La Hija Fea

Robert se despide de su padre, viajaron juntos a la capital, Pero el se debe quedar para apoyar en lo que el emperador está lejos.

-Cuidate, se más listo.

-Claro, además viajare con alguien interesante.

Robert señalaba a Zafiro.

-Calmate, ella es un capitán, no es alguien fácil de engañar, además si es plebeya solo tiene instrucción militar.

-Habría algo de malo?

-No en realidad no, las rosas son fuertes e inteligentes, solo no le compliques la vida, muchas son huérfanas o han tenido una vida difícil.

-Padre tampoco soy tan malo, no le haría daño a alguien bueno.

-Entonces controlarte por favor.

El marqués sale a todo galope con sus caballeros, el va con los suyos con los demás, el se descubre el rostro y va junto a zafiro.

-Zafiro, dónde pararemos a comer.

-En tres horas llegaremos al lugar donde comeremos y también dormiremos.

-Bien, entonces...

Robert no pudo seguir hablando pues ella salió a todo galope.

-En definitiva que grosera.

Al llegar al lugar ya los esperaban, Zafiro organiza las guardias, ve a Robert que llega con sus guardias.

-Excelencia su tienda está ahí -Le señala-

-No es necesario, sé acampar.

-Si no la quiere entonces la usaré yo.

Ella se daba la vuelta y él la detiene del brazo.

-Espera, era tu tienda y pensabas dármela.

-Si, no sabía que usted viajaría con nosotros, de todos aquí usted es el único noble.

-Pues no es necesario, ve a descansar.

-Gracias excelencia.

-No me digas así, solo dime Robert.

-No, prefiero que no.

-Que?

Zafiro se va, a decir verdad está muy cansada y solo toma un baño y se duerme.

Robert está frente a la fogata pensando como romper el compromiso, difícil no es Pero esto no se quedará así.

-Ese par me las va a pagar.

-Joven quiere otra manta.

-No, estoy bien, jaja hubiera aceptado la tienda.

-Si hace frío.

-Al menos me hubiera invitado.

-Jaja joven, usted no cambia, como cree que ella lo va a invitar a su tienda

-Puedo intentar.

-Si lo hace saldrá volando, Zafiro es muy fuerte.

-Bueno entonces aquí me quedaré.

Zafiro solo ordena que lo atiendan en lo que ella descansa, en la mayor parte del camino tienen que acampar, solo en algunos lugares les dan hospedaje y pueden dormir en literas, este día hay una posada disponible.

-Marqués, ya está su habitación lista, tenga la llave.

-Y tú?

-Ya está la mía que tenga buena noche.

-No cenarás?

-Cenare en mi cuarto.

-Entiendo.

Robert recogía sus cosas y ella subía las escaleras, el va detrás de ella, ve que abre su cuarto y es junto al de él.

-Espera...

-Si?

-Cenamos juntos?

-Heee? Claro que no.

-Por que?

-No pienso estar con usted a solas, se de su reputación y si lo que pretende es una aventura no pienso ser una más en su cama.

El solo se acerca a ella y le dice en voz baja.

-No solo puede ser una aventura, sería muy ventajoso para ti.

-Si? ¿En qué? ¿En ser su amante? No gracias, por favor no me moleste, si usted está acostumbrado a eso no es mi problema, además debería respetar su compromiso.

Ella lo aleja con sus manos y entra a su cuarto, dónde su cena ya estaba lista.

-Este hombre es un fastidio, ya quiero llegar para no volverlo a ver, como estarán mis niños.

Ella se cambia y duerme un poco al día siguiente continúan, Robert solo la ve de lejos y observa que hace muy bien su trabajo.

-Deja de verla así.

-Heee?

-No puedo evitarlo, tengo curiosidad de ver cómo es.

-Jaja, vamos solo un par de días y estamos en la capital.

-Si debo ir a casa, el trabajo se lo deje aún socio de mi padre pero es mucho.

-Pronto tu padre te dejará todo.

-Si, no quiero pero así será.

En el desayuno a Zafiro no le quedó de otra que desayunar con el pues ya lo había pedido y sería grosero rechazar al marqués.

-Marqués buenos días.

-Zafiro buenos días, toma asiento, dime dormiste bien?

-Si, gracias.

-Cuantos años tienes?

-Tengo 20 años.

-Eres noble?

-No, soy plebeya.

-Si claro **Su forma de agarrar los cubiertos dicen otra cosa, está bien sentada, y puso su servilleta en el lugar correcto** bien, ¿de dónde eres?

-Eso por qué lo pregunta.

-Solo por hacer plática, pero si no quieres responder no importa, supongo que Zafiro tampoco es tu nombre.

-Esta en lo correcto.

Ella comía y responde sencillamente las preguntas de Robert, quien solo la observa detalladamente, ella es una mujer con buen cuerpo y unos ojos muy bonitos.

Ambos terminaron su desayuno y ella le agradece su compañía, se retira para organizar a los caballeros.

-Te fue bien?

-No se, ella casi no dice nada.

-Entonces no vamos.

-Si -Empieza a reir-

-De que te ries?

-No le gustan las papas, no se comió ninguna.

Así continúa y por fin la gran capital se ve, él se separa y va al palacio, ahí está dos días y sale hacia el puerto, no sin antes buscar a Zafiro.

-Como que no está?

-Su misión término, fue a casa.

-De dónde es?

-Esa información no está disponible

-Bueno, gracias

-Rayos! Ella pertenece al ejército del este, lo más probable es que sea de ahí.

Él solo toma su caballo y se va, ahora viaja con sus caballeros y solo se detienen por corto tiempo, él debe llegar para planear su venganza aunque no sabe cómo.

-Hija cuando llegaste?

-Padre buen día, llegué en la madrugada, no quise despertarlos.

-Y tu madre?

-Fue con mi hermana al puerto.

-Por que no fuiste.

-Estoy un poco cansada, cabalgue toda la noche.

-Que buen tenerte aquí, Eleonor me gustaría que salieras más con tu hermana, sé que has entrenado mucho, pero quiero que seas feliz, que tengas una familia.

-Padre, mi madre casi se muere cuando decidí entrenar, ella me llenará de vestidos y joyas no quiero.

El padre de Eleonor es un conde que la quiere mucho, él es socio de los Bennett, los pocos que quedaron desde los padres del anterior duque, la mayoría se alejo tras el escándalo hace años.

-Hija, lo del accidente paso hace años, se que ver morir a tu caballero fue difícil, pero era su deber protegerlas, debes darte la oportunidad de tener tu propia familia.

-Es tan malo no tenerla, me gusta lo que hago, y cuando vengo aquí me gusta ir a dar clases.

-Suspira-Bien, sigue así, solo piénsalo, tal vez cambiando un poco tu vestimenta.

-No, si visto así es precisamente para que nadie me note, te recuerdo que todos me conocen como la hija fea.

-Eleonor! tú no eres fea, tienes los ojos de mi madre, el color de mi cabello, Pero bueno yo solo quiero que seas feliz

-Gracias padre

Su padre fue al puerto a supervisar los embarques, Eleonor también se prepara para salir a dar una vuelta.