Maria una chica Argentina, fue a una fiesta para distraerse un rato. Cuando fue a buscar algo para tomar, un hombre se acerca, le echa droga a su bebida y se la lleva. Después de dos días se entera que está casada con un hombre que no conoce.
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CAPÍTULO 3
—Hola, buenas tardes, me presento soy María Reyes y el es mí hermano
—Mucho gusto, mi nombre es Juan de Dios Pantoja
—Bueno, nuestro proyecto consiste en un sistema de seguridad basado en sensores y tecnología para mejorar la seguridad de las escuelas— dije con toda seguridad
—Utiliza sensores de movimiento, cámaras de vigilancia de bajo costo y una aplicación móvil para monitorear y alertar sobre actividades sospechosas en tiempo real— dijo Juan
—El sistema también incluye un sistema de alarma que se activa automáticamente en caso de emergencia, cómo incendios o intrusos. Además, la aplicación móvil permite a los estudiantes y al personal escolar, reportar situaciones de peligro o emergencia de manera rápida y confidencial.
—Nuestro sistema de seguridad mejora la protección dé las escuelas, promueve un entorno más seguro para los estudiantes y además es muy fácil de usar.
Después de presentar nuestro proyecto, los jueces se retiraron a deliberar para poder elegir al ganador. Cuando volvieron, anunciaron al ganador de la competencia y, para nuestra sorpresa, ¡fuimos nosotros! No podíamos creerlo. Un hombre se nos acercó y nos dijo que era un funcionario muy importante del gobierno. Quedó impactado por nuestro proyecto y nos ofreció trabajar para el gobierno. Apenas asimilabamos que habíamos ganado y ahora teníamos que procesar esta nueva información. El hombre nos dio su número para que lo llamáramos, por si aceptábamos su oferta.
Después de todo eso, nos fuimos a casa para descansar y pensar qué íbamos a hacer. ¿Aceptábamos o no la oferta de este señor que, por cierto, se llama Osvaldo López? Lo pensamos durante días, hasta que finalmente decidimos aceptar la propuesta de trabajo del señor Osvaldo.
Queríamos contarle todo esto a la familia, pero todavía no era el momento. Queríamos ver cómo nos iba y luego darles la noticia. Llamamos al señor Osvaldo y aceptamos su propuesta. Nos dijo que fuéramos a una dirección al día siguiente, y así lo hicimos.
Era una base militar altamente protegida. Nos dio un recorrido y nos llevó al área donde íbamos a trabajar durante unos meses, y luego veríamos qué pasaba. Y así es como empezamos a trabajar con el gobierno.
Empezamos con cosas leves, como cámaras de seguridad, sistemas de seguridad, alarmas y ese tipo de cosas.
Después de tres meses y medio, ya éramos dueños de una empresa. Nos la otorgó el gobierno y, por ley, ya era nuestra. La empresa se llama 'Armamento Tecnológico Estrella Norte' y creamos sistemas de seguridad totalmente seguros.
Además, ahora también nos especializamos en el desarrollo y fabricación responsable de armas de alta tecnología. Estas armas están diseñadas para ser utilizadas por fuerzas de seguridad y militares en situaciones críticas.
Nosotros somos conscientes de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en el uso de armas, por lo que nos aseguramos de que la empresa cumpla con los más altos estándares éticos y legales. Trabajamos estrechamente con el gobierno para garantizar que las armas se utilicen de manera adecuada y solo en situaciones de defensa legítimas.
Además, la empresa se enfoca en la investigación y desarrollo de tecnologías de armas no letales, como dispositivos de control de multitudes y sistemas de neutralización de amenazas sin daño permanente. Juan y yo prometimos velar por la seguridad y protección de las personas, y lo vamos a cumplir.
Al trabajar con el gobierno, construyendo sistemas de seguridad y armas, ganamos muy bien.
Con lo que ganamos, compramos una casa, la cual ya decoramos. Compramos muchas cosas para decorar la casa.
De ahora en adelante, todos íbamos a vivir juntos.
Pero antes de llevar a las chicas y a Zitliali a la casa nueva, tenía que hablar con la gente del gobierno. Tenía que decirles que yo había asumido el puesto como jefa de la mafia, ya que mis padres habían fallecido.
Yo sinceramente no me quería involucrar en ese mundo, pero me prometí encontrar al que asesinó a mis padres.
Cuatro meses atrás
Un día, un hombre llegó a la casa en la que estábamos viviendo las chicas y yo. Dijo que era el abogado de nuestro padre. Yo le creí, ya que lo conocía. Siempre nos iba a visitar cuando nuestros padres estaban vivos.
Nos contó que nuestro padre había dejado un testamento, el cual decía:
...Yo, Juan José Robles, siendo de mente sana y juicio claro, por la presente declaro mi última voluntad y testamento....
...Primero, dejo todos mis terrenos y dinero a mis cuatro amadas hijas: María, Jimena, Sarita y Livia. Cada una de ellas recibirá una parte igual de mis propiedades y dinero, para que lo usen a su discreción y para su beneficio personal....
...Además, nombro a mis hijas como las jefas de nuestra organización familiar, la mafia Robles. María, por su fuerza y sabiduría, tendrá la máxima autoridad, seguida de Jimena, Sarita y Livia. Cada una de ellas deberá firmar un documento que acepte este papel y las responsabilidades que conlleva....
...Este testamento entra en vigor a partir de la fecha de mi fallecimiento. Les pido a mis hijas que honren mis deseos y continúen con el legado familiar, siempre manteniendo la unidad y la fortaleza que siempre nos ha caracterizado....
Firmado,
Juan José Robles
—Necesito que firmen un documento, si es que aceptan el cargo como jefas de la mafia. Yo supongo que usted es Maria— La mira
—Si, soy yo— Le digo
—¿Usted es Jimena?— La señala
—Correcto
—¿Usted es Sarita?
—Si, yo soy Sarita
—Y supongo que usted es Livia
—Correcto
—Estan dispuestas a aceptar está responsabilidad— Pregunta
—Ustedes que opinan— Les pregunto a las chicas
Después de unos minutos pensándolo, las chicas y yo aceptamos.
— Donde firmamos— Le pregunto al abogado
—Aquí por favor— pone el documento a la vista de las chicas
Firmamos y después de hablar con el abogado de que tendríamos que hacer de ahora en adelante, con esta responsabilidad, se retiró. Pero antes de irse nos dijo que vendría otra persona, para darnos instrucciones de lo que haríamos y también nos daría entrenamiento especializado en como usar armas entre otras cosas.
Actualidad
—¿Estás segura de que quieres hablar con ellos?— Expresa Juan
—Estoy completamente segura, de todos modos se los iba a tener que decir algun día
—Tienes razón
—Gracias por acompañarme
—Eres mi hermana, claro que te iba a acompañar— dijo sosteniéndola de la mano
—Vamos, ya es hora— Nos encaminamos a la sala de reuniones
Abren las puertas de la sala y ahí estaban, todos los funcionarios del gobierno, sentados y listos para recibir esta noticia.
—Buenas tardes señores, no voy a hacer tan larga está reunión, a lo que venimos.