, había al menos 15 personas colgando unos ganchos que llevaba unas fundas negras había 4 tubulares llenos de estas en el centro hay una tarima redonda y unos espejos de pies a cabeza.
-Mi niña, esto es real- se levantó mi abuelita tomando mis manos entre las suyas, luego miro a Dominic.
-Gracias Dominic, ahora puedo morir en paz-
-No abuelita no digas eso, ni de broma-
-No tiene que agradecer nada, su hija se merece mucho y su está en mis manos dárselo así será- mi abuelita le dio un abrazo.
-Dominic ella es Daniela, mi amiga-
-Un gusto conocer al hombre que pone feliz a mi amiga- si mis ojos fueran pistola ya la habría acribillado.
-El placer es mío señorita Daniela-
-Bueno, bueno tu asistente está en la cocina, les,, prepare una rica cena, es de mala suerte ver a la novia con su vestido, así que pasa a comer- mi abuelita empujó a Dominic a la cocina, nunca rompió el contacto visual conmigo.
Ellas ya habían elegido su vestido, al parecer llegamos más tarde de lo que había dicho.
En total me probé 15 vestidos, desde vestidos de corte sirena hasta vestido estilo princesa, algunos muy escotados y otros muy tapados, con encaje, lisos de satin.
Mi abuelita quería algo clásico y conservador y Dani algo más sexi y provocativo, yo por mi parte quería correr.
-Este es el último, señorita, vamos a qué se lo mida- me dijo Joseph, me dejó con sus asistentes que me calzaron el último vestido, no ví ningún vestido hasta que estaba frente a mi abuelita, Daniela y los espejos.
Cuando llegue frente a ellas, las 2 lloraron, me comenzaron a sudar las manos y me di la vuelta, este vestido me robó el aliento.
De corte sirena, con escote corazón, mangas de encaje, la espalda también de encaje, la falda con pequeños brillos apenas perceptibles, no me pude aguantar las lágrimas
-Lo sé cariño este es- dijo mi abuelita con un hilo de voz.
-Te ves tan bella Gali-
Mi reflejo era una yo que no sabía que podía ser, me sentí bella, asombrosa, pero un rayo de inseguridad cruzo por mi mente y si a Dominic no le gusta, a pesar de que las áreas descubiertas tienen el encaje, aún se sigue viendo mucha piel, será mucho.
-Permiteme ponerte el velo novia y algunos accesorios- dijo una de las asistentes.
Me colocaron un velo largo de encaje, una tiara y me dieron un ramo, gire de nuevo a verme en el espejo y lo fue todo, no pude aguantar más y llore como si se me fuera la vida en ello.
Como cualquier niña cursi, soñé con este momento pero no pensé que fuera por contrato, soñé con un amor que me quitará el aliento.
No puedo decirle a mi abuelita que todo esto es un teatro y tampoco puedo decirle a Dani que no puedo volver loco a Dominic, en realidad solo está haciendo esto para que mi abuelita esté tranquila.
Comienzo a dudar si estoy haciendo lo correcto.
-Amiga no lo dudes, ese es el vestido-
-Mi niña, no creí que la vida me diera la oportunidad de verte así, de ver tu boda, soy tan feliz-
Las abracé a ambas y me fui a retirar el vestido, ya de regreso en la sala, ya casi no había cosas, ya todo está arriba de las camionetas.
-Bien señorita Gali, será entonces ese último vestido, parece que fue hecho a la medida, no requiere modificaciones, lo traeremos el sábado temprano para ayudarle a vestir, ya me coordinaré con el Sr. Dominic- Dijo Joseph, asenti y se retiraron.
-Vamos a comer algo, me dio mucha hambre y seguro Dominic y Alejandro estarán aburridos- dijo mi abuela, cuando entramos a la cocina no los vimos por ninguna parte.
-Estas afuera- dijo Gali y me asome por la ventana, ahí estaban, Dominic recostado en la hamaca y Alejandro en la mesita de jardín trabajando en su portátil.
