Kallias ha vivido creyendo en la promesa de un amor eterno con su alfa destinado. Sin embargo, su mundo se desmorona cuando descubre que su alfa ha sido infiel durante mucho tiempo. Su compañero de alma, también herido por la situación, se encuentra atrapado en el mismo sufrimiento.
En medio de esta crisis, el alfa sufre un accidente y entra en coma, lo que lleva a Kallias a una encrucijada. Decidido a no seguir atado a un lazo roto, toma la difícil decisión de romper el vínculo que los une. Con el corazón destrozado, se embarca en un viaje en busca de sanación y autodescubrimiento. En su travesía, buscará conocer el amor propio, la confianza y la fortaleza.
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Capitulo 2: Corazón roto
Estaba devastado, lo que vio le destrozó de varias maneras, la verdad no sabía por qué había decidió hacer caso a lo que decía la nota, pero de algo estaba seguro y es de que no se arrepentía, aunque su corazón se estuviera desmoronando en cada segundo y su omega estuviese tan dolido que ya casi no lo notaba. Lo único que esperaba es que nada malo le pasase.
Ignorando los llamados de su alfa tras sí, siguió corriendo por el pasillo de aquel departamento en el que se encontraban ese par de malnacidos. Así los llamó desde su mente herida.
Debió de hacerle caso a su mamá cuando le dijo que exigiera una marca. Debió escucharla cuando le dijo que le parecía sospechoso que su Alfa no le hubiera marcado, y es que es obvio, los alfas son muy posesivos y marcan al omega antes del primer cachorro, pero él estaba siego, no quería ver las señales. El porqué había noches en las que llegaba tarde. Sus repetidos viajes de trabajo. La gran cantidad de dinero retirado en el banco. TODO. Todos era obvio ahora.
Se sentía inútil, poca cosa, frustrado, enojado.
Llegó al estacionamiento y sin importarle nada subió a su auto casi llevándose a una señora por delante, pero no le importó, como no le dio importancia a sus insultos. Estaba muy ocupado ahogándose en su inmundicia.
Violando varios semáforos y reglas de tránsito, condujo como loco hasta la casa de sus padres, a ver a su mamá, su fiel consejera. En el camino fue incapaz de detener las lágrimas, ni cuando llegó y bajó del auto recibiendo muchas miradas de los que antes fueron sus vecinos. Llegó a la puerta y la tocó desesperadamente.
— ¡¿Me van a tumbar la puerta o qué mierda?! - Escuchó que le gritaron tras esta, dentro de su mente nublosa reconoció la voz de su madre.
— QUE… ¿Kallias? – Preguntó extrañada y preocupada a partes iguales.
— Mamá - Sollozó. Se lanzó a los brazos de su madre, siendo recibido por esta, y se acurrucó en su pecho. — Te… Tenías razón, de… Debí haber exigido respeto, debí haber exigido mi lugar, y… Y no te hice caso - Sollozó. - yo… Yo… —
— Shhh, shhh bebé, ya pasó — Dijo su madre, seguido le jaló dentro de la casa cerrando la puerta tras de sí.
— ¿Qué paso? — Llegó su padre a la sala con una expresión de preocupación en el rostro.
— Papi… — Sollozó. Su padre se unió al abrazo dándole su apoyo como su mamá. Lloró, lloró mucho mientras se calmaba y quedaba sin lágrimas.
…
— ¿Ahora si me vas a decir que paso? — Preguntó su madre tendiéndole una taza de té de manzanilla que recibió y luego agradeció, con un intento de sonrisa.
Suspiró.
— Lo vi mamá — Respondió. Su madre frunció el ceño.
— ¿Qué? — Preguntó entre confundida y molesta, pues su hijo llevaba rato diciéndole lo mismo una y otra vez y estaba dándole su espacio, pero necesitaba respuestas y no obtenerlas, le frustraba.
Suspiró nuevamente.
— A Jerry — Respondió luego de un minuto. Aunque sentía una extraña opresión en su pecho, de alguna manera el estar rodeado de dos de las personas más importantes en su vida le tranquilizaba.
— ¿Qué te hizo? — Fue el turno del alfa de preguntar.
— Me engañó — Kallias llevó su bebida a su boca, soplando antes de tomar un sorbo, sintiendo el calor derramarse por el interior de su cuerpo. - Con su secretaria – Concluyó.
— Ese malnacido — Gruñó el mayor en la habitación.
La habitación se fundió en un silencio, cada quien perdido en sus pensamientos.
— ¿Qué vas a hacer? — La omega es quien se encarga de romper el silencio.
— La verdad no sé — Suspiró. — por lo pronto me gustaría que me dejen quedar aquí - Pidió mirando a sus padres en el sillón frente a él.
— Claro – Contestaron ambos al unísono.
Kallias les sonrió antes de levantarse e ir a la cocina a dejar el vaso en el fregadero para luego y con la mirada de sus padres en él, subir a su habitación o la que ocupaba antes de irse de casa.
Él entró a la que fue su habitación, la cual se encontraba en el mismo estado en la que la dejó, salvo que la omega se encargaba de cambiar el cubrecama y eliminar el polvo en ella. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y marcó el número de su hijo.
— ¿Papá? — Contestó la voz de Jimmy desde el otro lado de la línea.
— Hijo… — Suspiró. Era lo único que podía hacer para callar sus insistentes pensamientos que le atormentaban.
— Sí, papá, ¿qué está pasando?, ¿dónde estás? — Preguntó su hijo un poco exaltado.
— Escucha corazón. Ahora tu papá y yo tenemos un problema, pero es algo de lo que no se debe hablar por teléfono. Ahora estoy en la casa de tus abuelos y mañana voy a mandar a tu abuelo a buscarte para que hablemos ¿sí? – Le informó.
— Sí, papá — Afirmó el menor.
— Ok corazón hasta mañana. Te amo — Expresó el Omega.
— Yo también te amo. Hasta mañana papi — Respondió Jimmy y luego colgó.
Kallias respira temblorosamente mientras sus piernas, incapaz de mantener su peso, se debilitan al punto de que termina sentado en el suelo con los brazos a sus costados y gruesas lágrimas derramándose por sus sonrojadas mejillas.
— ¿Por qué? — Le preguntó a la nada — ¿Por qué me hiciste esto? —
Sollozó y escondió su cara entre sus brazos cruzados en sus rodillas.
—Te di todo — Sollozó nuevamente. — ¿Y qué recibí a cambio? — Sonrió triste. — Solo traición y un corazón que se despedaza a cada minuto —
Inhaló.
— Pero no me puedo rendir. No importa cuán roto esté o si me esté muriendo lentamente. Todavía tengo una persona por la que luchar —
Madre, no sé a qué juego retorcido estés jugando, pero. Por favor, no permitas que me hunda… Al menos no por ahora.
...
Tengan paciencia, por favor, mi nivel de narración ha mejorado más a comparación de lo que es ahora.
del papel también está en tu imaginación para poder entender también