René y Antón, podría decirse que nacieron uno para el otro. pero por decisiones personales, se separaron por un corto periodo de tiempo, el la amo desde que ella estaba dentro del vientre de su madre, es solo que nunca lo dijo ante todos y ella lo amo y sin dudarlo se lo dijo en cuanto lo descubrió, ambos hicieron promesas, pero el fue el primero en romperla, por lo que ella decidió hacer lo mismo, ¿sera que en verdad su destino siempre fue amarse?
NovelToon tiene autorización de A.R.B.F para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 3
RENÉ
De camino a la secundaria, recordé la primera vez que Grecia y yo lo recorrimos. Antón nos acompañaba, ya que él estudiaba allí y nos llevaba de la mano. Él era el típico niño popular al que todas querían como novio, pero siempre estaba a nuestro lado. No quería recordar más sobre Antón, así que sacudí mis pensamientos y seguí caminando con Grecia.
—¿Recuerdas la primera vez que caminamos a la secundaria? —indagó Grecia.
—Sí, pero no importa tanto el comienzo como el final. Ahora somos tú y yo. Somos de las mejores de nuestra clase y nos espera un gran futuro por delante —respondí para evitar que ella mencionara a su hermano mayor.
—¿Ya has escogido universidad? —preguntó Grecia.
—Sabes que no. Ni siquiera sé si quiero ir al extranjero o quedarme. Mis padres dicen que si quiero ir al extranjero, los trillizos me recibirán felices, pero aún no me decido —confesé.
—Mi papá me dijo lo mismo, aunque mi abuelo quiere que vaya a Rusia con él y mi hermano, pero la verdad no sé qué hacer —dijo Grecia.
—Sí, te vas o te quedas. Espero que no me olvides. Rusia o el extranjero, siempre te veré como mi mejor amiga y hermana, más que como mi sobrina —respondí, aunque por dentro deseaba que ella no hiciera lo mismo que su hermano y se fuera a Rusia, olvidándome para siempre.
—Bueno, aún tenemos las vacaciones para decidir. Además, mira quién está en la puerta de la secundaria esperándote —señaló Grecia y vi a mi amigo Juan José esperándome en la puerta, como siempre. Corrí a abrazarlo y darle algunos besos.
A Juan José, lo conocimos después de la partida del innombrable hermano de Grecia. Él es muy especial, además de guapo. Sus ojos son de un azul único, es rubio, atlético, alto, súper guapo y sexy. Para todos, él es como mi novio, pero hay algo que ni siquiera Grecia sabe. Juan José es gay.
Los papás de Juan José son chapados a la antigua y no toleran a los gays. Él les miente y oculta muy bien el hecho de que le gustan los hombres. Sus papás son felices con nuestra amistad, creen que entre él y yo pudiera haber algo, pero no tienen ni idea de que no soy el prototipo que le gusta a su hijo.
—Hola Juanjo —lo saluda Grecia también con un abrazo.
—Hola par de cómplices, ¿cómo están hoy? —Juan José feliz.
—Felices por terminar la secundaria, aunque aún no tenemos universidad decidida —respondí haciendo un puchero y él apretó mis mejillas.
—Tranquila peque, la vamos a encontrar. Tenemos todas las vacaciones para decidirlo —Juan José mientras me hace caritas.
—Bueno, entremos, ya es tarde —Grecia se adelanta a caminar y yo la miro con pesar.
Ella no sabe que Juan José es gay y cuando él comienza a hacerme caritas y niñerías, se aleja porque cree que traiciono a su hermano. Para empezar, el que me traicionó fue él. Se fue sin decir adiós y nunca más me llamó. Él siguió con su vida y yo con la mía. No tiene nada que reprocharme.
—¿Sigue creyendo que tú y su hermano pueden estar juntos? —me preguntó Juan José mientras caminamos tomados de la mano dentro de la secundaria.
—Sí, aún no entiende que su hermano me olvidó y yo tengo derecho a seguir adelante. No puedo encerrarme a esperarlo cuando él nunca me dio una explicación de su partida —respondí.
—Tranquila, pequeña, a tu sobrina se le pasará. Por ahora, mis papás me pidieron que las invite a comer después de clases para celebrar que no vendremos más a este lugar —Juan.
—Está bien, con tal de que no mencionen un compromiso como la última vez, no habrá problemas —acepté.
—No te preocupes, ya le advertí que somos demasiado jóvenes para hablar de matrimonio y prometió no mencionar nada al respecto —Juan José.
—Bueno, entonces digámosle a Grecia —alcanzamos a Grecia y le comentamos los planes. Ella aceptó y, al ver que Juan José ya había terminado sus niñerías conmigo, no se volvió a separar de nosotros.
Al terminar el último día de clases, todos salieron felices. Muchos harían fiesta en sus casas, pero nosotros iríamos a comer con los padres de Juan José y Grecia. Celebraremos después de la graduación, cuando yo ya sea mayor de edad. Mi papá conoce al dueño de un club y nos dejará celebrar ahí, aunque Grecia seguirá siendo menor de edad. Será una fiesta privada donde Grecia no tomará ni una gota de alcohol y yo... bueno, mi papá dijo que podía probar el alcohol, pero no emborracharme. Lo cual me causó gracia, pero le prometí que si llegaba a tomar, solamente sería un trago. Él sabe que siempre cumplo lo que le prometo.
En la casa de los señores Villa, los padres de Juan José, ellos veían con muy buenos ojos los juegos y cariños entre Juan y yo. Aunque Grecia no tanto, sé por qué lo hace, pero ella debe entender que su hermano es pasado y si Juan José no fuera gay, lo hubiera intentado con él sin dudarlo. Es un gran hombre, aunque sea gay.
Al finalizar la comida, los padres de Juan José nos enviaron a mi casa con chófer, felices, pues ellos juran que Juan y yo terminaremos casados.
Al llegar a la mansión oficial de los Walton, Grecia y yo bajamos y nos despedimos del chófer.
—Al fin, creí que terminaríamos en su boda —dijo Grecia molesta.
—Grecia, por favor, él ya me olvidó. No puedo esperarlo toda la vida, cuando ambas sabemos que no regresará —respondí un poco molesta con su actitud.
—Mi hermano te ama —soltó Grecia sin más.
—Pues no es lo que demuestra. En casi tres años de ausencia, jamás me llamó ni escribió. Les explicó a todos sus razones para irse, pero a mí no. Me dejó sin decir adiós y tú pretendes que lo espere toda la vida —cuestioné llena de rabia.
—Tú no entiendes nada —Grecia entró a la mansión molesta y yo me quedé un momento afuera para tranquilizarme. Luego entré detrás de ella, encontrándome con sus padres y los míos reunidos. ¿Ahora qué pasará?