SÉPTIMO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Soy hija de unos padres que viven de las apariencias y el egoísmo. Lo único bueno en mi vida es mi hermanita y lo único que busco es extender mis alas recortadas y volar. Conocí al primer amor de mi vida y a los pocos días lloro su partida. No creí que el mundo daría vueltas y me daría una enorme sorpresa. Ahora tendré un hijo y gané un enemigo tan caliente que me enloquece. No sé si lo quiero ahorcar o besar... o ambos.
Soy un cínico, ocultando todo mi tembloroso ser detrás de un muro de prejuicios y unas espinas de desconfianza. Eso es lo primero que aprendí en un mundo donde nadie da la cara por los más indefensos. Hasta que tuve una pequeña familia y una vez más la vida se encargó de arrebatármelos uno por uno. Ahora solo me queda mi ahijado y pelearé por él. No importa lo bella, exquisita y perfecta que sea mi oponente, no perderé mi corazón... o ¿ya lo perdí?
La historia de Lucy y Andy.
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LUCY HACE 5 AÑOS (CAP. 03)
Yo sé que para uds, este es su mundo. Yo solo les pido que me ayuden a ampliarlo, dando esas enseñanzas a quienes no pueden venir tan lejos. Tienen que reconocerlo, llegar aquí no es fácil. Pueden decir todo lo que quieran de lo espiritual que es subir hasta aquí, pero no muchos pueden permitirse viajar en un avión por innumerables horas, para experimentarlo. Solo les pido pensarlo, les pido pensar en esa persona abatida por todo lo contaminado del mundo y que un fin de semana pueda ayudarle a darle màs energía para continuar de la mejor manera anímica. Aprovecharé en hacer la caminata de 3 días con el grupo que acaba de llegar. Los veo al regreso.
Tuve una reunión breve con las cabezas del templo mayor, en Tibet. Quiero que formen parte de mi ultimo proyecto de centros de relajación. Serían la cereza del pastel. Estoy pensando tan intensamente que no me doy cuenta de mi entorno, hasta que choco contra la espalda de un chico. Lo hice tropezar y a duras penas se levanta. Extiendo una mano para ayudarlo, mientras con la otra presiono en mi nariz. Creo que sangraré.
Empiezo a disculparme.
- Lo lamento mucho. No estaba viendo por donde iba. En realidad conozco el sitio como la palma de mi mano y puedo recorrer el lugar a ciegas...
No puedo parar de hablar. Me sorprende lo guapo que es, cabello color rubio cenizo y brillantes ojos verdes. Me gusta, pero a la vez no, ya que no responde a nada de lo que digo. ¿Pensará que sufro de verborrea? Debió darse cuenta de mi expresión transparente mostrando cada vez más fastidio, ya que saca su mano del agarre de la mía y hace lenguaje de señas. En todos mis viajes, descubrí que la comunidad de sordomudos tienen fuertes conexiones y abren muchas puertas. Fue imperativo aprender y me sirvió, ya que puedo entender completamente al extraño hombre.
^ No te preocupes. Lo único que lamento es que te hayas lastimado la nariz. ¿Deseas que le eche un vistazo?
Yo solo asiento y él toma mis mejillas. Estando tan cerca puedo notar que sus movimientos son rígidos y temblorosos, no solo la de sus manos, sino todo su cuerpo. Incluso su mandibula está un poco torcida; pero nada de eso le quita lo atractivo que es. Me pongo a pensar con qué lucha.
Veo un brillo en sus ojos, como si estuviera riendo, mientras pone un pañuelo en mi nariz. Suelta mi rostro y gesticula con esfuerzo.
^ Estabas bien, hasta que me miraste fijamente y empezaste a sangrar. El golpe tuvo efecto retrasado o te gustó mucho lo que viste.
Ahora entiendo su expresión y sonrío. No soy alguien tímida y tengo una sensación de conocerlo de tiempo, como si fuera un amigo que no vi en años.
- Debe ser un poco de los dos.
Le guiño el ojo y vuelven a arrugarse sus ojos con el brillo divertido.
Descubro que él forma parte de la caminata de 3 días. En esos días descubro el por qué está aquí. Me cuenta que su caso fue uno particular y se queda marcado en mi corazón.
