Prólogo

Mis queridos lectores, un gusto saludarlos después de tanto tiempo, volví a escribir para ustedes, esta es una historia bellísima que venía trabajando hace algún tiempo, es hora de plasmarla, espero les guste y disfruten de esta maravillosa novela.

Para los que se pregunten por el final del vientre de Manccini, ya la estoy terminando, estén pendientes.

Con amor Ninecita.......

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Si me hubiesen dicho dos años atrás que mí vida iba a vivir de la manera más intensa que se pueda vivir, diría que (están locos), jamás hubiera imaginado, que yo tomaría las decisiones que tomé y me enfrente a lo impensable, pero pensándolo bien, lo volvería hacer, Si?, ¿por qué no?, porque no vivir el amor más tóxico y dulce que viví, un amor que tocó todas las vibras de mí, alma, me enseñó a sentir y a apreciar una caricia, a volverme loca de deseo descomunal, amo, amo con todo lo que queda de mi a ........

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-Señora Romano, su amiga Priscila la espera en la sala-me informa Magda el ama de llaves de mi casaa

Solté el pincel con el que elaboraba un cuadro, mi imaginación se puso en pausa por un momento.

-¿Priscila?- pregunto con duda

- Sí, Priscila- confirma Magda

- Sé ve bien?- pregunto nuevamente

- Perfectamente- sonríe Magda

Me levanto y salgo de mi pequeña habitación donde dibujo, me observó en el espejo y tenía algo de pintura en mi cara y cabello, lo quito con mi delantal, y salgo al encuentro con Priscila.

Ella es mi gran amiga de la universidad, de hace muchos años, estudiamos arte, pero poco después ella se fue por el diseño y yo me quedé con mis pinceles y pintura, no sé cómo describir el amor al arte, es como transportarse a otro mundo a soñar, puedo pasar horas y horas sentada frente a mi caballete y no aburrirme.

-Por fin llegas Gio, pensé que no querías recibirme- reclama cascarrabias Priscila

- Sigues siendo igual de dulce, tal como te recuerdo- sonrío mientras le doy un fuerte abrazo a mi amiga

Ella también corresponde a esto y me abraza más fuerte

- ¿Cuándo llegaste?- pregunto curiosa, mientras tomamos asiento

- Acabo de aterrizar, no te imaginas todo lo que tengo para contarte, ¿Magda?- interrumpe nuestra conversación

- ¿Señora?- viene rápidamente Magda

- En esta casa tiene la cava de vinos más costosa de la ciudad y como es posible que deba esperar más tiempo para un delicioso vino tinto- reclama Priscila

Magda me observa,esperando que dijera algo,mientras yo sonreía divertida

- Magda por favor, trae una botella de Screaming Eagle Cabernet y dos copas- le pido

- Y una tabla de quesos, me encanta el holandés, mucho de ese por fisss - junta las manos Priscila

Magda nos sonríe y sale del lugar

- La pregunta del millón, ¿Hasta qué horas puedo estar aquí?, no quisiera encontrarme con tu esposo- me pregunta molesta Priscila

- Lo dices después de que pedimos una botella de vino y una tabla de quesos, vamos a estar muy ebrias para cuando Daniel regrese- contesto con sarcasmo

- ¿Está de viaje, cierto?- me analiza Priscila después de notar mi sarcasmo, ella me conocía mejor que cualquiera

- Sicilia, tres días, prometió recompensarme luego- suspiro resignada

- ¿Y tú que estás esperando?, no puedes seguir aquí en casa dedicada a ese idiota, encerrada pintando de noche y de día en el estudio, Gio, aún eres joven y tienes un futuro brillante- me reclama molesta Priscila

Ella tenía razón, después de 3 años de matrimonio con el gran empresario Daniel Romano, renuncie a mis sueños, a mi vida, en retrospectiva, tenía una vida perfecta antes de conocerlo, trabaja en la galería más prestigiosa de la ciudad, tenía amigos y amigas maravillosas, un buen empleo y ahora, tenía todo, pero había perdido lo más importante, la libertad, me sentía presa en mi casa, sola, mi padre vivía en una pequeña granja y poco lo veía, mi madre había fallecido, así que mi círculo era pequeño.

- ¿Gio?- me llama Priscila, me había perdido un momento de donde estaba, recordaba mi vida antes de..

-¿Sí?- contesto sin ánimos

- No permitas que Daniel termine con lo poco que queda de ti- toca mi mano dulcemente

- Aquí está lo que pidieron las señoras, espero disfruten, agregue algo de fruta- dice orgullosa Magda

A Priscila se le iluminan los ojos al ver el festín que tenía por delante

- Gracias Magda, todo está perfecto- le sonrió

Priscila se anima y se mete un trozo de queso mientras comienza a abrir la botella con mucho cuidado, sonríe ampliamente, yo agarro las dos copas listas para recibir el líquido costoso y fino.

- Vamos a brindar por nuestra amistad y porque cambies de vida- dice Priscila mientras choca su copa con la mía

- Sonrió con melancolía y tomó un pequeño sorbo del vino tinto, siento la sensación de notas dulces y ácidas por mi garganta y el sabor amaderado, que mezcla más satisfactoria

- Esto es casi igual que delicioso a un orgasmo- suelta risueña Priscila

Era imposible no reírme de sus ocurrencias

- Conocí un hombre guapísimo, me invito a Mónaco, el mejor sexo de mi vida, deberías acompañarme a visitarlo, es rico- me informa Priscila

- Estás Loca, sabes que no puedo, no le gustará a Daniel que vaya de viaje contigo- Sonrió asustada

- Podemos irnos hoy y volver antes de que llegue Daniel, no se dará cuenta- me entusiasma Priscila

- Cómo si fuera fácil salir del radar de Daniel- digo sarcásticamente

- No estás presa ni tampoco tienes que darle explicaciones si vas al supermercado, oye!! vamos de viaje a Mónaco, nada malo va a pasar- insiste Priscila

No sé si es por el efecto del vino, pero por primera vez quería vivir algo nuevo, me ilusionaba la idea de ir a un corto viaje, podía ayudarme a inspirarme para una pintura, respirar otros aires.

- ¿Qué puedo decirle a Daniel?- pregunto preocupada

- Nada, solo que saldrás por ahí, si inventas algo más, va a parecer sospechoso- me aconseja

Tomó el teléfono con duda, pero quería hacer ese viaje, mi corazón latía fuerte, Daniel me conocía perfectamente y sabría si le estoy mintiendo, desisto de llamarlo

- Iré a hacer mi maleta, no tardo- digo decidida mientras agarro mi copa, vierto más vino y salgo para mi habitación a organizarme.

- Esa es mi amiga Giogina, la arriesgada que recuerdo- sonríe ampliamente Priscila.

Ese viaje fue el mejor de mi vida ......

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