Emily es la hija del Alfa de la manada Luna gris, del reino Silver Moon, uno de los cinco reinos que rigen en el mundo. Su vida ha sido la de una esclava. Cuando nació, su madre murió, y su padre, el Alfa Mauro, la culpó por ello y jamás la aceptó como su hija.
Durante la cumbre del Reino Silver Moon, es atrapada por el enemigo y llevada a un lugar desconocido. Allí, conoce a un hombre con una presión autoritaria que la hace temblar, sin imaginarse que él se convertirá en su pareja destinada.
Draven es el Rey Alfa del reino Shadow Moon, un reino enemigo de Silver Moon. Es un rey audaz que gobierna con rigidez, y nadie se atreve a traicionarlo, ya que quienes lo hacen sufren la peor de las muertes.
Ahora que la ha encontrado, no dejará que se la arrebaten. Emily es suya, la única con la que será un dócil y obediente cachorro. Quienes se atrevan a querer quitársela sufrirán su ira.
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Draven es mío y yo soy de él
El aroma a menta y manzana dulce, seguía inquietando a Emily, pero ella hacía todo para ignorarlo, no quería ni siquiera encontrarse con él, solo quería estar con Draven, a él lo amaba, solo él era su pareja destinada.
Draven estaba con ella, aun no habían hecho la presentación formal de Gina, por lo que no había sido necesario apartarse de ella, pero lo sabía, habría un momento en el que tendría que hacerlo.
- ¿Estás bien? – Preguntó, ella mantenía su mirada en él y podía notar que algo le pasaba- Pequeña…- Susurro a su oído, las sospechas crecían en él, pero solo quería escucharlo de ella.
- Está cerca- Susurró, se refería a su pareja destinada, ese aroma estaba cada vez más cerca.
Draven empezó a recorrer el lugar con la mirada, había tantos invitados, tantos hombres, ubicó a los reyes, ellos estaban en diferentes áreas, pero extrañamente los rodeaban a ellos dos, quienes se encontraban en el centro de todo.
Emily suspiró, ver la tristeza en el rostro de Draven no le agradaba, no quería decirle, pero también se sentía mal ocultándole la verdad, aspiro fuertemente cerca de su torso, el único aroma que ella quería sentir en esos momentos era el de él.
La ceremonia dio inicio, la música se detuvo todos los presentes se reunieron quedando frente al trono del rey, finalmente presentarían a la Reina de Silver Moon, Gina. Jaxen salió primero, detrás le seguía Gina, con un vestido de sofisticada estructura de dos piezas: una silueta tipo sirena de encaje bordado que se ajusta a su cuerpo y una sobrefalda de satén que aporta volumen y drama, con un escote corazón profundo sin tirantes, corse decorado con aplicaciones florales y pedrería que se extienden delicadamente hacia la falda, su cabello sujetado a un elegante moño, unos pendientes largos de diamante, se veía majestuosa, radiante, el color plateado le quedaba perfectamente.
- Es bonita – Susurro Emily, no pudo evitar verla, Gina siempre había sido hermosa, parecía de la realeza, bueno ahora lo era.
- Tu eres sexy y hermosa – susurro Draven inclinándose a su oído para susurrarle.
Emily giro su mirada a él.
- Muero por quitarte ese vestido – Agregó.
- ¿No me follaras con él? Lo elegí especialmente para eso – Dijo y mordió su labio inferior.
Draven arqueo las cejas de manera divertida y coqueta, miró a los lados, todos estaban concentrados en la presentación de la reina de Silver Moon, pero él, solo estaba concentrado en ella, aquel vestido que eligió la hacía verse más hermosa, sexy, elegante, de un tono champán rosado, destacando por su diseño tipo sirena con una capa integrada que nace de los hombros, adornado con encaje floral y bordados en relieve que se extienden desde el escote en V profundo hasta la parte superior de la falda la cual fluye en suaves pliegues de tul que aportan movimiento, las mangas son largas tipo capa, añadiendo ese toque majestuoso.
Emily miró a todos arrodillarse ante la presentación de Gina, levantó su mirada, pero en lugar que el Rey se arrodillara ante ella, era Gina quien lo hacía ante él, si ahora era reina, pero sobre ella, estaba el Rey, el máximo poder del Reino. Dirigió su mirada a Draven, si ella llegara a ser presentada como reina, también debía hacer lo mismo ¿no? Si así era lo haría gustosa, pues ella amaba a Draven y a su lado siempre quería estar.
Su mirada se desvió hacía el otro extremo del salón, su cuerpo se tensó, ahí estaba él, Alfa Mauro, su padre, en compañía de Luna Liliana, y la familia Beta, Charles, Sofía y su hijo Aldo.
- ¿Amor? – La llamó.
Emily levantó su mirada de inmediato a él, no pudo ocultar su miedo, su tristeza, Draven giro su mirada hacía donde ella la tuvo hace unos segundos, claro que lo reconoció, Liam y Karim se habían encargado de obtener imágenes de él y esa mujer que también le causó daño, pero ahora ellos mantenían sus miradas abajo reverenciando a la Reina de Silver Moon.
Draven sintió una mirada sobre él, era aquel joven beta que lo miraba con tanto coraje, ¿por qué? Ni siquiera lo conocía, tampoco quería hacerlo, pero podía percibir el odio en su mirada hacia él, pero por un breve instante, la mirada de ese joven se desvió a Emily, se suavizó, mostrando ternura, ¿amor? No pudo evitarlo, sintió rabia ante esa mirada que le dedicaba a su pequeña hembra, ¿Quién se creía para verla así?
- ¿Draven? – Lo llamó en voz baja, pero él seguía sin dirigirle la mirada.
Cuando Emily volvía su mirada hacía Alfa Mauro y los demás, antes de encontrarse con la mirada de Aldo, Draven de inmediato la tomó de la barbilla para unir sus labios en un tierno y fogoso beso, abriéndose paso a su lengua para explorar la boca de ella. Emily se sorprendió al principio, pero no tardo en responder a la intensidad del beso.
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La ceremonia seguía su curso, después de la presentación de Gina, ella recorría el lugar del brazo del Rey Jaxen, aunque conociendo a sus invitados más importantes. Emily y Draven trataban de permanecer alejados, aunque no era del todo posible, pues el lugar estaba repleto, ella mantenía su mirada fija en Draven la mayor parte del tiempo, cuando tenía que ver a otro lado, por ningún motivo miraba a nadie a los ojos, ni hombres ni mujeres.
- Draven, debemos reunirnos – Llegó Alistair en compañía de Miranda.
Emily bajo su mirada, era uno de los reyes, no quería ni siquiera verlo. Alistair sonrió, la había observado todo ese tiempo y ella se estaba esforzando demasiado, realmente quería permanecer solo con Draven, así que eso lo alentaba más a ayudarlos a que así fuera.
- Miranda se quedará con ella, mantendrá su enlace activo conmigo y que el Gamma mantenga el suyo contigo – Dijo señalando al Karim quien estaba a unos pasos de ellos.
- Ve, estaré bien – Susurro Emily, aunque ella tampoco quería alejarse de él, pero entendía que tenía que cumplir sus deberes.
- Okey, volveré pronto – Dijo y le dio un beso en la frente.
- Cualquier cosa me informas – Alistair miró a Miranda y después le dio un beso en los labios
Draven dirigió su mirada a Karim, no había necesidad de dar su orden, pues el Gamma ya sabía cual era.
- ¿Cómo te sientes? – Preguntó Miranda una vez que quedo a solas con Emily.
- Bien – susurro manteniendo su mirada baja.
Miranda sonrió con nostalgia, ella era demasiado tierna y podía ver el miedo en su rostro.
- no importa si el vínculo entre ustedes es falso, si lo amas, podrán superar cualquier obstáculo – Comentó Miranda tomando su mano.
Emily asintió, levantó su mirada para encontrarse con los ojos de aquella reina, era demasiado amable y agradecía que estuviera ahí para apoyarla.
- Emily – La llamaron
El corazón de Emily empezó a martillar, el aroma a menta y manzana dulce era tan intenso que hacía que su cuerpo se sintiera embriagado, apretó sus ojos con fuerza, controlando todo su ser, esa voz la conocía, pero, ¿por qué su aroma era así? Nunca antes lo había percibido. Noah estaba inquieta, no por verlo, más bien por huir, ella tampoco quería aquella pareja, aulló con tristeza, esperando que Draven regresara, ella quería conocer a su Lycan, estar con él, solo con él. Noah estaba dispuesta a sufrir el rechazo de su destinado, por continuar al lado del Lycan Oscuro.
Suspiró y levantó su mirada para encontrarse con él, el hijo del Beta de la manada Luna Gris, él había sido de los pocos que jamás la trato mal, siempre trato de conversar con ella, ser su amigo.
- Aldo – Susurró con su voz quebrada, Noah en su mente decía esa pareja con tanta tristeza.
- Pareja-
Pero Emily no la diría en voz alta frente a Aldo, ella ya tenía a su pareja, era Draven.
- ¿Podemos hablar? – Preguntó con una sonrisa nerviosa, el lobo de Aldo estaba emocionado, finalmente tenía a su pareja frente a ella.
- ¿Lo conoces? – Preguntó Miranda manteniendo una sonrisa.
- Si – Respondió Emily, giro su mirada hacia Karim, él estaba alerta, no dejaría que ella se fuera a solas con él. – Te veo en el jardín – Susurro Emily tan bajo solo para que Aldo escuchara.
Tomó la mano de Miranda para que la acompañara al tocador, el único lugar donde Karim no entraría, ahí tenía que pedirle la ayuda a ella para poder ir a hablar con Aldo, tenía que rechazarlo, no tenía opción, aunque no era una persona mala, él siempre estuvo ahí como un amigo, conversando con ella, tratándola tan amable.
- ¿Qué pasa Emily? – Preguntó Miranda una vez que entraron al tocador.
- Es él – Susurró con su cuerpo tembloroso.
- ¿Ese chico? Ay, Emily, debemos avisarle a tu rey – Dijo preparándose para informarle a Alistair.
- No – La detuvo- Tengo que ir, rechazarlo – Susurro temerosa.
Miranda entrecerró la mirada, sería difícil que ella lo rechazara, el vínculo era tan fuerte, que ella estando a solas con aquel chico podría flaquear y rendirse a él.
- Si no lo hago, no podré estar con Draven, no seré digna de ser su pareja, su reina – Susurró con su voz entrecortada.
Miranda tomó sus manos, sabía que ayudarla podría ocasionarles problemas si las cosas no resultaban como Emily planeaba, pero no podía negarse, ella tenía razón necesitaba enfrentarse a su destino para poder estar con Draven.
- El Gamma no tardara en entrar, así que date prisa – La encamino hasta la ventana y la abrió – Suerte – Susurró.
Emily asintió, con el corazón latiendo a mil salió de la ventana para encontrarse con Aldo, su pareja destinada, si, podía sentir el vínculo, era tan real, tan igual cuando se encontró con Draven, pero había una diferencia, ella ya amaba a Draven.
- Noah, ¿Podrás resistirlo? – Preguntó mientras caminaba por el oscuro jardín, la brisa golpeo su cuerpo con suavidad, se abrazó a sí misma.
- Hazlo, y volvamos con nuestro macho – Susurro Noah, a pesar de su decisión estaba triste, el romper el vínculo sería doloroso para ambos, pero no había opción, Draven fue el primero que les demostró amor, que las protegió, que les dio el lugar que ambas se merecen.
Emily llegó finalmente frente a Aldo, él había llegado tan ansioso, no paraba de mirarla de pies a cabeza, se veía tan diferente, hermosa, sexy.
- ¿Tu loba despertó? – Preguntó con una sonrisa en sus labios.
- Si, el día de la cumbre – Respondió, mantenía su distancia de él, trataba de no aspirar su embriagante aroma.
- Entonces, ¿Ya te lo dijo? – Dio un paso a ella, pero Emily retrocedió- ¿Qué pasa? – Preguntó.
- ¿Lo sabías? – Preguntó, apretando sus puños.
- Si, mi lobo te reconoció en cuanto despertó…- Respondió con una gran sonrisa.
Emily suspiró y bajo la mirada, Aldo era tres años mayor que ella, por lo que cuando su lobo despertó, ella era menor de edad, pero, ¿por qué calló? ¿Por qué no lo dijo de inmediato? Ni siquiera cuando ella cumplió la mayoría de edad se lo dijo, se mantuvo callado, observando todo lo que ella sufría, él era consciente del maltrato que sufría por parte de Alfa Mauro, de Gina, de Luna Liliana, y aun así no hizo nada.
- Emily – Aldo se acercó más a ella. – Dime, solo dime que ese rey te tiene contra tu voluntad a su lado, si es así, hablare con Alfa Mauro, con Gina, ahora ella es reina, ella podrá hacer que te quedes aquí – Comentó.
Emily levantó su mirada, él estaba a un paso de distancia, ¿Qué estaba diciendo? Sonrió.
- Volverás a la manada luna gris, como mi pareja…- Dijo tomando sus manos.
Emily se apartó de inmediato, el toque entre ellos hacía que el vinculo fuera fuerte, pero ella no quería eso.
- ¿Te ha hecho algo? Ese rey Oscuro ¿Te tocó? – Preguntó mirándola de pies a cabeza.
Emily empezó a reír.
- Si, me folla todas las noches – Lo miró, en sus labios no se desvanecía su sonrisa.
Aldo frunció el ceño ante su respuesta, apretó sus puños con coraje.
- Bueno, no solo las noches, también las mañanas, tardes…- Encogió sus hombros- Las veces que quiera…-
- Es un miserable…
- Y las veces que yo quiera, que yo se lo pida, él me complace – Lo interrumpió.
- ¿Qué? No es posible, no puede ser... ¿por qué lo permites? Él no es tu pareja…- Se acercó de nuevo a ella.
- ¡Lo es! Draven es mío y yo soy de él – Volvió a interrumpirlo.
Aldo fijo su mirada en su cuello, ella estaba marcada, llevaba la marca de aquel rey Oscuro, se había atrevido a marcar a alguien que no le pertenecía.
- Emily, te ha manipulado, no sabes lo que pasa- Se acercó de nuevo a ella y la rodeó de la cintura – Yo soy tu pareja destinada, mi lobo te reconoció desde el primer momento en que te vio…tu loba también me reconoció. No lo niegues – Susurró inclinando su rostro al de ella.
Emily trataba de resistirse al vínculo, pero era difícil, sentir su aroma, su tacto, su calor, hacía que su cuerpo se debilitara ante él.
- Descuida, me encargare de borrar todo rastro de él, serás mía, Emily - Se inclino lentamente intentando encontrarse con los labios de ella.
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Draven estaba en el gran salón, frente a la ventana que daba el jardín, sintió un desgarrador dolor en su corazón al verla, a ella, a su pequeña y dulce hembra en brazos de aquel hombre, ella no se resistía, su lycan estaba furioso, pero también destrozado al sentir que perdía a su hembra.