¿Que pasaría si un día despiertas en tu novela favorita?¿Y no solo eso sino que despiertas siendo la villana?
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Capítulo 21
Elizabeth se dirigía al comedor luego de haber terminado las horas de clases, cuando de pronto escuchó como alguien la llamaba.
— ¿Señorita Elizabeth puedo hablar un momento con usted?
— Claro. ¿Dígame señorita la conozco?— contestó amable al ver que la chica frente a ella se notaba algo nerviosa.
— No lo creo, mi nombre es Ross Salvatore un gusto en conocerla.
Elizabeth al escuchar el nombre de la chica se congelo por un momento, pero pronto intento recobrar la compostura y contestó.
— ( No puede ser, se supone que ella llega dentro de unos meses ¿que hace aquí?). Lo mismo digo, pero dígame ¿De que quería hablar señorita?.
— No sé como decir esto, pero ¿Ustedes conoce una novela llamada "Un amor para siempre"?
— (¿Qué? ) ¿De dónde conoces ese nombre?
— De mi mundo.
— Eso quiere decir que tú...
— Si soy una reencarnada y al parecer tu también.
— Oh por Dios, claro ¿que me hacía pensar que era la única aquí? Pero cuéntame .
— Claro, pero ¿quiere ir por algo de tomar mientas conversamos?
— Claro, vamos.
Las dos entraron al comedor pidieron té y unos bocadillos, luego buscaron una mesa para poder hablar tranquilas y una vez que tomaron asiento Ross volvió a hablar.
— Bueno antes que nada me presento, mi nombre es Mariana tengo o mejor dicho tenia dieciséis años y era de Perú.
— Bueno yo también voy a presentarme mi nombre era Luz y tenía 23 años, era de Argentina.
—¿Hace cuánto despertaste?
— Hace poco más de un mes. ¿y tú?
— Seis o siete semana. Tengo que confesarte algo y espero que no me juzgues después de esto pero, yo causé tu accidente, yo te empuje al lago. Perdóname por favor. Es que solo creí que si no estabas en mi camino desde un principio podía ser feliz antes con el príncipe.
— Pero que dices, te das cuenta de lo que hiciste — Luz estaba tan alterada que al ver que su tono de vosmz estaba llamado la atención de las otras personas, bajo el volumen de su voz y susurro—Mataste a la Elisabeth original. Después de ese accidente yo tomé su lugar.
— Si y no sabes cómo me arrepiento—Ross realmente lo sentia, y al ver como Elizabeth la retaba comenzó a llorar — Yo solo quería tener mi historia de amor épica con el príncipe. Creí que la historia debía transcurrir de la misma manera .
— Lo que hiciste estuvo mal, muy mal, pero..., no puedo decirte que estoy enojada por qué gracias a eso yo estoy aquí. Solo un pregunta ¿por que dijiste que querías? ¿que, ya no quieres?.
Ross al ver que Elizabeth ya estaba mas malmada, ella también comenzó a calmarse y contestó.
— Si lo sé y por eso te quiero pedir perdón por mis actos. Se que eso no remedia lo que hice pero, prometo no volver a hacer nada en tu contra. Y si, dije que quería, es porque ya me di cuenta que está no es la novela que leímos, las cosas cambiaron mucho. Además, ya me presenté delante del príncipe y no ocurrió nada.
— ¿Cómo que no ocurrió nada?
— Si en la novela se decía que ni bien aparecía ante sus ojos yo, o sea Ross, dejaba cautivado al principe con solo verla, pero eso no pasó. Trate de acercarme a él, pero el príncipe solo tiene ojos para tí.
Elizabeth sonrío por esto último no esperaba estar teniendo una conversación con la heroína de su historia favorita y menos que ella sea una reencarnada también . Siguieron hablando por un largo rato hasta que Ross le contó cómo murió. Esto puso muy triste a Elizabeth ,por qué pudo entender por qué su primer impulso al llegar a ese mundo fue deshacerse de la villana del cuento.
No la justificaba, pero la entendía. Además Ross todavía era una niña, que nunca tuvo vida más allá que la que tuvo dentro de las cuatro paredes de un hospital, por lo que pudo entender que al haber vivido siempre a través de las historias de amor que le leía su hermana, era obvio que ella iba a querer llegar rápido a su y vivieron felices por siempre.
Luego de eso Elizabeth también le contó cómo murió ella y así ambas se la pasaron hablando tranquilamente. De pronto Ross dijo algo que a Elizabeth le llamó la atención.
— Me gustaría ser tu amiga Elizabeth. Se que no empecé con el pie derecho, pero te juro no volver hacer nada contra tí.
—Olvidemos eso y empecemos de nuevo, como dije antes no te justificó, pero gracias a eso me diste la oportunidad de tener una familia.
— Gracias Elizabeth tienes un gran corazón.
Luego de esas palabras ambas siguieron conversando, hasta que apareció el príncipe Abel.
— Hola señoritas, ¿les molesta si me uno a ustedes?
— Oh... Hola principe Abel, por supuesto por mi no hay problema.
— Por mi parte tampoco.
— Y cuéntenme señoritas, ¿hace cuánto son amigas? .
—Hace algunos minutos. La señorita Elizabeth, es muy buena, me ayudó con algunas cosas.
—¿Es así? Entonces a mi también me gustaría ser parte de sus amigos señorita Elizabeth. Hoy nos hicimos amigos con la señorita Ross y me gustaría también poder contar con su amistad.
— No puede. — Sé escuchó de pronto detrás de ellos y al voltear pudieron ver al príncipe Erick con su rostro contraído.
— Oh... príncipe Erick ¿cómo está? podría explicarme ¿por qué la señorita Elizabeth no puede ser mi amiga también?
Elizabeth miró incrédula a Erick en que momento apareció, aparte siempre llegaba en el momento justo para responder por ella.
— Si Erick, me puedes decir ¿por qué no puedo ser amiga del príncipe Abel?
Erick al ver la mirada de enfado de Elizabeth guardo silencio, pero solo por que no quería arruinar el progreso que ambos habían tenido. Pero están que se moría de celos y de gritarle en sus cara que no podía ser amiga del príncipe Abel por que ella era suya.
Ross al ver que el príncipe Erick parecía a punto de estallar, decidió intervenir diciendo.
— Emmm.. bueno yo creo que mejor nos retiramos ¿no es así principe Abel?
— No yo... Cof... cof... si, ya nos íbamos.—Ross al ver las intenciones del príncipe Abel de seguir molestando a Erick, le dió un codazo en las costillas para que le siguiera la corriente y este al sentir el pensante dolor, no le quedo mas remedio que aceptar y marchar antes de que la chica volviera a golpearlo y dejarlo sin costillas.
Elizabeth al ver este gesto de Ross solo sonrió y agradeció con la mirada para luego concentrar su vista en Erick.
No podía entender cuál era el problema que tenía con el príncipe Abel, ya que siempre que lo veía se portaba de manera hostil con y peleonera.
— Y bien, espero una respuesta...