Milena es una hermosa joven, buena hija, que sueña con un futuro prometedor en Italia. Las cosas no fueron fáciles al inicio pero salió adelante de la mano de un encantador piloto que la supo enamorar. Luego de cinco años de feliz matrimonio y dos hijos, un día ella descubre que su amado esposo le ha sido infiel desde el noviazgo. Luego de los primeros caóticos días, después de enterarse de las infidelidades, ella planea con mucha frialdad la manera de salir fortalecida de su divorcio. Ella le enseñará a Gabriele su esposo, la importancia de la fidelidad en un matrimonio. Le hará pagar el engaño que sufrió y lo hará vivir en la tristeza, el arrepentimiento y la soledad. No le quedarán más ganas a Gabriele de volver a burlarse de una mujer. Cuando quiera volver a recuperar a su esposa, ya ella no estará ahí más para él. Ella ahora le pertenece a otro que sí la hizo única y especial. ¿Podrá Gabriele recuperar su mujer algún día? ¿Fue domado el infiel? ¿Lo amará aún Milena?
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CAPÍTULO OCHO. BESOS APASIONADOS
—Regresé desanimada a Milán al apartamento de Manuel y le conté cómo me había ido en Torino. Me dijo cómo él homologó su título de medicina y me explicó lo que yo debería empezar a hacer.
— Aunque si bien es cierto que de muy poco le sirve su título pues solo le dan trabajo de enfermero principal, el revalidar el título le mejoró un poco su sueldo y su ambiente de trabajo.
—Es un poco lo que te pasó a ti Omairita. Tienes tu título de abogacía pero no te dejan ejercer activamente en los tribunales. A lo que pudiste aspirar fue a llegar a ser secretaria de los abogados italianos.
—Es cierto Milena. Con mi título y el hecho de que fui juez en Brasil, es muy poco lo que puedo conseguir en este país. Algunas veces a título personal di asesoría a quienes me la pedían, pero realmente ganaba muy poco. Gano muchísimo más como modelo.
—¡Qué triste realidad Omaira! He visto tantas abogadas, médicos y hasta reinas africanas lavando platos, cuidando viejitos, limpiando casas o hasta practicando la prostitución para ganar algo de dinero.
—Estando en nuestros países vemos Europa o los Estados Unidos como la meta soñada, pero al llegar aquí nos chocamos de frente con la dura realidad. Quizás sería mejor permanecer en nuestros países, no separarnos de la familia y unidos luchar por el sustento diario, por apoyarnos y vivir el día a día que nos tocó.
—Es verdad Milena, pero eso solo lo entendemos cuando llegamos aquí. Los que se vienen no deberían mentir en cuanto a sus circunstancias. Porque muchos cuando llaman a sus países de origen dicen: “Oye, me está yendo muy bien, ya compré un carro y una casa. Me la paso viajando”.
—Entonces los que están allá se creen que al llegar acá es solo arrancar los dólares de los árboles sin mucho esfuerzo. Y empiezan desesperadamente a planear venirse. ¡Qué triste!
—¡Muy cierto Omaira! Bueno y volviendo a ese día que regresé donde Manuel, no me imaginaba lo que iba a suceder después. Hacía ya varias semanas que no sabía nada de Gabriele. Me sentía molesta por lo sucedido en el avión.
—Molesta no hija, celosa jajajajajajaja jajajajajajaja
—Ummm bueno no lo sé a ciencia cierta. Lo único que sabía era que no lo quería ver y no contestaba sus mensajes ni sus llamadas. Decidí quedarme unos días más con Manuel para ayudarlo. Le limpiaba el apartamento, le cocinaba, lavé y planché su ropa.
—Uno de esos días, como hacia las seis de la tarde sonó el timbre de la puerta. Cuando abrí me llevé la gran sorpresa que era Gabriele. Sin pedir permiso entró furioso al apartamento. Me dijo: ¿Ya estás viviendo con él? ¿Te gusta mucho?
—¿Qué te pasa Gabriele, te volviste loco?
—Son días que te llamo y no respondes, te dejo mensajes y no los ves. Y luego me entero que llevas encerrada ya varios días acá con tu medicucho, qué quieres que piense, ah?
—Piensa lo que quieras Gabriele y lárgate de aquí, esta no es tu casa.
—No, de aquí no me voy hasta que me digas qué relación tienes con este medicucho…
—¡Qué te importa lo que yo tenga con él. Si me gusta o no me gusta ese no es tu problema! Vete.
—Milena, yo te amo. No sé de qué manera dártelo a entender. No creo ser muy romántico ni tener palabras bellas para expresártelo, pero te amo. He intentado mil formas para que no dudes de mis sentimientos pero creo que aún no te has dado cuenta. Milena, principessa ti amo. ¡Ti amo con tutto il mio cuore!
—Gabriele me abrazó y me besó con locura. Estaba desesperado, celoso. Yo me volví a sentir en las nubes, mi cuerpo nuevamente me exigía más y más que solo abrazos y besos. Me tomó por la cintura y me empezó a dar vueltas gritando: “Ti amo principessa, ti amo, ti amo”.
—Estábamos envueltos en esas sensaciones cuando sentimos la puerta y era Manuel. Yo le pedí disculpas por lo que estaba pasando y también Gabriele se disculpó. Manuel dijo que no había problema. Había llegado más temprano porque quería invitarme a cenar.
—Gabriele dijo yo invito y salimos a buscar un lujoso restaurante que él conocía. Cenamos y bebimos muy delicioso, Manuel y Gabriele conversaban como un par de buenos amigos. Pero en un momento que Gabriele nos dejó solos, Manuel me preguntó: ¿ Estás enamorada de él?
—Le respondí no sé, creo que sí. Por?
—Milena, él no es hombre de una sola mujer. No sé si verdaderamente te ama, aparentemente sí, pero no se ve fiel a una sola mujer. Si lo aceptas ten siempre presente eso. Él es mujeriego compulsivo y las mujeres no ayudan. El tipo es demasiado atractivo, una tentación para cuánta loca se le atraviese.
—Necesitarás amarrarte bien los pantalones para no terminar histérica, celosa, frustrada, y enferma. Piénsalo bien querida amiga antes de dar un paso más en esta relación. Yo creo que ni él mismo se da cuenta de la debilidad que tiene.
—¡ Cielos Manuel! Me dejas aterrorizada. Es como para salir corriendo jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja.
—Milena no te rías, en medicina se ve algo de psicología y eso es lo que yo intuyo. Ojalá que me equivoque, reconozco que nunca se debe dar por sentado y como cierto lo que se aprecia a simple vista y que sin pruebas estoy analizando. Por él y por ti me gustaría mucho que mi deducción sea completamente errada. Vamos chica, olvida esta conversación, allí viene tu galán.
— ¡Cuánta razón tenía Manuel! No se equivocó en nada absolutamente. Aquella misma noche Gabriele y yo regresamos en tren a Firenze. En el trayecto le permití abrazarme y besarme. Empecé a sentir una fascinación por sus besos. Me enloquecía esa cercanía, esas caricias. Quería cada vez más de él. No quería que se detuviera. Yo también empecé acariciarle su cuello, sus brazos, su pelo.
—Sin embargo no dejaba de pensar en las palabras de Manuel. Y eso me ayudó a decir no cuando llegamos a Firenze. Gabriele me dijo: “Amor, dispongo de unas horas antes de salir de vuelo, no hemos dormido casi nada, acompáñame a un hotel, descansamos un par de horas, nos duchamos y luego te dejo en tu apartamento“.
—Quizás, tal vez, si no hubiera sido por Manuel, aquel día me hubiera entregado a Gabriele. Las tres horas de viaje en el tren habían sido de solo besos apasionados. Las manos de Gabriele se movieron todo el tiempo muy inquietas sobre mi cuerpo.
—Algo que contribuyó a esta situación ardiente fue la oscuridad de la noche y que habían pocos pasajeros. Y los pocos que había iban dormidos. Solo nosotros dos íbamos muy despiertos jajajajajajaja
—Muy a mi pesar, le pedí dejarme en mi apartamento para que él se fuera y pudiera descansar. Nuevamente una tanda de besos prolongados y luego se fue.
Y por el próximo capítulo, es un alivio donde el muy mal marido se dará con una piedra en la cabeza cuando por fin se saquen las caretas. Espero solamente que los niños, no salgan tan perjudicados.
ya loo esperoooooo
Y eso de su mamá que le de la oportunidad de arreglar la cosas, cuando el muy poco hombre desde un principio no la respeto , solo fue un juego y se rió en su cara con una de sus amantes? de verdad le va a seguir pidiendo eso?
lo que si debe enfocarse en ver por los niños , darles seguridad y amor que van a necesitar.