**Saga Vannecelli**
Uzziel Vannecelli, futuro líder de la organización italiana, es un hombre carente de empatía, caracterizado por rasgos psicopáticos. Su único vínculo emocional verdadero radica en su familia. Desde su infancia, ha sentido una conexión especial con Ángela Müller, hija del sublíder alemán. La inocencia y pureza de Ángela lo obsesionan, llevándolo a desear despojarla de su esencia pura. Por otro lado, Ángela anhela consagrarse a Dios y, en dos meses, tiene planes de convertirse en monja. La pregunta que prevalece es si Ángela logrará cumplir su vocación religiosa o si Uzziel interpondrá su camino. ¿Quién prevalecerá en esta contienda: el bien o el mal?
NovelToon tiene autorización de Daniella cantillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 3 Sorpresas de la noche
Uzziel Vannecelli
...****************...
-Después de caminar con Ángela, descubrí el motivo por el que quiere ser monja. Solo está perdiendo el tiempo; su familia ya tiene el boleto VIP al infierno, igual que nosotros. Qué ingenua es. Ella también irá con nosotros; eso me encargaré de hacerlo personalmente. Después de convencerla de que se quede una semana en Italia, será el momento perfecto para conquistarla. Por eso la invité a ir al camping; a ella le gusta mucho la naturaleza. Debo interpretar un personaje romántico y amoroso, ya que eso es lo que les gusta a las mujeres. Regresamos a la mansión. Hoy, todos los nietos se quedarán en la casa de la abuela, por lo que me quedaré también. Sin embargo, esto me irrita, ya que no me agrada estar rodeado de tanta gente, especialmente de aquellos que considero demonios; espero que no hagan ningún tipo de alboroto. Después de que la fiesta concluyó, Ángela ya se encontraba en la habitación con su hermana y mi prima Loto, mientras que los Demonios estaban en otra habitación y el resto de los primos en distintas áreas de la casa. Salgo de la mansión cerca de la medianoche para contemplar la luna mientras enciendo un cigarrillo. Al fumar, siento la presencia de Bruno a mi lado, quien me pregunta- ¿Cómo te fue con tu monjita?.
-Le respondo- Bien.
-Él comenta- Perdiste, Ángela. Ahora que será monja, ya no tienes oportunidad.
-A lo que le replico- ¿Perder? ¿Acaso un Vannecelli ha perdido alguna vez? Yo nunca pierdo; conquistarla será un desafío más que estoy decidido a afrontar.
-Lo escucho reír y dice-, ¿de verdad crees que tendrás una oportunidad con ella? Ella va a ser monja, no creo que sea como las demás mujeres que se dejan conquistar. En nuestra conversación, es evidente que está muy segura de su vocación.
-Me giro hacia él, mientras exhalo el humo en su rostro, y le digo- Al final del día, ella es una mujer, y todas las mujeres suelen sentirse atraídas por palabras bonitas y gestos cariñosos. Estoy convencido de que sucumbirá a ese tipo de atención, o dejaré de llamarme Uzziel Vannecelli. ¿Realmente crees que soy como aquellos que alternan entre tú y tu caprichosa?
-Él, alzando los ojos en un gesto de irritación, responde- Eso es distinto, conoces la razón de mi actitud hacia Cataleya.
-A lo que le replico- Si continúas por ese camino, ella se cansará y buscará la compañía de otro hombre.
Observo cómo se tensa, apretando su mano. Su rostro refleja una notable irritación; incluso se marca una vena en su frente. Con un tono de rabia, afirma- Ella nunca estará con otro hombre, te lo aseguro. Cualquiera que intente conquistala estará muerto al amanecer; encontrará su cuerpo bajo un puente.
- Le respondo, mientras ruedo los ojos- Sí, como te ocurrió con ese desafortunado infeliz. Al final, es tu problema. Ya tengo sueño; hablaremos mañana.
-Al entrar a la mansión, me encontré con Cataleya en el jardín, quien me preguntó- Hola, Uzziel, ¿has visto a Bruno?
- Le respondí- se encuentra en el jardín.
- Tras despedirse, se dirigió hacia allí, donde ambos suelen jugar al gato y al ratón. Entiendo la perspectiva de Bruno hacia Cataleya, ya que ella es una mujer bastante caprichosa y, a su vez, él siente un amor profundo por ella, quien podría percibirlo simplemente como un capricho más. Continué subiendo las escaleras y pasé junto a la habitación donde se encontraba Gabriela. Escuché unos ruidos que me llamaron la atención, así que me acerqué a la puerta. Al acercarme, empecé a escuchar unos gemidos. Al abrir la puerta, vi a Gabriela sentada en una mesa besándose con Salvatore. Al notar mi presencia, ellos se separaron y Gabriela se levantó rápidamente para ponerse la blusa.
Me miró y me dijo- Uzziel, no es lo que parece.