Ahora Soy Helena
Charlotte de Armish de 17 años, hija mayor del Conde de Armish, se encontró sola en la gran cama, había pasado su noche de bodas en una pequeña Cabaña a las afueras de la Ciudad, muy cerca del puerto ya que tomarían un Barco muy temprano en la mañana para viajar al Continente Occidental, lejos de todo.
Aun sentía miedo al recordar los gritos de su padre mientras ella corría por el bosque ubicado en la parte trasera del Gran Castillo de su Padre.
Habían tenido una hermosa pero muy sencilla ceremonia en la pequeña Capilla del Puerto. Su padre no aprobaba al hombre que ella amaba por eso decidió escapar con él, ahora que estaban casados, ni siquiera su padre se podría oponer. Pero por miedo al poder que ejercía el viejo Conde siendo el hombre más rico de todo el continente, tomaron la decisión de irse lo más lejos posible.
Charlotte se sentó en la gran cama y recorrió la pequeña pero acogedora cabaña, su vestido y ropas aún estaban en el suelo de manera desordenada, se sonrojo al recordar su noche de bodas junto al hombre que amaba. Había sido la noche más hermosa que recordaba, él había sido gentil y muy paciente con ella. Se tomo su tiempo para prepararla, la beso con delicadeza y la abrazo mientras le quitaba una a una las capas de ropa y su sencillo vestido de novia.
Se recorrió los labios rojizos he hinchados por la intensa noche, luego bajo lentamente por su cuello, donde aún podía sentir los labios de él. Sus castos pechos que fueron contemplados y besados hábilmente por su ahora esposo
Habían muchas cosas del matrimonio que eran desconocidas para ella, el acto de anoche era una de ellas, recordar su sorpresa ante la explicación de su esposo, casi se atraganto con el vino cuando el comenzó a desvestirse delante de ella. Luego se acercó lentamente y la beso con delicadeza, poco a poco el beso comenzó a intensificarse y las manos de él recorrieron su cuerpo hasta que la desnudo por completo.
Luego la recostó en la cama, haciéndole promesas de amor con cada caricia, Charlotte le entrego su virginidad y su cuerpo al hombre que tanto amaba, sus ojos verdes que brillaban en cada embestida eran una imagen que recordaría toda la vida.
Pero en ese momento se sintió tan sola, pensaba despertar con él a su lado, pero parece que su joven esposo, tenía otros planes.
Decidió levantarse y asearse con el agua que él le dejo en la palangana, su cuerpo aún tenía un leve olor a sudor y sexo. Se lavo cuidadosamente cada rincón de su cuerpo y roció unas gotas de aceite de lavanda que tanto le gustaba a él y decidió preparar lo necesario para partir, sería un viaje largo asique llevaba todo lo necesario.
Pasaron varias horas y Charlotte comenzó a preocuparse, no era normal que demorara tanto, con determinación, se puso una capa negra para no ser reconocida y salió decidida a encontrarlo. Al cerrar la puerta alcanzo a avanzar solo unos metros hacia el muelle cuando se encontró con la figura de un anciano de ojos grises y mirada tenebrosa vestido con una larga túnica negra. Quien estiro su brazo entregándole un pergamino.
Ella no entendía que sucedía, cuando iba a dar un paso al costado para evitar al hombre, se sobresaltó con su gélida voz.
-Eres Charlotte verdad?? – Le pregunto el anciano con voz firme y despectiva.
Ella no respondió, ante el miedo que el anciano podría haber sido enviado por su padre.
-No tengas miedo, tengo una carta para ti. Tu esposo la envío.
-U-una carta?? – ella pregunto sin entender a qué refería, porque su esposo le dejaría una carta, si estaban por irse juntos.
La joven estiro la mano con desconfianza y abrió el pergamino. Una sensación fría le cubrió todo el cuerpo y las lágrimas comenzaron a brotar por sus mejillas. Sin pensarlo comenzó a correr tan rápido como pudo hacia el muelle.
Pasaron mil pensamientos por su cabeza, mientras corría sintió que su corazón se saldría del pecho ante la agitación, se le acabo el aire de los pulmones, el sudor corría por su frente y su espalda. Su pelo negro era una maraña en su cabeza.
Llego al muelle, pero se dio cuenta que era muy tarde, el barco que mencionaba su esposo en la carta ya había zarpado y solo podría distinguir la silueta del hombre que amaba dándole la espalda.
Sin fuerzas cayo de rodillas al suelo y grito su nombre con desesperación.
-Leooonnnn!!!!! …….
Mientras un sollozo agudo y doloroso salía de su garganta.
Continuara .....
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Updated 36 Episodes
Comments
Sandra Martinez
¡se lee interesante!, que dolor más grande ser abandonada después del matrimonio sin una explicación, sin ninguna compasión
2023-10-19
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Lenita
Es una pena ser abandonada luego de tu primera noche de amor.
2023-10-19
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