Helena casi olvidaba su antiguo nombre luego de casi 10 años.... Ojala pudiera olvidar a ese hombre tan fácil como olvide mi nombre... pensó Helena por un segundo.
La joven maga Sacudió su cabeza y siguió leyendo la formula mágica que estaba desarrollando decidida a ser el mejor mago de la Torre...
Leon, líder de los Caballeros Sagrados, calzo su espada en su cintura. Por un segundo sus dedos rozaron el pañuelo que llevaba bajo su armadura y sintió como el cosquilleo se extendió por todo su cuerpo, habían pasado casi diez años pero ni un solo día dejo de pensar en su esposa, su corazon roto luego de la muerte de Charlotte lo impulsó a unirse como Sacerdote del Gran Santuario nunca se perdonaría no haber vuelto por ella como había prometo... sin tan solo me hubieras esperado un poco mas ....
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Capitulo XXI El Secreto del Gran Santuario.
Un grito de asombro salió de todos los espectadores, Noelia miro a Helena aún más asombrada, jamás hubiera imaginado que su amiga fuera hermana de Benjamín, el nunca mencionó a una hermana en el tiempo que vivía en el Castillo de Juwel sobre todo porque ambos no Tenían casi absoluto, mucho menos que fuera el hijo del Líder de los Magos.
-Si bien no me molestaría que muera el mago, me temo que tu hija nunca te lo perdonaría - la fuerte voz del imponente Caballero de ojos negros hizo que la cordura volviera a la mente del Líder de los magos soltando a Benjamín, quien tosió estrepitosamente Mientras se tocaba el cuello.
-Te volviste loco!!!!– grito Benjamín mientras tiraba a Helena frente a él para utilizarla como un escudo.
-Benjamín Cierra la maldita boca!!!!– grito Helena quien estaba con la guardia en alto por si su padre se abalanzaba nuevamente a por él.
-Sr.Donner, lamento interrumpirlo en su reunión familiar, pero necesito que venga conmigo.– hablo el recién llegado, el líder de los magos quien aún respiraba agitado lo miro con desconfianza.
-¿Porque debería ir con usted?– respondió de manera osca el viejo mago.
-Mi nombre es Alfred Triden, hijo mayor del Conde de Triden, mi Padre tiene una información respecto a esta misión que podría ser de su interés.– se presentó el joven Caballero de ojos negros.
Noelia quien estaba a unos metros de ellos quedo petrificada ante la figura del hijo del Conde, no lo había visto hace mucho tiempo, de hecho, desde el día que decidió huir del Castillo de su padre e ingresar a la Gran Torre para así no casarse con el.Jamás pensó que lo volvería a ver, menos aún en una situación como esta.
-Bien iré de inmediato.– respondió Alator – arreglare cuentas contigo más tarde.– amenazó a Benjamín quien aún se escondía tras Helena.
El hijo del Conde se dio la vuelta en dirección al Castillo y cruzo su mirada con la de Noelia, la joven agacho la cabeza de inmediato mientras el Caballero fingió no verla y continuo su camino seguido por el líder de los magos.
-¿Estás bien?– pregunto Helena de inmediato a Benjamín quien estaba sentando en el suelo respirando agitado.
-Dios ese viejo aun esta loco.– se burlo el mago
-Sigues siendo un idiota.– respondió Helena soltando un suspiro mientras acercaba la palama de su mano la cual se ilumina en un resplandor violeta para curar a Benjamín.
*********
Alator Donner ingresó al gran salón detrás de Alfred, en el lugar estaba el Conde de Triden quien sostenía un pergamino en su mano.
-Sr.Donner por favor adelante, veo que ya conoció a mi hijo.– hablo el Conde quien estaba en compañía del monarca de Juwel.
-Que sucede Lord Triden?, para que nos haya citado con tanta urgencia.– pregunto el líder de los magos.
-Por favor tome asiento, aún falta un invitado más a esta reunión.– respondió el monarca de Juwel.
Alator seguía sin entender, pero la actitud de ambos hombres era muy sospechosa por lo cual se sentó en silencio a esperar para satisfacer su curiosidad.
Al cabo de unos cinco minutos el Comandante de los Caballeros ingreso al salón escoltado por Sir Lucas.
-¿A qué se debe estar reunión?– pregunto con el ceño fruncido el Paladín de ojos verdes.
-Bienvenido Comandante León.– hablo el Conde – creo que le interesara leer esto Sir León.– el viejo Conde acerco el pergamino enrollado hacia el Caballero quien lo tomo frunciendo el ceño.
- ¿Bien al ver su reacción a lo que dice allí\, me imagino que ya lo sabía no es así?– Pregunto con suficiencia el Monarca de Juwel.
Alator Donner quien aún no entendía lo que allí pasaba, se puso de pie y habló con voz firme.– Me podrían informar de que están hablando, que dice ese documento Comandante León?–
El Caballero de ojos verdes arrugo el papel en sus manos y soltó un largo suspiro.– Bien….Dígame que más necesita saber Lord Triden.– pregunto el Sacerdote con resignación sin perder la calma ante la situación.
-Lo que allí dice… - respondió el Monarca de Juwel.– es que el responsable de la guerra de hace mil años, fue un mago…-
-Que dices!!??– grito Alator sin creer las palabras que salían de la boca del hombre.– eso es imposible!!!!¡¡¡¡Los restos encontrados no corresponden a un mago de la Gran Torre!!!!¡¡¡¡Que quiere lograr con esto!!!!– los gritos de Alator comenzaron a subir de tono a medida que hablaba el Líder de los magos.
-Un momento Sr. Donner aun no he terminado.– intento calmarlo el monarca – dije que era un mago, pero la magia que utilizaba era magia sagrada.– finalizo el hombre.Se hizo un silencio total en el lugar ante la revelación.
-Eso quiere decir… - balbuceo Alator y dirigió su mirada hacia el Sacerdote a su izquierda.
-Así es… - respondió el Comandante de los Caballeros Sagrados – la persona de quien habla pertenecía al Gran Santuario, fue alguien que renegó de su juramento y huyo a las tierras occidentales para establecer lo que hoy conocemos como las ruinas de Krom.- finalizo el Caballero con rostro serio.
-Cuando pensaban revelar esa información al Consejo de los Magos!!!!¡¡¡Maldita sea!!!¡¡¡¡Arriesgue a mis magos para buscar en las ruinas registros de un hereje del Gran Santuario!!!!¡¡¡¡El mismo Gran Santuario que persiguió a los magos por cientos de años, cuando eran ustedes mismos quienes practicaron la magia prohibida!!!!Vi amigos y camaradas morir en manos de la Iglesia cuando eran ustedes los que debían arder en el fuego.– El líder de los magos estaba fuera de sí, su rabia alcanzaba niveles desconocidos para el mismo, recordó las muchas veces que vio magos entregarse voluntariamente para defender la Gran Torre debido a las acusaciones de herejía.***Una muerte que puede evitar cientos*** era el lema que grababan los magos en su piel al momento de arder en las enormes hogueras luego de un juicio presidido por los mismos Sacerdotes.
-¡Eso no es así!– respondió León.– es cierto que esa persona utilizaba magia sagrada pero no era un Sacerdote como tal – Aclaro el Caballero.
-Los únicos quienes pueden utilizar la magia de purificación son los Sacerdotes formados por el Gran Santuario Sir León, la bendición es entregada por su Santidad cuando finalizan sus estudios.– contraataco Alator.
-Eso es verdad, pero el registro que encontró Lord Triden está incompleto.– sentencia el Sacerdote.
-¿Qué quiere decir?– pregunto Lord Triden mientras fruncía el ceño.
-Lo que intento decir es que esa persona recibió la venia de su Santidad, pero no era un Sacerdote, era una persona común.– la vergüenza que sentía el Caballero al pronunciar esas palabras era obvia, la seguridad del Gran Santuario había sido vulneraba de la manera más vergonzosa posible, los secretos de la magia sagrada no solo habían sido entregados a un humano común, sino que este ser humano había convivido con monstruos que aprendieron a utilizarla.
-¿Cuál es el propósito real de esta misión?– pregunto el Líder de los Magos.
León suspiro resignado, ya no tenía motivo para ocultar la verdad a Alattor.– Debemos encontrar cuanto fue capaz de aprender esta persona y hasta qué punto ese conocimiento fue transmitido a las criaturas del lugar….Además, debemos destruir a todas las criaturas y con ella los registros existentes.– finalizó el Sacerdote.
-Jamás tuvo la intención de entregar los registros a la Gran Torre ¿no es así?– dijo sarcásticamente el Líder de los Magos.
-Solo lo que involucre al Gran Santuario debía ser eliminado, todo lo demás seria entregado.– respondió León.
-Ahora entiendo el motivo de entregar un acuerdo para la práctica libre de la magia, ¿sabían perfectamente que esos registros no saldrían de la Gran Torre no es así?– Alator presionaba sus puños con fuerza.
-Sabíamos que la Gran Biblioteca solo permite que un cierto número de magos de alto nivel pueda acceder a los registros prohibidos, además es de conocimiento que esos magos jamás dejarían la Gran Torre por su voluntad o por orden del Consejo – León no podía evitar sentirse miserable, el hecho de saber que Helena era un mago de Alto Nivel y que el hecho de conocer este sucio secreto la obligaría a confinarse en la Gran Torre por orden del Consejo de los Magos le generaba un dolor insoportable en el pecho.
-Bien creo que el reino de Triden se unirá a esta misión – anuncio Alfred que había permanecido en silencio durante toda la reunión.
-¡¿Qué dices?!– pregunto sorprendido León
-Triden es una nación independiente Sir León, hemos sido objetivo del Gran Santuario desde hace décadas, bajo la excusa del mandato divino hemos entregado comida y minerales que podrían haber alimentado a los pobladores, si esta es una oportunidad para liberarnos la tomare sin dudar – el joven de ojos negros lanza una mirada desafiante al Sacerdote.
-Que la hace pensar que aceptare su oferta absurda.– amenazo el Sacerdote.
-Lo hará, si quiere que el Gran Santuario siga manteniendo su secreto.– respondió desafiando al Caballero de ojos negros.
-No aceptaré sus amenazas.– sentencio el Sacerdote mientras desenvainó la espada en su cintura, la cual se cubrió de una aura azul y apunto severamente el cuello de Alfred.
-¡Qué sucede!– el grito de la voz firme de una mujer retumbo en el Gran Salón, los presentes no se habían percatado que su discusión habia llegado a oídos de varios magos y Caballeros que descansaban a las afueras del lugar.Por lo cual Helena decidió entrar ante los gritos de su Padre, pero su sorpresa fue mayúscula al ver como el Sacerdote apuntaba al cuello de Alfred.
Sin dudar el joven ingreso al Salón seguido por varios magos de Alto nivel de los elementos de fuego, aire y tierra, incluyendo la pequeña Noelia.
-¿Padre estás bien?– pregunto con rostro serio la joven, pese a la presencia de Helena y de varios Caballeros, León no bajo su espada y su mirada asesina estaba posada sobre el hijo del Conde.Alfred por su parte permaneció tranquilo.
-No es nada pequeña – respondió el viejo mago.– solo estamos definiendo si los Caballeros de Triden se unirán para apoyarnos en nuestra misión.– León levantó una ceja ante las palabras del líder de los Magos.
-Creo que ya definimos que no vendrán.– respondió el Sacerdote – los Caballeros Sagrados son suficientes para proteger a los magos, esta misión es del Gran Santuario.– réplica molesto León.
Quienes recién se habían incorporado a la conversación no entendían la hostilidad del Caballero hacia el desconocido.– bien entonces me temo que no será posible frenar la nueva información obtenida, me retiro debo enviar un telegrama a los reinos del Norte y del Sur.– Alfred retiró la espada en su cuello empujando levemente sin miedo con sus dedos cubiertos por guantes de cuero y comenzó a caminar hacia la salida del salón.
-Donde esta tu dignidad de Caballero al insistir en proteger a la mujer que te abandono en el altar.– escupió León a la espalda del Caballero de ojos negros.
Noelia ahogo un grito de sorpresa y agacho la cabeza ante la vergüenza, no podía creer como el Sacerdote había sido capaz de gritar ese secreto ante todos y tampoco entendía como era que él lo sabía.
Alfred giró lentamente, apretó los puños y soltó una risa sarcástica.Levanto la barbilla y respondió a las palabras del Sacerdote.-Prefiero eso antes que abandonarla a su suerte.
Helena abrió los ojos de par en par ante las palabras de Alfred, luego miró a León que irradiaba ira por los poros. La vista del Sacerdote se posó en Helena quien bajo la mirada con vergüenza.
-Bien, si todo está claro me retiro, como dije debo enviar un telegrama.– dijo Alfred encogiéndose de hombros.
León estaba furioso\, *** Que tanto sabrá este malnacido *** pregunto para sí mismo el Sacerdote.
-Saldremos en cuanto carguemos la provisiones, el reino de Triden deberá proporcionar los vivieres para sus hombres además de los magos, solo aceptare 20 Caballeros, no hay más negociaciones. - escupió furioso Leon.
-Me alegra de que hayamos llegado a un acuerdo.–hablo el Conde quien presenciaba la escena desde su asiento.
León dirigió una mirada a Helena y luego dirigiéndose al Líder de los Magos ordeno.– Preparen todo para salir lo antes posible.- luego se encamino hacia la salida con paso furioso.
Continuara....
les pido paciencia, creo que me pase un poco con la pasión de los últimos dos capítulos asique me tienen en revisión aun hace 3 días, pero bueno cuando me liberen esos dos, subiré los 4 que tengo listos.
Espero que los editores me liberen el capitulo 33 porque esta muy bueno!!!!
Que dicen Helena perdonara a leon??
Saludos a tod@s y como siempre gracias por compartir este espacio conmigo muchos abrazos psicologicos.
PD: dejenme saber sus teorias :)