Antonella Spencer es una joven muy bella que es maltratada verbal y físicamente por su familia, se ve encerrada en la traición de una persona que creía diferente, la obligan a casarse con una persona a la que pensó que nunca volvería a ver...
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El dolor de la traición
Antonella mira aquella escena entre su novio y su hermanastra, trata de contener sus lágrimas, pero sus ojos se vuelven vidriosos sintiendo un fuerte apretón en su pecho que le impide respirar.
Esa era la amarga sorpresa que le tenía la malvada Zoraya, ella siempre trató de llevársela bien con su hermanastra, hasta le ayudaba con los proyectos de la empresa, pero eso no es lo que más le duele, sino de quién viene, su novio que siempre decía que la amaba.
Ella podía esperar aquello de Zoraya, pero no de su novio, todavía se mantenía incrédula ante la situación porque creía en el amor que Harry le juraba.
¿Acaso ella no era suficiente para él? ¿Que tiene Zoraya que no tenga ella? Esas eran las preguntas que pasaban por la mente de la pobre antonella que trataba de asimilar aquél cuadro que sus ojos veían.
Antonella seguía en ese mismo lugar viendo cómo su novio abrazaba a Zoraya con tanto amor, ella sólo quería que la tierra se abriera en ese momento y se la tragara. Sentía un fuerte dolor en su pecho que la asfixiaba y un nudo en su garganta.
Decide dar unos pasos hacia tras todavía visualizando el momento, luego da la espalda para marcharse; quería ir adonde estaban ellos y reclamarles, pero sería una perdida de tiempo, la única que saldría perjudicada sería ella y su dolor aumentaría más si Harry le dijera en la cara que ya no la ama aunque ella sabe que esa es la realidad.
Trataba de no llorar mientras caminaba por el pasillo, pero una sola lágrima brotó por su mejilla, aquella lágrima no pudo resistirse en salir, solo brotaba porque no podía contener el dolor que sentía él corazón de Antonella, sentía como se desgarraba lentamente gritando por libertad. Ni siquiera él quería estar en su pecho porque no podía soportar ese dolor que aumentaba cada vez más y más.
¿Que pasó con el amor de Harry? ¿Que pasó con los planes de boda?.
Cómo duele que un día seas importante para una persona y al otro ya no valgas nada, así se sentía Antonella que ya no tenía un valor para nadie, ni siquiera para su propio padre que sólo se interesa por su esposa y su hijastra.
Lo que más le duele a ella es que siempre trató de ser una buena novia, una buena hija, una buena hermanastra y una buena hijastra. Siempre dando amor a los demás aunque ella lo que recibiera fuera desprecio, siempre colocaba a los demás por encima de ella para que luego lo que reciba como sea la traición.
¿Pero de que sirve dar amor si nadie lo valora? ¿Para que hacer cosas buenas si sólo miran los errores?
Muchas cosas llegaban a la mente de Antonella mientras caminaba por los pasillos con una mano en el pecho y la otra apoyada en la pared, caminaba con pasos lentos, aquél camino para ella se tornó oscuro, sólo estaba ella y su soledad.
Antonella se dirigía a la sala de la gala, cuando de pronto al frente de ella se posa la figura de una mujer, esa era Rosario, su madrastra que la miraba con satisfacción por su estado tan deplorable.
—¿Ya te diste cuenta que mi hija si vale la pena para él, verdad?
—Usted ya lo sabía ¿Cierto?.
Antonella miraba el rostro de aquella mujer y sólo se notaba el odio y la satisfacción de verla hecha pedazos.
—Así es, ¿Como no lo sabría? hasta tu propio padre sabía sobre su relación.
—¿Mi padre? ¿Él lo supo todo este tiempo?.
—Todos ya lo sabíamos, querida, la única ingenua e ilusa aquí eras tú que siempre trataba de ser perfecta, pero en realidad no vales nada para nadie. Ya puedes ubicarte y entender que este no es tú lugar, no eres digna para tener el apellido Spencer, y mucho menos con lo que le hizo tu madre a tu propio padre. Debe de estar revolcándose en su tumba por ser una mujer adúltera.
—¡No le permito que hable así de mi madre! ¡Usted no tiene ningún derecho! ¿Acaso usted es una santa? ¿Solo no está casada con mi padre por su dinero? Dígame ¿quienes eran usted y su hija antes de casarse con mi padre? ¡No eran nadie! ¡Estoy segura que mi madre nunca fue una mujer tan baja como usted!.
—¡Insolente! —le propina una bofetada en el rostro —¿¡Como te atreves a hablarme de esa manera!?.
Antonella recibió una bofetada de aquella mujer frívola, le dolía tanto que hablasen mal de su madre que perdió el control sobre su lengua.
Pero ella solo decía la verdad, aquella mujer no era nadie antes de casarse con su padre, la verdad es que esa fortuna Spencer no pertenecía a ninguno de ellos sino a la difunta madre de Antonella, la señora Victoria Grimaldi.
—¡Si está satisfecha, déjeme en paz! —exclama dolida sosteniendo su mejilla roja con una de sus manos.
—Pues esto no acaba aquí —masculla cruzada de brazos.
—¿Que más quiere de mí, Rosario?.
—El pianista no pudo llegar a la gala, así que tu padre sugirió que tú podrías ser su remplazo.
—No lo puedo hacer, no quiero. ¿Acaso no ve mi aspecto?.
—Eso me tiene sin cuidado, sólo has lo que se te ordena. No nos hagas quedar en ridículo delante de toda esa gente.
Rosario se marcha con una sonrisa en su rostro, ya habían planeado todo, Antonella estaba muy lastimada y así querían que tocara el piano para los invitados sin ninguna pizca de consideración.
Su propio padre sabia de la infidelidad de Harry con Zoraya y aún así no le dijo nada, no tenía el apoyo ni el respaldo de nadie dentro de la familia Spencer.