Julia jamás se imaginó lo caprichosa de la vida aquella noche. Un grupo de borrachos la persiguen, se esconde en el auto de un extraño provocando su ira. Como cereza del pastel, presa del miedo se lanza a los brazos de aquel hombre que sin saberlo convertirá su vida en un carrusel de descontrol. ¿Quieres saber en que termina? Entonces sumérgete en este intrigante relato, en donde los caprichos del destino están a la orden del día.
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Capitulo 21
Sombras del pasado.
Todo el mundo se le quedó mirando sin palabras, eran tan intensas las que sentí como los nervios me desbordaban, de repente entre la multitud vi como llegaba Sabrina con una cajita de cafés del Starbucks, me miro confusa preguntándome entre la lejanía “¿Qué hiciste?” susurro con preocupación al ver que era él centro de todo el mundo y el señor Cárdenas me miraba en silencio. Quería salir corriendo de ese lugar y no mirar atrás, la vergüenza que sentía no era sano.
—¿Cómo te llamas? —le oí decir por fin al señor Mario, alce mi mirada con rapidez hacia él, y pasando saliva con dificultad solté lo más clara posible
—Julia… Julia Núñez —su expresión seria pareció suavizarse y dijo después —Pues, Julia Núñez… Esperare ansioso verte actuar, ya que no quieres verte en cámara como una estatua.
Las personas pensaron que el director no la estaba haciendo pasar por un mal momento ahora, pero la verdad era que le había dado un problema aún más grande. Las miradas de las personas dejaron de ser tan intensas después de haber escuchado las palabras del director que se retiró del lugar con aquel aire relajado. El ambiente tenso se esfumo, para que la calma me embargara, no perdería mi empleo, pero el mismísimo director me había pedido que hiciese mi mejor interpretación. Hacia tanto tiempo que no actuaba como actriz profesional, no tenía ni idea de cómo actuar bien mi papel.
—¿Julia, que diablos paso aquí? Dime que no te despidieron por favor… —inquirió medio nerviosa. Negue lentamente aun en shock y dije.
—Estoy bien… —dije con una media sonrisa, pero en realidad estaba muy preocupada. Había ofendido al director desde el comienzo, y definitivamente sería ridiculizada si no actuaba bien.
¶
—Señorita Helena, ya llegamos al estudio —aviso Margot mi asistente. Resople con fastidio guardando mi celular. Si no fuera porque Leonardo había invertido en este proyecto por mi… Ni lo habría aceptado. Mire a Margot que me sonreía como boba y le increpe.
—¡Que haces ahí viéndome como tonta! Esperas que baje sin un retoque de maquillaje, toda sudada por el calor y alborotado mi cabello. ¡¿Porque tengo que decírtelo todo!? ¡Uy, que fastidio! —propine con rabia. Acelerada Margot se lanzó a tomar mi maletín de maquillaje, para retocarme con torpeza mientras decía.
—D-disculpé señorita, Helena… Usted siempre se ve también arreglada, que no lo vi necesario esta vez.
—¿Qué clase de idiotez es esa? No basta con verme bien arreglada, eso servirá para las personas comunes y corrientes como tú. Yo soy una estrella importante ¿que no lo entiendes? —hizo una expresión de tristeza y con rapidez aleje su mano de mi rostro enojada.
—¡Uy, de verdad que no te soporto! Déjalo así, ya arruinaste mi genio —tome mi bolso y Sali del auto directo al estudio de televisión. Antes de entrar arreglé un poco mi cabello y sonreí alegre.
Había llegado tarde al estudio de grabación, pero no porque fuera una vaga, sino porque las estrellas principales no necesitaban preocuparse tanto, ya era lo bastante buena, no necesitaba ni de práctica. Me di cuenta que al entrar las personas no se me acercaron para saludarme como ayer, alce mi mirada y había un gran tumulto de personas al fondo, me acerque un poco indignada por su grosería, cuando escuche la voz de una chica que me resulto conocida.
—¡Usted dijo que exigía excelencia a la hora de trabajar a su lado! Así que… Quiero dar lo mejor de mí misma sin importar que sea un papel pequeño.
Helena lo había observado y escuchado todo con mucha claridad, y sabía efectivamente que esa persona era Julia, quien tenía mucho tiempo sin ver. Cuando la gente empezó a dispersarse, con expresión seria me acerque hasta para detenerme frente allá.
—Vaya, Julia… No esperaba verte aquí.
¿Qué pasado tienen estas dos?
Gracias por leer.