Tenia un matrimonio "feliz", pero mi vida y todo lo que me rodeaba se fue de cabeza al conocer a Salvatore, una historia de amor, pasión desbordante, deseos reprimidos, conocí el cielo y también el infierno al despertar de mi realidad.
NovelToon tiene autorización de ninecita para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El imponente
Salvatore capone
Escucho un poco más, ahora que la tenía más cerca, podía detallarla, sus labios rosados y carnosos, los cuales se mordía ligeramente, sus ojos rasgados y algunas pecas en su nariz, está mujer es hermosa, su voz dulce a pesar de que parecía molesta, me tenía que ir, no quería ni imaginar que pudiera hacerle a esta mujer…
Georgina Romano
Terminaba de hablar con papá, no sé ha tomado bien sus medicinas, su cuidadora me había llamado para ponerme algunas quejas, esto me preocupa
- ¿Gio?- me llama Priscila, venía con un hombre, supongo que es Rocco
- Hola, aquí estoy - respondo mientras guardo el teléfono en mi bolsillo
- Mira cariño, ella es mi amiga Georgina Romano, es una excelente artista - dice orgullosa Priscila
Este hombre me sonríe, puedo decir que emana una energía muy poderosa, sus ojos grises se enfoca intensamente en mí, extiende su mano y me la ofrece, yo me quedo como hipnotizada sin poder mover y decir nada.
- ¿Gio?- me llama Priscila
- ¿Sí?- por fin respondo
- Soy Rocco, un placer- dice divertido
Sin duda este hombre sabe el efecto que produce en las mujeres
- Lo sé es demasiado sexy- sonríe Priscila
Debo parecer una idiota colegiala, sonrío mientras me muerdo ligeramente el labio, observo a Rocco como no deja de mirarme, se aclara la garganta y sonríe.
- ¿Qué tipo de artista eres ?- pregunta Rocco
- Me gusta dibujar- respondo
- Interesante, apoyo el arte, mándame la galería que tengas, estoy dispuesto a comprar todo- dice despreocupado
- Oh! bueno, realmente aún no vendo mis cuadros- digo tímida
- Pero claro que te haremos llegar esa galería, ella tiene un portafolio hermoso- interrumpe Priscila mientras me mira con ojos fuego
- Lo esperaré ansioso- dice Rocco sin quitarme los ojos de encima
- Vamos a conocer tu casa querido, estoy ansiosa por conocerla- interrumpe Priscila
Rocco sonríe y le extiende una mano a Priscila, está la toma emocionada, no sé porque presiento que aquí sobro yo.
- Vayan ustedes, prefiero quedarme aquí, si no le molesta señor Rocco- digo intentando darle a ellos un espacio
- Queda en su casa Gio, puede merodear tranquilamente- dice con una sonrisa y se marchan
Yo suelto el aire retenido, este hombre es intenso, ahora comprendo a Priscila y su fascinación por él, me intimidaba, mi teléfono suena y me saca de mis pensamientos, observo la pantalla, Daniel, reconozco que me pone nerviosa
- ¿Sí?- contesto tranquilamente
- ¿Qué haces?- pregunta
- Pintando, ¿Qué tal la reunión?- pregunto
- Todo bien, quiero llegar rápidamente al hotel para dormir, sabes que esto me agota- responde con un gran bostezo
- ¿Me extrañas?- pregunto
- Sabes que sí- dice quitándome importancia
Escucho una voz femenina al fondo de la llamada
- ¿Con quién estás?- pregunto curiosa
- Una empleada, debo irme, un beso- dice Daniel y no me da tiempo de contestar
Enserió me corto así, dentro de mí entran unos celos que no puedo explicar, yo misma me respondía, él trabajaba con hombres y mujeres, suelto el aire y puedo observar un cuadro a lo lejos, llama especialmente mi atención y sin darme cuenta iba caminando hacia allá, olvidando la conversación con Daniel.
Los jadeos de Priscila se podían escuchar desde aquí, sonrío y me alegro por ella, vuelvo mi mirada al cuadro, era Rocco y otro hombre, eran muy similares, con excepción de que Rocco era calvo y este tenía mucho cabello, unas ondas más rubias que otras y algunos tatuajes a la vista, su mirada gris era aún más intensa que la de Rocco, un adonis dije en voz alta, lo dije sin pensar
- ¿Te gusta?- me sorprende una voz que hizo mi cuerpo estremecer, me negaba a mirar, pero me gire asustada
Era él, el hombre que acompañaba a Rocco en la foto, sus ojos grises mirándome fijamente con atención, su cabello algo despeinado que lo hacía ver extremadamente sexy, media casi dos metros y exageradamente elegante.
- El pintor definitivamente sabe lo que hace - respondí en un hilo de voz
- Lo es, el mejor de Mónaco- me mira intensamente
- Bueno tal vez yo hubiese mezclado algo de óleo dorado para darle unos toques a su cabello- digo despreocupada
Este hombre me mira divertido, se cruza de brazos y sube una ceja, que lo hace ver interesado
- Tienes razón, pensé lo mismo- dice divertido
Yo correspondo a esto y él me entiende la mano
- Soy Salvatore, un placer- se presenta
Me sobresalto, su mano era gigante y su colonia entraba por mis fosas, lo observo directamente a los ojos y tomó su mano
-Soy Gio, amiga de Priscila que es amiga de... interrumpe mi presentación
- Supongo que los jadeos son de mi hermano y tu amiga Priscila- señala Salvatore con el dedo hacia arriba
Yo sonrío por el comentario.
- ¿Desea algo de tomar o comer?- pregunta Salvatore
- Bueno, alguna soda fría, el calor es infernal- respondo
- Tiene razón- sonríe y me invita a que lo siga
Yo como una idiota lo sigo sin dudar, verlo caminar con imponente andar, era fascinante, podía apreciar su cuerpo trabajado, horas de gimnasio sin duda, su paso firme
- ¿Qué estoy pensando?- digo en murmullos
Este se detiene abruptamente y yo chocó con su espalda sin poder detenerlo, mi rostro se encendió de vergüenza y mordí mi labio inconsciente
- Lo siento, yo suelo ser torpe- me disculpo tímida
Salvatore se gira y me ofrece una sonrisa que para mi gusto, ¿Sexy, perversa?, no lo descifro; se acerca a mi y puedo sentir su aura imponente pone su dedo en mi labio y me lleva hasta la pared, yo era minúscula en sus manos
- ¿Dijiste algo?- me susurra en el oído
Podía sentir su aliento mentolado, pero caliente, haciéndome estremecer desde mis cabellos hasta la punta de mis pies, Dios mío que era esto, soy una mujer casada, como me veo en esta situación
- No señor- respondo tímida
Al escucharme, Salvatore me agarra suavemente del cuello y acerca su pecho hacia mí, susurra nuevamente
- Voglio divorarti- me dice con una voz ronca
No entendía nada, me sentía caliente, mis piernas apenas se sostenía, pongo mis manos en las de él tratando de quitarlas de mi cuello
- ¿Qué haces?- pregunto suavemente
Este roza su nariz con la mía y me sonríe
- Probablemente, algo que necesitas más que yo- me responde divertido y se aleja inmediatamente
Suelto el aire acumulado, ¿Porqué se alejó?, que estoy pensando, nunca nadie me hacía dudar así.
Tienes q alejarte lo más lejos posible