Cegada por el primer amor confío en que era correspondida dando paso a lo que fue y lo que será la vida de Diana, una adolescente que comienza a experimentar una vida de maltratos
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Capítulo 3
Mi acercamiento a Javier fue en aumento cada vez más, ya no solo bastaba con nuestros pequeños encuentros en la escuela, sino que me invitó a verlo tocar el viernes en la noche en el bar, en plan cita. La idea me fascinó al instante, deseaba pasar mucho más tiempo a su lado, pero sabía que mis padres no me dejarían ir a ese bar, menos de noche, le pedí a Javier que me diera tiempo para pensar en su propuesta y le respondería en la tarde.
Al llegar al aula le comenté a Vivían mi mejor amiga sobre la propuesta de Javier, a ella se le ocurrió una brillante idea que con suerte daría resultado. Se le ocurrió ayudarme para mentir a mis padres con el pretexto de la realización de un trabajo en equipo para entregar el lunes a la escuela, mis padres me habían dado permiso para quedarme en casa de Vivían otras veces así que deseaba que esta ocasión lo hicieran también.
Los padres de Vivían también eran religiosos, esto hacia que les cayeran bien a mis padres a pesar de ser diferente congregación ya que ellos iban a la iglesia católica, aun cuando no coincidía del todo en su ideología con las de mis padres, le caían bien y confiaban en ellos. Ya yo me había quedado algunas veces con ellos, así que esa idea me pareció genial.
Vivían llamó a sus padres para informarles de si podría quedarme en su casa el viernes, hoy era jueves así que no faltaba mucho, ellos aceptaron incluso llamaron a los míos. Para mi fortuna mis padres habían aceptado también, este viernes iríamos juntas al bar donde tocaba Javier, Vivían se había ofrecido para acompañarme cosa que me alegro ya que yo nunca había salido sola de noche y mucho menos a un bar.Nos escaparíamos juntas en la noche cuando sus padres se durmieran.
Al darle la noticia a Javier en la tarde se puso muy contento incluso se ofreció a llevarnos de regreso a casa y como iba Vivían había un amigo suyo que la acompañaría también, hasta el momento Javier había sido muy respetuoso conmigo, no había intentado nada raro así que me fiaba de él. Vivían estaba súper contenta de salir también, sus padres no eran tan estrictos con ella como los míos, pero no la dejaban salir de noche aún.
Llegó el viernes y mis padres me llevaron luego de cenar a casa de Vivían, pasaría esa noche y el día anterior, me recogerían el sábado en la noche. Llegamos y los padres de Vivían nos recibieron felices, esto les dio seguridad a mis padres los cuales no desconfiaban de nada, luego de los saludos se marcharon y Vivían yo fuimos a dentro rápidamente a su cuarto, fingimos realizar el trabajo hasta que sus padres fueron a dormir sin sospechar absolutamente de lo que íbamos hacer.
Una vez que comprobamos que dormían comenzamos nuestro plan, en silencio Vivían sacó dos vestidos del clóset, ella no tenía censura con su vestimenta así que podía usar practicante de todo, el vestido que me toco a mi no era mucho de mi agrado, era muy corto para mi gusto, no estaba acostumbrada a mostrar tanto mis muslos, me sentía algo desnuda, para compensar me dio unas pantis negras y así fue como logré sentirme algo más cómoda en el.
Luego pasamos al maquillaje, me colocó sombra color negro sobre mis ojos, resaltando mucho más su color verde, hacia buen contraste con el delineador negro que me aplicó, el cabello lo dejé suelto, pero con mucho volumen, contrarrestaba a la perfección con mi vestido plateado, me prestó unas botas negras, parecía toda una diva con mi elección de ropa y maquillaje. Cuando ella se vistió y arregló también colocamos dos almohadas bajo las sábanas por si pasaban a revisar pensaran que estábamos allí dormidas.
Debíamos regresar antes de las cuatro, ya que las cinco su padre se despertaba cada mañana para ir a trabajar y no podíamos arriesgarnos a ser descubiertas, salimos en silencio por la ventana de la habitación, al ser en la planta baja daba al jardín y nos era mucho más fácil salir por ahí, ya que la puerta de la calle hacia un pequeño ruido podría despertar a sus padres y ser descubiertas.
Una vez que logramos salir al jardín colocamos la ventana supuesta simulando estar cerrada para que al regresar fuera más fácil el proceso, entonces emprendimos el viaje hacia el bar, era un poco lejos así que pedimos un Uber, el cual nos recogió a dos cuadras de casa, Vivían recibía buena mesada así que tenía dinero de sobra para ambas.