Valentina Román es alegre, entusiasta, divertida, alguien llena de luz, enamorada por muchos años de Rafael Alcázar uno de sus mejores amigos, el problema el es un Playboy consagrado, por lo que su amor por el es solo un sueño, imposible de cumplirse ¿o no?
¿Que pasa cuando lo imposible sucede?, pero de pronto todo se desploma convirtiendo el sueño en pesadilla.
Acompáñame a averiguarlo.
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Un salto de fe
La Enorme sonrisa que Valentina llevaba en su rostro ese día podía iluminar el planeta en su noche más oscura por lo que Sofia en cuento la vio tuvo la necesidad de saber, ¿que estaba sucediendo?
- Amiga, ¿a qué debemos esa sonrisa tan deslumbrante? – Cuestiona Sofia levantando una ceja intrigada y es que, aunque sabe perfectamente que su amiga es un huracán de energía que rodea a todos con su alegría, ese día en particular brilla aún más, como si eso fuera posible.
- Hola Sofí. – Saludo con un sonoro beso en la mejilla de Sofia aumentando sus sospechas. – Es mi estado natural. – Sonrió con gran alegría, pero Sofia la miro como diciendo, “lo sé, lo sé, pero esto es algo más, te conozco.” – Además mira como brilla el sol el día de hoy, ¿no es hermoso?, creo que solo eso ya es motivo suficiente para esta feliz. – Suspiro haciendo que Sofia levantara sus cejas con clara sorpresa, al parecer algo demasiado bueno le había sucedido y no se quedaría tranquila hasta averiguar que era aquello que la tenía en ese estado.
- Estoy segura que será un gran día. – Dijo Sofia. – Pero también estoy segura que algo está sucediendo y no puedo creer que no me quieras contar que es. – Dijo mientras se cruzaba de brazos en claro gesto de protesta por no saber que le estaba sucediendo a su amiga.
- Te lo diré, lo prometo. – Juro levantando su mano derecho en acto de solemnidad. – Solo déjame resolver unas cosillas y ya. – Pidió juntando sus manos en suplica.
- Está bien. – Consintió Sofia. – Pero, que sea pronto.
- Así será. – Sonrió nuevamente. – Además en verdad creo que es un buen día, sin contar que estamos a menos de un mes de terminar los exámenes y con ellos seremos profesionales. – Anuncio con gran dicha y no es que ya quiera irse de la universidad, pues allí ha vivido momentos muy importantes y felices de su vida.
- Lo se. – Respondió Sofia. – Pero no me distraerás con eso, algo muy bueno debió suceder. – Dedujo Sofia.
Con lo que tenía toda la razón, pues ese día Valentina sentía que el mundo era perfecto, y es que hacía dos noches que había sucedido el acontecimiento más maravilloso de su vida, después de años enamorada de Rafael por fin se habían besado, aunque ella estaba segura que eso y las palabras que le había dicho después confesándose las olvidaría al día siguiente y todo seguiría igual, solo que…
Se equivocó.
Flashback
Esa noche Rafael después de decir aquellas palabras que todavía le aceleraban el corazón a Valentina de solo recordarlas, se había quedado dormido, con lo que ella pensó que el hechizo se había terminado, así que lo cubrió con una manta y se fue a casa.
Lo que quedaba de la madrugada ya no pudo dormir, pensando en ese beso y en las palabras de Rafael, como deseaba que fueran ciertas y no una declaración de borracho que seguramente ya había olvidado.
Para cuando logro dormir un poco ya había salido el sol, pero lo que jamás espero es que la despertara el sonido de su celular, era un mensaje de Rafael.
- ¿Estás en tu casa?, Debemos hablar, sé qué crees que lo que dije eran palabras de borracho, pero recuerdo perfectamente lo que paso anoche y quiero decirte que hablaba muy enserio.
Eso era todo lo que decía el mensaje, pero la impresión en Valentina fue tal que soltó el celular después de leerlo y se quedó estática con el corazón a millón, para cuanto pudo reaccionar volvió a tomar su celular y leyó el mensaje una y otra y otra vez hasta que se logró convencer a sí misma de que era real.
- ¿Estás ahí? – Llego otro mensaje de Rafael que al no obtener respuesta había enviado otro para saber si Valentina había entendido su mensaje.
- Aquí estoy. – Fue lo único que logro escribir.
- Bien, te veo en tu casa en una hora. – Dijo y ya Valentina no supo que responder, tampoco era necesario.
Valentina corrió a arreglarse, recibiría a Rafael, pero ya no era lo mismo, sabía que el beso del día anterior lo había cambiado todo, pero jamás se imaginó que tanto, ¿Qué quería decir con que hablaba en serio?, ¿quería una relación con ella?, esas y más preguntas se hacía, sin obtener ninguna respuesta, pero estaba a punto de cambiar, pues pronto escucho el timbre de su casa y no era otra persona que Rafael quien había llegado.
Ella bajo pronto para abrir la puerta, no quería que nadie lo viera llegar, aunque sería normal ver a Rafael allí, pero para Valentina ese día nada era normal.
- Hola. – Saludo al abrir la puerta intentando con todas sus fuerzas sonar normal, pero era demasiado obvio que estaba muy nerviosa, el leve temblor en sus manos era prueba irrefutable de ello.
- Hola. – Respondió Rafael con una leve sonrisa, aunque él se veía más relajado, también estaba muy nervioso, pues lo que estaba a punto de hacer, era algo que había estado deseando por mucho tiempo, de hecho, mucho más de lo que el mismo era consciente, solo que las cosas no eran tan simples, algo que tenía muy claro, aun así, quería intentarlo, sabía que si no lo hacía se arrepentiría toda la vida y ya no estaba dispuesto a ello.
Sabía que no sería sencillo, mucho menos con Valentina que lo conocía demasiado bien, ahora que lo pensaba se reprochaba muchas de las acciones que había estado haciendo en todos esos años anteriores, todo ante los ojos de Valentina, en ese momento jamás se imaginó que justamente ella se iba a convertir en alguien tan importante para él, de ser así seguramente habría hecho las cosas distintas.
Ahora solo le quedaba dar un salto de fe y esperar que Valentina hiciera lo mismo.
espero que cuando Rafael llame a Valentina otra vez esta responda y le cuente que Sonia fue a verla