Te Amé, Pero No Más

El día de la boda llegó, estaba muy emocionada, mi hermana me decía que lo pensará mejor, y que estaba a tiempo aún de cancelar todo, mi padre me decía lo mismo.

—papi, Jazz los amo, pero amo a Jose Luis y él me ama a mí, vamos a casarnos y seremos muy felices, —les aclaro — papito no te preocupes él me va a proteger pronto seremos una familia y te daremos muchos nietos estoy feliz y no quiero verlos tristes, no me voy a ir lejos de ustedes viviremos aquí muy cerca y nos veremos a diario en la empresa porque voy a seguir trabajando y terminar mis estudios. —Jaz suspira y papá me abraza sin decir nada.

—te quiero mucha hija, bueno si eres feliz con él, —dice no convencido —vamos no lo hagamos esperar y prométeme que si te llega a lastimar o no te hace feliz no dudes en venir a casa aquí te estaré esperando con los brazos abiertos —me advierte y me toma del brazo para salir de la casa. Que

Salimos de casa rumbo a la iglesia en donde sería la ceremonia, como es costumbre al entregarme mi padre al hombre que amo y será mi esposo le advirtió que me cuidará y me hiciera feliz.

El sacerdote inició su sermón hablando del matrimonio, el lazo conyugal, dimos nuestros votos y juramos amor eterno en la enfermedad, la riqueza y la pobreza ante el altar, cuando terminó la ceremonia nos dirigimos al salón donde se llevaría a cabo la celebración, brindamos y partimos el pastel, yo quería bailar y José Luis no así que toda la fiesta me pase sentada solo observando, uno de mis primos vino a sacarme a bailar y él no lo permitió le dijo que no era el momento, me quedé con las ganas, cuando era el momento de irnos nos despedimos de nuestras familias y nos fuimos al hotel donde pasaríamos nuestra primera noche de bodas.

Al llegar al hotel nos dirigimos a la suite que había reservado para nuestra noche de boda, el entrar me abrazo nada cariñoso, solo me despojo del vestido y me hizo el amor en las posiciones que él quiso, no me gustó pero quería complacerlo porque ya era mi esposo, cuando terminó nos acostamos y me dijo

—por fin eres mía y solo mía, a partir de hoy eres mi esposa y espero que te portes a la altura, recuerda que tú lugar está a mi lado —dice y me da la espalda.

—Si amor, te amo, por fin soy tu esposa cariño, me haces muy feliz, como estaba de espaldas me volteo y vi que se había quedado dormido, así que yo también me acomode para dormir

Despertamos al día siguiente, emocionada porque pensé que nos iríamos de luna de miel, la verdad es que nunca lo hablamos yo me había preparado para viajar pero él me dijo que no iríamos porque tenía mucho trabajo y no podía dejar a su mamá con todo el trabajo de la empresa, nos levantamos y salimos del hotel hacia lo que sería nuestro hogar o más bien al hogar de mi suegra porque ahí era donde viviríamos, ya que no quería dejarla sola.

Cuando llegamos me llevo a la habitación y empecé a desempacar, no había hablado con mi familia, ellos no estaban enterados de que no fuimos de luna de miel, se dieron cuenta cuando me presente el día lunes que fui a trabajar antes de irme a la escuela.

—¿Que haces aquí? ¿No se supone que te acabas de casar y te irías de luna de miel? —me pregunta Jaz sorprendida al verme entrar a su oficina

—Lo suspendimos porque le hicieron una llamada urgente a José Luis de la empresa, pero cuando lo solucione nos iremos unos días —miento y Jaz solo me quedó viendo y negó con la cabeza.

—¡Oh! y ¿cuando seria que viajan?, quiero saber para, qué adelantes los pendientes que tenemos y no dejes nada pendiente de la escuela —me dice dándome unos bocetos que traía en su mano.

—No te preocupes ya lo tengo resuelto, en cuanto Jose Luis me diga te aviso y lo de la escuela ya adelante solo tengo que hacer un par de exámenes y termino —le menciono y me puse a ver lo que dió.

Seguimos trabajando, me di cuenta de qué mi hermana no me creyó pero no me importó, sé que pronto mi esposo me llevaría a nuestra luna de miel.

Pasaron días y meses de nuestro matrimonio, yo era feliz y trataba de hacer feliz a Jose Luis cumpliendo como esposa, trabajando en la empresa de mi familia y la escuela.

—No sé porque insistes en seguir estudiando ya te dije que no lo necesitas, yo trabajo para mantenerte y darte lo que gustes, ya no quiero que vayas a esa escuela a partir de hoy quiero encontrarte en casa cuando llegue, solo te permito que vayas a trabajar a la casa de modas porque no quiero tener problemas con tu papá, así que a partir de hoy solo iras a trabajar y te vienes a la casa para atenderme cuando llegue de trabajar, entendiste. —me dice esa noche después de tener sexo.

—Está bien amor como tú digas, solo voy a ir a la empresa y me regreso temprano, descansa amor te amo —le contesto para no hacerlo enojar.

Deje de ir a la universidad, empecé a mentirle a mi familia, para que no se dieran cuenta de qué había dejado la escuela, solo iba a la empresa y de ahí me regresaba a la casa de mi suegra, preparaba la comida para cuando llegara Jose Luis y atenderlo como la esposa que era, esa se convirtió en una rutina por dos años en donde poco a poco dejé de ir también a la empresa, hacia todo lo que él me pedía.

—Quiero tener hijos, no sé que te pasa no me he cuidado desde que nos casamos espero que tú no estés tomando ningún método anticonceptivo que es por eso que no has quedado embarazada o que, ¿no quieres tener hijos? — me pregunta y yo niego con mi cabeza —Porque yo si quiero un heredero, deja de tomar lo que estés tomando y pronto quiero que te embaraces —me dice como una orden.

—yo también quiero tener un hijo tuyo amor, y tampoco me he cuidado pero no sé que pasa, no he podido embarazarme —le contesto, un poco triste, yo también que estar embarazada

—Entonces has de tener algún problema porque ni para eso sirves, no logras quedar embarazada yo pongo todo mi esfuerzo y tú eres inservible. —sus palabras me lastiman y mis ojos se aguadan

—no sé amor, yo también quiero tener un hijo, voy a ir al doctor para un chequeo y me dé algo para quedar embarazada, pronto te daré un hijo amor, te amo José Luis, eres todo para mí y te voy a complacer con el hijo que tanto deseas. —le digo acostandome en la cama.

—eso espero, que pronto me des la noticia, estoy cansado me voy a dormir —me dice dándome la espalda.

—Descansa cariño —mis lágrimas salían en silencio sus palabras me lastiman, si tan solo quedara embarazada y le diera un hijo, todo cambiaría y volvería a ser el mismo de antes, más cariñoso, ya no me abraza o me hace caricias como lo hacía antes, ahora es cuando él lo pide y hace conmigo lo que se le antoje aunque a mí no me guste, pero tiene razón soy su esposa y lo tengo que complacer.