En el mundo de los negocios, el control y el poder no existe lugar para el amor, o al menos eso es lo que manifiesta Vladimir Chandoski. Sin embargo, al llegar a su cumpleaños número treinta se verá obligado a contraer matrimonio con una de las hermanas Bonfatti y así conservar su imperio y preservar el legado familiar con la llegada de un heredero. Él no tiene el menor interés en conocer a sus candidatas y le da lo mismo contraer matrimonio con cualquiera de ellas, por eso decide hacer un sorteo, pero grande es su sorpresa cuando conoce a su futura esposa y descubre que no es nada más ni nada menos que la dueña de sus desvelos. Una hermosa mujer con un gran secreto que lo cambiará todo.
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Capítulo N°6
Hoy era un día clave en la vida de Vladimir por no decir el más importante y estresante que debió enfrentar hasta el momento, su tiempo se había acabado. Las agujas del reloj transcurrieron de prisa, marcando los días, los meses y hasta los años hasta llegar a este momento sin darle opción a nada, dejándolo a la deriva y sin una salida, ahogándose en miles de preguntas. Todo era incertidumbre, tristeza y peleas sin sentido con su padre hasta hoy que al fin tuvo frente a sus ojos la respuesta a sus ruegos. Ese informe le trajo la solución y la cura a todos sus males, Jade Bofantti sería su escapatoria, su refugio en medio de tanta tempestad.
Ya no podía seguir negando lo inevitable y hoy si o si necesitaba tomar una decisión y anunciar con cuál de las hermanas Bofantti se desposaría. Al contrario de lo que se imaginaba no estaba ansioso, nervioso ni mucho menos preocupado por la situación, al fin sentía que tenía el control de su vida y solo rogaba a Dios que su plan funcionara a la perfección y nadie se diera cuenta de su estrategia.
Observando cada una de las gemas que tenía sobre el escritorio, tomó el jade con una de sus manos, lo movió sobre la palma haciéndolo girar, reconociendo cada grieta, cada centímetro de esa esfera casi perfecta, entonces cerró sus ojos intentando percibir la pequeña marca invisible que poseía la piedra mientras rozaba su piel, cerrando su puño se aferró a esa piedra esperanzado porque al fin tendría una oportunidad de cursar su vida.
— ¡Perfecto, nadie lo notara solo yo! —dijo y una sonrisa de triunfo se enmarco en su rostro, entonces abrió sus ojos y miró el resto de las bolitas que brillaban con la luz del sol que ingresaba por el ventanal.
Lentamente colocó con sumo cuidado cada una de las gemas dentro de la bolsa de terciopelo y una vez que las cuatro piedras estaban dentro de la bolsita, aseguró su abertura con un lazo y con delicadeza lo guardó dentro del cajón central del escritorio.
Faltaban dos horas para la reunión que cambiaría por completo la historia y el destino de la familia Chandoski, ya que Vladimir no estaba dispuesto a seguir los mandatos de su abuelo y mucho menos el de su padre, sin siquiera luchar para librarse de esa cláusula estúpida y sin sentido, con ironía miro el reloj de pared y se rió de lo cruel que podía ser la vida.
— Hoy que quiero que los minutos corran, tu agujas parecen detenerse —le habló al dispositivo con sarcasmo entonces buscando algo con que entretenerse miró todo a su alrededor.
Frente a sus ojos se encontraba el contrato que mandó a redactar y en el cual daban fe los abogados de la familia que todo lo que haría en la junta era legal y no podía ser modificado, Vladimir aceptaba la unión conyugal con una de las herederas Bofantti pero a su manera y bajo sus términos. Repasando la letra pequeña, suspiró aliviado, sabía que el tiempo estaba a su favor y que lo usaría en contra de los demás.
Los minutos pasaban lentos, sin prisa y el silencio en la oficina sólo acentuaba la soledad que sentía, así que para pasar el tiempo, encendió su computadora y comenzó a buscar información en redes sociales de cada una de las mujeres. La frivolidad y superficialidad con que esas mujeres se presentaban ante el mundo lo asqueaba, ninguna tenía un objetivo, una meta o interés real para su vida.
Descartando a cada una de las hijas del matrimonio puso énfasis en Jade, pero no había absolutamente nada que la relacionara con esa familia, salvo por una nota de un periódico local, donde la entrevista era acompañada por una foto donde a lo lejos se apreciaba a una joven fuera de foco y alejada del mundo. Al parecer era el aniversario del matrimonio Bofantti, ellos posaban con sus tres hijas sonrientes, felices y orgullosos y sin embargo la bellezas de las jóvenes le fueron indiferente y su atención se centró por alguna extraña razón en esa joven. Ella estaba sentada en el fondo del salón con la cabeza un poco inclinada y su cabello cubría la mitad de su rostro. Su corazón se aceleró y un fuego ardiente le recorrió por su pecho, era una emoción indescriptible y que poco a poco le cortaba la respiración, entonces suspiró hondo y dejó escapar todo el aire que estaba contenido en sus pulmones. Acercándose un poco más a la imagen hizo zoom sobre esa mujer, pero el rostro se pixelió y perdió definición, sin embargo observó con detenimiento su postura, su forma de tomarse las manos encima de la falda, el color de su cabello, todo en ella le era familiar y aunque la foto tenía más de cinco años y no se le veía la cara a la mujer, por alguna razón difícil de explicar sentía que ya la conocía.
De repente la puerta se abrió de par en par, Vladimir estaba concentrado en la computadora, sin poder la mirada de esa imagen cuando el sonido del bastón golpeando el piso al compás de cada paso le indicó que se trataba de su padre, que como siempre él entraba como amo y señor de la empresa, sin siquiera anunciarse, así que tomando el cursor comenzó a cerrará cada una de las ventanas que se encontraban abierta y pronunció.
— ¡Llegas temprano, la reunión es dentro de una hora!
—Mi abogado me avisó que se reunió contigo, así que vine a ver qué planeas, antes de que llegue Juliano y cometas una locura—explicó tomando asiento frente a su hijo y posando ambas manos sobre el bastón.
— Padre, ya te dije mil veces, no tengo interés en escoger a una de esas mujeres, ninguna me parece especial, así que lo pensé bien y haré un sorteo, que el azar defina mi suerte —comentó y una vez que apago la computadora levantó la vista hacia su padre y lo miró desafiante.
— Tonto, debes escoger a la menor, esa niña será la más fácil de someter, aún no conoce el mundo y tú serás su mentor, la amoladoras a tu antojo —dió su punto de vista negando con la cabeza.
—Padre que sea la menor no garantiza que no tenga experiencia—contesto recordando las fotos donde estaba pasada de copas, bailando con diferentes hombres.
— Muy bien, será como tú quieras, pero no olvides que te lo advertí.
—Gracias padre por ser tan considerado.
El ambiente en la oficina era tenso, el aire de repente se sentía pesado y sofocante. Ambos hombres se miraban desafiantes, y Mijaíl apretaba con fuerza su mandíbula, conteniendo las ganas de insultar a su hijo y pegar con el bastón hasta que entre en razón, sin embargo debía mantener la calma y seguirle el juego, su fortuna estaba en juego y era mucho más importante que un mocoso insolente.
Vamos por la próxima 😘😘
Felicidades por tan hermosa novela 🥰🌹🫂
Felicidades 🎆 querida escritora vamos por más novelas así 🫂🥰