Dos corazones y una historia
La felicidad siempre incomoda a quienes son infelices. Un gran amor es interrumpido por la envidia y las intrigas. Ayla guarda secretos del pasado; su corazón insiste en proteger un amor que resiste al tiempo. Yuri, un atleta famoso y riquísimo, no entrega su corazón a ninguna mujer. Ambos se reencuentran años después, pero el orgullo, el dolor, los secretos y los resentimientos... causados por la supuesta traición e injusticia, ¿lograrán superar el amor? Ven conmigo, descubrámoslo juntos.
NovelToon tiene autorización de Vlaucia Campos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 3
Al día siguiente por la mañana
Ayla
Prácticamente no dormí, de tanto que lloré me duele el cuerpo, parece que me hubieran dado una paliza.
Antes una paliza, que semejante mentira.
Me arreglo y bajo a esperar a mi padre en el salón, necesito mucho que me ayude.
Para mi sorpresa, ¡cuando llego al salón están todos esperándome! Es curioso que solo mi padre se levante temprano en esta casa.
Mi padre, mi madrastra o puedo decir mala, muy mala madrastra, con cara de rabia, normal en ella y mi hermana Eleonora con cara de resaca.
- Muy bonito doña Ayla, jamás esperé eso de usted – dice Alfonso serio
- Primero, ¡hola! ¿Y eso qué padre? – pregunta Ayla
- ¡¡¡Esta vergüenza!!! (Tirando el periódico) ¡Pobre de tu padre! ¡De mí! ¡De tu hermana y hasta del chico! - dice Camelia (madrastra) haciéndose la víctima y triste.
Ayla
¡La malévola me tira el periódico y maldita sea!!! ¡Esto es mentira! Mis lágrimas caen sin que lo permita
En la noticia, está diciendo que Yuri, hijo de la pareja de empresarios Laura y Silvio, fue contratado por la Juventus y que todo lo que mi magnífica i*diota hermana inventó, ¡que engaño a Yuri!
- Es mentira papá, escúchame, sé que parece que estoy mintiendo, ¡pero esto es un montaje! ¡Ni siquiera conozco a Pietro! Él es amigo de Eleonora, ni siquiera hablo con él, ¡nunca hablé! Esto es falso – dice Ayla
- ¿De verdad quieres que crea en lo que estás diciendo? ¡Y qué vergüenza culpar a tu hermana! ¡Pobre Eleonora, estaba intentando defenderte y tú intentando culparla! Qué cosa más deprimente hija mía, y... ¿qué son esas fotos Ayla? ¿Me lo dices? – pregunta Alfonso
- Papá, ¡no lo sé! Nunca hice eso, sé que parece que lo hice, pero no lo hice papá, por favor créeme, fue una trampa papá, jamás le haría eso a Yuri, lo amo papá. Fue Eleonora quien trajo esas fotos, no sé dónde las mandó a hacer, porque no son reales – dice Ayla llorando
- Ni se te ocurra creerle Alfonso, ¿no lo ves? ¡Ella miente! Y otra vez queriendo decir que Eleonora es la culpable, ¡pobrecita! Intentó ayudar a Ayla ¡y encima la golpeó! – dice Camelia
- Qué feo Ayla, metiéndote otra vez con tu hermana, ¡como hermana mayor deberías ser el ejemplo y no la vergüenza!
¿Y por qué golpeaste a tu hermana? – pregunta Alfonso
- Déjalo papá, estaba nerviosa, puedo entenderlo – dice Eleonora haciéndose la víctima
- ¿Qué? ¡Yo no la golpeé! Eleonora para con eso, di la verdad, por favor hermana, sabes que nunca hice eso, aunque te lo merecieras, nunca haría eso. Todos saben que no soy así. ¡¡¡Papá!!! Por favor, me conoces, sabes cómo soy, sabes que no soy así – dice Ayla
- ¿No ves la marca en su rostro Ayla? Te crie como a mi hija, estoy muy triste contigo – dice Camelia
- No la golpeé, fue la… - en eso Alfonso la interrumpe
- ¡Basta! ¡El problema aquí eres tú Ayla! ¡Qué vergüenza! ¡Fotos de mi hija besando a un chico que ni siquiera es su novio, esparcidas por toda la ciudad!
Tu difunta madre debe estar revolviéndose en la tumba – dice Alfonso nervioso
- ¡Si ella estuviera aquí! Me escucharía, me creería y (Ayla hablaba llorando y en eso se cae)
Unas horas después
Ayla
Me despierto en el hospital, estoy con un suero y mi padre esperándome, su cara está pésima, que prefiero quedarme en silencio, finjo estar dormida. Sé que ya perdí, eligió de nuevo creerle a Eleonora y a mi querida asquerosa madrastra
Me quedo pensando ¿cómo no lo ve? ¡Eleonora y Camelia están mintiendo! Y siempre fue así, quería a mi madre aquí, ¡cómo quería a mi madre! ¡Las madres deberían ser eternas!
Veo que el suero se está terminando y decido abrir los ojos, mi padre lo percibe y me pregunta cómo estoy, pero de una manera dura, más por obligación que por otra cosa, eso duele mucho, aún más sabiendo que siempre salgo como la equivocada, incluso teniendo razón.
- ¿Qué pasó papá? No me acuerdo de nada – Habla Ayla
- Te desmayaste, pero estás bien, en casa vamos a hablar. Y muy seriamente, no sé qué voy a hacer contigo – dice Alfonso muy frío.
Ayla
En cuanto mi padre termina de hablar, entra la enfermera, habla conmigo, parece ser un encanto, le dice a mi padre, que la doctora que me atendió, ya me dio el alta. Él necesita ir a hacer el pago y después puedo irme a casa.
Mi padre dice que me esperará en la salida, que irá a pagar, solo asiento y la enfermera comienza a quitarme el suero
- No se preocupe, pronto su padre se acostumbra y verá como será un abuelo chocho – dice la enfermera sonriendo
- ¿Cómo? ¿¿¿Abuelo???? – dice Ayla sin entender nada
- Estoy hablando del bebé, de su bebé, mi querida – dice la enfermera
- ¿Mi bebé? La señora debe estar confundiéndose, no tengo ningún bebé – dice Ayla sonriendo
- No mi querida, ¡del bebé que usted está esperando! ¡Y mis felicitaciones! – dice la enfermera ayudándola a levantarse y saliendo
Ayla
¿Qué? ¿Yo?, ¿bebé?.... ¿¿¿Estoy embarazada??? ¡No! ¡Eso no puede ser verdad! ¡No!
Termino de arreglarme y antes de salir, veo que mi padre olvidó unos papeles, cuando los cojo son exámenes, hay varios y uno de ellos es de embarazo.... ¡¡¡Dios mío!!!! No lo creo. ¡Tengo que contárselo a Yuri!
En ese momento, me entró la desesperación y entendí por qué mi padre estaba tan frío. Y en ese momento solo venía a mi cabeza que necesitaba contárselo a Yuri. Él necesita saberlo y ayudarme, ¡lo necesito!
Antes de salir de la habitación le envío un mensaje, pidiéndole por favor que me escuche, que necesito mucho hablar con él, que tengo que contarle algunas cosas y le pido que al menos me escuche.
Espero de corazón que venga, detestaría contárselo por teléfono. Salgo y
- Pensé que no ibas a salir más de este hospital – dice Alfonso impaciente y con rabia
- Disculpa papá - dice Ayla
- Vamos a casa, tenemos que tener una conversación muy seria – dice Alfonso
Yuri
Estoy preparando las maletas para irme a Turín, iría la próxima semana, pero me voy hoy mismo, no quiero quedarme ni un día más en esta ciudad. Además de que mis mejores amigos ya no viven aquí. Decido encender mi celular, hay muchas llamadas de ella y ¡no!
Mi celular recibe un mensaje, pensé que sería de mis amigos, pero era de ella, de Ayla.
Prácticamente me ruega que conversemos y me acuerdo de la pregunta que mi madre me hizo, ¿la escuchó? No respondo nada, pero voy, quiero ver qué tiene que decirme.
Camelia y Eleonora conversando
- ¡¡¡Mamá!!! Él ni puede imaginar que ella está esperando un hijo suyo, ¡imagínate mamá! ¡Y si se hace famosísimo! ¡Ella saldrá ganando! ¡No puede! ¡Ella no puede salirse con la suya mamá! – dice Eleonora con rabia
- ¡Deja de ser tonta! Todos van a pensar que el hijo es de Pietro o de quién sabe quién, acabo de mandarle una solicitud a mi amiga, la misma que hizo las fotos de ella y de Pietro, ¡para que haga de ella con otros! Con unos desconocidos.
Y Yuri solo puede enterarse de este embarazo después de que se vaya, no podemos dejar que se entere antes. Si se entera unos meses después, ¡ni se imaginará que es suyo! – dice Camelia
- ¿Pero cómo vamos a hacer eso? Seguro que Ayla lo buscará o incluso sus padres – dice Eleonora
- De los padres ya me encargo yo, tú encárgate de llamar a Pietro y vigilen a Ayla. Que la sigan por todas partes y si por casualidad se encuentra con Yuri, estarán ustedes e irán diciendo lo que deberían hacer.